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El Tenerife roza la gloria y cae en los penaltis ante el Athletic

Unos 20.000 espectadores llenaron el Heliodoro, que recordó a las grandes tardes en Primera
Tenerife-Athletic Club. Fran Pallero
Tenerife-Athletic Club. Fran Pallero
Tenerife-Athletic Club. Fran Pallero

El fútbol fue muy cruel con el Tenerife. Los blanquiazules quedaron apeados de la Copa del Rey en la tanda de penaltis ante un Athletic Club de Bilbao que sufrió como nunca para plantarse en los cuartos de final de su torneo. Los blanquiazules alcanzaron el tiempo permitido con empate a dos y en la prórroga forzaron, con un jugador menos, el 3-2. Yuri, en el último suspiro de la segunda parte del tiempo añadido, salvó a los suyos y provocó que la eliminatoria se tuviera que resolver en la tanda de penaltis. Joselu y Moore no acertaron a convertir sus lanzamientos y los leones se clasificaron.

El partido fue el de las grandes ocasiones desde que el colegiado pitó el inicio. Antes de que se hubiese cumplido la primera media hora de juego, el Tenerife ya había marcado dos goles, ambos de Joselu, y el Athletic Club, que jugaba con uno menos por la expulsión de su portero desde el minuto 2, otro por mediación de Iñaki Williams.

Sin apenas dejarse sentar en sus butacas a los numerosos aficionados locales que se dieron cita en el Rodríguez López, Iago Herrerín vio la tarjeta roja directa tras cometer falta fuera del área sobre Shaq Moore (min 2) cuando el estadounidense encaraba. Garitano tuvo meter a Ezkieta y retirar a Unai Nuñez.

La siguiente acción también fue destacada. El colegiado de la contienda, González Fuertes, tras consultar el VAR, señala penalti por mano de Williams, quien defendía en la barrera una falta tirada por los blanquiazules. Se encargó de lanzar y transformar Joselu desde los 11 metros. El punta de Cartaya ya había marcado ante el Real Valladolid y ayer acertó en la primera ocasión que tuvo para marcar.

Pero la alegría apenas duro un rato. Williams, que en el minuto 9 había visto como el Heliodoro se puso en pie para aplaudirle y apoyarle tras el ataque xenófobo que sufrió en Cornellá, empató el choque medio de rebote en una acción mal defendida por la zaga balnquiazul.

Esto no fue suficiente para rebajar la euforia de los blanquiazules. El Athletic se llevó otro inesperado golpe en el minuto 20. Elliot la puso a la perfección al corazón del área vasca y, tras un despeje fallido de un defensa del Athletic, Joselu enganchó una volea imparable para el portero visitante. El Heliodoro estalló eufórico al ver como su equipo se ponía por delante de nuevo en el marcador.

A partir de ahí, tocaba defender con uñas y dientes un resultado increíble. El Athletic tiró de posesión y de mayor calidad en todos los aspectos para dominar el esférico y llegar con mucho peligro a los dominios de Ortolá. En el 27, el meta blanquiazul salvó el empate en un uno contra uno ante Williams. Cuatro minutos después, el portero atrapó con seguridad un cabezazo de Íñigo Martínez.

Con ese panorama, pero con el Tenerife salvando cada acción y defendiéndose con orgullo, el partido llegó al descanso. Los blanquiazules fueron despedidos del campo con una calurosa ovación de una entregada afición.

La segunda parte comenzó sin cambios y con una falta peligrosa que despejó de puños a córner el meta Ortolá. El saque de esquina no provocó mayores inconvenientes, pero el duelo tenía toda la pinta de seguir por los mismos derroteros que en el primer acto.

Baraja decidió mover el banquillo para que la situación no se agravase. Quitó del campo a Elliot y dio entrada a Lasure con el fin de apuntalar el carril izquierdo.

Lo que no podía saber el míster local era que el 2-2 llegaría en un error de bulto de la defensa tinerfeña. Con el balón en la zona de seguridad, donde nunca se puede perder, Milla retrasó para Álex Muñoz. Al lateral lo pilló a contrapié y no llegó a interceptar el pase. Iñaki Williams, atento como siempre, la robó y salió como una flecha hacia la portería canaria. No dudó ni un segundo a la hora de cruzarla ante Ortolá. Fue un mazazo para un Tenerife que estaba crecido, pero que era consciente de que esto podía pasar en cualquier momento.

