Era lo más previsible, pero no por eso dejaba de ser sintomático: la Ejecutiva de Coalición Canaria decidió ayer cerrar definitivamente el ‘capítulo’ de la indisciplina de Ana Oramas con la multa de 1.000 euros que le impuso el día 13 de enero el Comité Permanente. Una postura masivamente defendida por el sector tinerfeño del partido que ayer tuvo sus detractores y que también ha soliviantado a Asamblea Majorera, fuerza histórica del nacionalismo de izquierdas en Canarias, actualmente ‘semidormida’ en CC, pero que cada día reclama su autonomía con más intensidad.
Oramas fue a la Ejecutiva y leyó un documento en el que decía que un comportamiento así “no se va a volver a repetir”, según palabras del secretario general de Coalición Canaria, José Miguel Barragán, que también afirmó que “no tiene razones para dudar” de la palabra de Oramas, destacando que es su primera indisciplina “tras una trayectoria de veinte años de servicio público en distintas instituciones, lo que tiene el valor de cierta credibilidad”.
Catorce miembros de la Ejecutiva votaron a favor de pasar página al tema Oramas, cinco se abstuvieron y tres, Mario Cabrera y Lola García (Fuerteventura) y David de la Hoz (Lanzarote) defendieron que se le abriera un expediente disciplinario. Un triunfo del sector tinerfeño que, sin embargo, no enmascara que ocho de sus miembros no han apoyado la indulgencia casi plena a Oramas. Dado que el PNC no acudió a la cita, la cuota de abstenciones se perdió algún voto más. Aunque algunos -como la organización en La Palma, que hace un par de semanas era partidaria de la línea dura con Oramas-, ayer estaban conciliadores y con ganas de enterrar ya la polémica.
Este choque de fuerzas se produce a escasos meses del congreso del partido, en mayo, el primero tras la salida del poder y el más importante en sus 26 años de historia. Por un lado, ya se anticipa una candidatura liderada por el expresidente del Gobierno canario y senador, Fernando Clavijo, que solo ha hablado de la indisciplina de Oramas después de que el Comité Permanente decidiera la sanción de 1.000 euros y se impusiera en CC la benevolencia de ATI con su histórica dirigente. Por otro lado, también se barrunta una candidatura del sector crítico donde nadie termina de asomar la cabeza, aunque la cara más visible es el secretario general de CC en Fuerteventura y líder de Asamblea Majorera, Mario Cabrera. Hace un par de semanas, en una entrevista a DIARIO DE AVISOS, afirmaba de manera un tanto enigmática que “habrá candidatura nacionalista al congreso de CC”.
En el fondo subyacen una serie de tensiones ideológicas y territoriales que tendrán que definirse pronto. Por la derecha, una corriente liderada por ATI cuyo discurso sobre la unidad de España se solapa abiertamente con el del PP. Más centrados, sectores de las Islas orientales, apoyados también desde El Hierro, sorprendidos con el españolismo de Oramas, que hace furor en la base electoral de CC en Tenerife.
La propia Asamblea Majorera se manifestaba hace unos días a favor de recuperar sus siglas para las próximas elecciones, en principio con CC, como afirmaba ayer Barragán haciendo un paralelismo con la relación que la Agrupación Herreña Independiente (AHI) tiene con CC. Pero ya es imposible disimular el resquemor majorero con la hegemonía tinerfeña. “Hemos tenido la habilidad de gobernar 26 años. Y tener el BOC une mucho”, comentaba ayer una fuente relevante de CC. “Le pasa lo mismo a los otros partidos, pero su pegamento es la franquicia estatal. Ahora no tenemos ni franquicia ni poder y se está viendo lo que somos. No pasa nada. Pero tenemos que debatirlo en el congreso, porque todas las Islas son igual de importantes”.
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