cultura

La ‘última’ curiosidad de Leonardo da Vinci

La exposición ‘Observa. Cuestiona. Experimenta’ cierra sus puertas este viernes tras mes y medio iluminando la mente de los niños y adultos en Santa Cruz
La muestra, organizada por La Caixa y la Fundación Cajacanarias, afronta su recta final en la capital tinerfeña. Sergio Méndez

Última oportunidad para poder disfrutar de una de las exposiciones interactivas más singulares que se han podido ver en Tenerife, no solo por su original propuesta, especialmente dedicada a fomentar la curiosidad de los niños, sino también por el gran personaje protagonista de la misma: Leonardo da Vinci.

Inaugurada el pasado 19 de diciembre, la exposición Leonardo da Vinci. Observa. Cuestiona. Experimenta cerrará sus puertas en la Avenida La Roche este viernes 31 de diciembre para mudarse a Gran Canaria. Durante estas más de cuatro semanas, los pequeños que se han acercado en las visitas organizadas por sus colegios (de lunes a viernes, de 9.30 a 12.30 horas y de 15 a 17 h horas con cita previa llamando al 900 80 11 37) han dado rienda suelta a sus capacidades deductivas que, al no estar todavía supeditadas a las vivencias que los adultos recorremos a lo largo de nuestra vida, al ser más viscerales y, por tanto, más sencillas, más transparentes gracias a su natural inquietud y curiosidad, les han facilitado solucionar los juegos interactivos que propone esta muestra, organizada por la Caixa y la Fundación CajaCanarias, en colaboración con el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y de Château du Clos Lucé – Parc Leonardo da Vinci.

¿Cuál es el secreto de la creatividad de Leonardo da Vinci (1452-1519)? ¿De dónde salen sus ideas que, 500 años después, nos parecen tan modernas y premonitorias? Todo tiene su origen en la curiosidad. De la observación, la experimentación, la analogía creativa para ver relación donde otros no la veían y de una inquietud que le llevaba a hacerse preguntas distintas a las de sus coetáneos, poniendo en cuestión las teorías inmutables e ideas aprendidas. Por tanto, esta muestra invita, mediante el juego, la observación y la experimentación sin miedo a equivocarse, a descubrir una de las mentes más brillantes de la historia de la Humanidad.

El resultado es una sorprendente experiencia que se desarrolla en dos espacios diferenciados: uno interior y otro exterior. Dentro de la carpa, que tiene un aforo para 35 personas, los visitantes se encontrarán con los siguientes siete juegos interactivos, tanto analógicos como digitales, que podrán toquetear para comprender, experimentar y descubrir los logros de Leonardo en las más variadas disciplinas, con el denominador común de la inteligencia y la sensibilidad: un secreto común, que invita en una pantalla interactiva a conectar elementos que aparentemente no están relacionados; ¿es o no es?, con el que el visitante ejercitará su capacidad de observación utilizando cuatro retratos femeninos pintados por Da Vinci; con La libreta de Leonardo también se pone a prueba la observación y la retentiva visual a partir de obras del genio. Detrás de la sombra ahonda en los conceptos de luz y sombra, uno de los grandes rasgos distintivos en la obra de Leonardo, y enseña la importancia de pensar con las manos: tocar para saber. Desconexión pone en práctica la capacidad de descomponer objetos complejos en distintos elementos, que tienen una función concreta dentro del conjunto, o que guardan una similitud de forma. Por su parte, Circuito de ingenio es un juego de equipo en el que se muestran algunos de los mecanismos que ideó Da Vinci y que refuerza la idea de colaboración y trabajo en equipo, gracias a la cual han avanzado la ciencia y la tecnología. Por último, está Acción automática, que se basa en la experimentación física de una serie de mecanismos que ofrecen distintos movimientos.

En la calle encontraremos unas maquetas a escala real que representan cuatro de las obras más famosas de Leonardo da Vinci: el Hombre de Vitruvio, que constituye una demostración gráfica de la perfección arquitectónica y geométrica del cuerpo humano, que puede encajar en un círculo y en un cuadrado; la Máquina voladora, que aunque está inspirada en el vuelo de los pájaros, Leonardo nunca dibujó las alas, sino únicamente las estructuras formadas a partir de cañas y cuerdas que sirvieron de inspiración en la creación del ala delta; el Tornillo aéreo, con el que Da Vinci quería demostrar que la forma del tornillo de Arquímedes podía ser útil para vencer la densidad del aire y que, al mismo tiempo, se considera el primer prototipo del futuro helicóptero; y el Barco de palas, con el que Leonardo buscaba, entre otras cosas, incrementar la velocidad de los remos. Todas estas maquetas tienen un código QR con el que se podrá ver, a través de la aplicación Leonardo CaixaForum, qué aspecto hubieran tenido y sus movimientos.

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