La igualada no cambió el panorama del choque. El Tenerife apenas sacaba el trasero de su campo, temeroso de hacerlo y de que el Athletic le pillara desprevenido. Así las cosas, los de Garitano jugaban a placer, madurando el choque para dar el zarpazo definitivo en cuanto pudiesen. Aitor Sanz salió al campo en el minuto 66 para reforzar el medio del campo, mientras que el Tenerife agotó sus cambios en el 75 con la entrada de Nahuel. Se fue Álex Muñoz, por lo que Lasure pasó al lateral zurdo.

La entrada al campo del jugador argentino reactivó a los blanquiazules, que de manera consecutiva disfrutaron de dos ocasiones de gol. La más clara de ellas fue un taconazo de Joselu en el minuto 78 que sacó, con la punta de los dedos, el portero Ezkieta. Durante algunos minutos, el Tenerife salió de la cueva y le enseñó los dientes a los leones. Nahuel por la izquierda se convirtió en una pesadilla para la zaga bilbaína. El objetivo local era llegar al minuto 90 con el empate y que fuera lo que dios quiera en la prórroga. En los cuatro minutos de añadido los dos contendientes se dieron una tregua, sabedores que aún quedaba bastante tiempo por delante.

El tiempo extra comenzó con un cambio en las filas locales. Se sentó Undabarrena y saltó Dani Gómez. Apuesta valiente la de Baraja, que pensó que si había que morir, mejor hacerlo con las botas puestas. Ellos también variaron su delantera. Se retiró del campo Wiliams, con el Heliodoro puesto en pie y él mostrando su agradecimiento por los detalles que había tenido la afición tinerfeña con él.

Para aumentar la épica del partido, el Tenerife se quedó con uno menos en el minuto 92 tras ser expulsado, con doble amarilla, Carlos Ruiz, quien derribó a Williams casi en el medio campo. El central de Baza completó su semana horrible con su segunda expulsión, suerte que corrió en el derbi contra la UD Las Palmas.

No obstante desde la llegada de Baraja a esta Isla, este equipo ya no se rinde jamás. Con ese gen competitivo que ha transmitido el vallisoletano a sus pupilos, éstos fueron capaces de ponerse por delante en el marcador al borde del final de la primera parte de la prórroga. Lekue cazó a Nahuel y el colegiado señaló la pena máxima sin dudarlo. Dani Gómez templó los nervios y se encargó de tirar. Engañó a Ezkeita para marcar el 3-2. El Heliodoro reventó de éxtasis sin aún creerse la metamorfosis que ha sufrido este equipo en 2020. Pero quedaba la segunda parte de la prórroga para sufrir.

Los blanquiazules se encerraron en su campo para resistir las embestidas de los leones. Aguantaron hasta que en un disparo aislado y lejano de Yuri, en el minuto 117, el Atlhletic logró igualar la contienda in extremis. La fortuna no acompañó en este caso a los locales, quien se jugarían el pase a los cuartos de final en la tanda de penaltis.

El desenlace de estos octavos de final se resolvería en la portería de Herradura y con Raúl García transformando primero para el Athletic Club. Ortolá estuvo a punto de impedir el gol. Le tocó a Aitor Sanz, quien con maestría ejecutó la igualada. Muniain marcó el segundo para los vascos con una superioridad apabullante. Le tocaba a Nahuel. Tampoco falló el argentino. Vesga fue a por el siguiente y también acertó. La igualdad era extrema, también en los penaltis (2-3). Ni tan siquiera se rompió con el lanzamiento de Joselu. El autor de dos goles durante el partido, eligió ejecutar a la izquierda de Ezkieta y el portero adivinó la trayectoria. Lo mismo pasó en el siguiente lanzamiento. Íñigo Martínez tiró y Ortolá se hizo enorme para parar. La eliminatoria se resolvió cuando Moore mandó su penalti al larguero y Asier Villalibre transformó el definitivo. El Athletic pasó a cuartos y un heroico Tenerife se quedó en la cuneta de manera cruel e injusta. Tanto nadar para morir en la orilla, pero la afición aplaudió a los suyos como si hubiesen ganado. Así concluye este bonito sueño copero para el Tenerife.

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