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Salvador Reyes: “Tenerife necesita el Parque de Bomberos de Arona y más personal para la extinción de incendios”

El ex oficial jefe del Consorcio de Bomberos de Tenerife, que se jubiló esta semana tras 42 años de dedicación al cuerpo, es una de las personas que mejor conoce sucesos tan importantes para Tenerife como el incendio de La Candelaria (2018) o el derrumbe de un edificio en Los Cristianos (2016)
Reyes asegura que su vinculación con el Consorcio de Bomberos no terminará; "me gusta mucho la formación, es algo que no descarto". Foto: FRAN PALLERO
Reyes asegura que su vinculación con el Consorcio de Bomberos no terminará; "me gusta mucho la formación, es algo que no descarto". Foto: FRAN PALLERO
Reyes asegura que su vinculación con el Consorcio de Bomberos no terminará; “me gusta mucho la formación, es algo que no descarto”. Foto: FRAN PALLERO

Salvador Reyes, quien fuera oficial jefe del Consorcio de Bomberos de Tenerife hasta la pasada semana, se ha jubilado tras 42 años de dedicación al cuerpo. Compaginó sus años de servicio con sus estudios en Psicología y se diplomó también como profesor de EGB, pero siempre tuvo clara su vocación como bombero; “es una profesión que da muchas alegrías”. Ahora, se toma un descanso “para dedicar el tiempo que su familia merece”, pero aclara que su vinculación al Consorcio no terminará; “me interesa mucho la formación, es algo que no descarto”. Reyes es, probablemente, una de las personas que mejor conoce sucesos tan importantes para Tenerife como el incendio en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (2018), o el derrumbe de un edificio en Los Cristianos (2016).

– ¿Qué balance hace de la situación de Bomberos de Tenerife en estos 42 años?

“En estos 42 años hemos pasado de una etapa en la que los servicios de extinción eran casi nulos, hasta la creación del Consorcio Insular. Antes había tres bomberos en el Sur, tres en La Orotava y uno en Santa Cruz, lo que provocaba que siempre que había una situación complicada tenía que ir el de Santa Cruz a dar apoyo a esos dos parques”.

– ¿Qué supuso el nacimiento del Consorcio?

“Con ello duplicamos la plantilla. Pasamos de tener 20 hombres de guardia, a los 44 actuales, que pasarán a 48 cuando se abra el Parque de Güímar. Este servicio es bastante peculiar, porque hasta que se creó el Consorcio había una serie de asociaciones de bomberos que eran autónomas y no había coordinación. A partir de ahí, se creó el Consorcio y se acordó el apoyo económico en materia de gastos corrientes e inversiones básicas. Después de esto, las asociaciones colaboran en aquellas zonas en las que no había bomberos profesionales, como Santiago del Teide o Arona, donde se llegaba con cierto retraso”.

– ¿Esa coordinación se integra en el 1-1-2?

“Contamos con una de las pocas centrales de coordinación de España donde el Consorcio está integrado en el 1-1-2 y eso es fundamental para que otros servicios te den ayuda. Ahora mismo, cuando un ciudadano llama al Consorcio, le atiende un técnico de coordinación de Bomberos, y si la llamada entra por el 1-1-2, rápidamente la pasan con ese técnico, que es quien da aviso al Parque al que le tocaría la salida, en función de la zona donde esté el alertante. Hemos establecido tres niveles de activación según la gravedad, esto determina los recursos que movilizamos”.

– ¿Cuáles son esos niveles?

“Una llamada es de nivel 1 cuando son siniestros que no afectan a la seguridad de las personas; ascensores bloqueados, fuego en rastrojos, contenedores… en estos casos acuden bomberos voluntarios o profesionales en función de la zona. Los incendios de nivel 2 son aquellos en viviendas o vehículos y que pueden implicar riesgos para las personas. Y los de nivel 3, son poquitos pero muy importantes, como el incendio de La Candelaria o el derrumbe de Los Cristianos, e implican la movilización de gran cantidad de recursos”.

– ¿Cuáles fueron las claves en la actuación del incendio en La Candelaria?

“Lo primero fue que el propio personal del hospital propició una rápida evacuación y luego, que los recursos llegaron en 3 minutos y se controló el fuego”.

– Respecto a la adquisición de medios, ¿cómo han influido las aportaciones del Cabildo?

“Adquirimos con la ayuda del Cabildo una cantidad de medios importantes. Contamos con siete autoescaleras, en ningún otro lugar de España hay tantos elementos de salvamento en altura. Estas escaleras son artesanales, los tramos se sueldan, pero también tienen un componente electrónico. Son capaces de frenarse si la velocidad del viento hace peligrar su estabilidad y memorizan el movimiento cuando bajas de un balcón tras rescatar a alguien, permitiendo volver para ayudar a más personas. En el Parque de Santa Cruz, que es el central, tenemos el puesto de mando avanzado, que es uno de los mejores de Canarias por su rapidez de desplazamiento y equipamiento. También tenemos un vehículo específico para riesgos químicos y otro de salvamento acuático”.

– ¿Qué queda pendiente en materia de infraestructuras?

“En Santa Cruz se están saneando las patologías existentes y se va a sacar el proyecto de la remodelación del Parque. Luego está el Parque de Güímar, que está por adjudicarse la obra y esperamos que en 2021 esté funcionando. Es clave aumentar el personal y el Parque de Bomberos de Arona. Estamos en conversaciones con el Ayuntamiento para establecer este parque, porque es la zona ideal para dar rapidez de respuesta en un lugar donde hay gran cantidad de siniestros y que ahora mismo es atendido por bomberos voluntarios de Adeje. La idea es que los bomberos profesionales cubran toda la Isla y que los voluntarios sigan colaborando en el apoyo”.

– ¿Cuál diría que ha sido el incidente más grave que haya tenido que afrontar el Consorcio?

“El más grave, respecto al sufrimiento del personal, fue en Cueva Bermeja en los años 90. Fallecieron tres personas que estuvieron durante días bajo condiciones extremas, con altas temperaturas y un sobreesfuerzo importante. Lo grave de estos siniestros en galerías es que la densidad del terreno provoca una carencia de oxígeno tan importante que puedes morir”.

– ¿Y la situación que haya supuesto la mayor movilización de más personal?

“En el derrumbe de Los Cristianos, que fue una tragedia importante, participaron todas las fuerzas de seguridad, bomberos, asistencia sanitaria, entre otros. Fue un siniestro que dentro de la desgracia se coordinó bien. Pudo tener consecuencias peores. Cuando el edificio se desplomó, apenas había espacio entre el techo y el suelo del piso, hubo numerosas personas que quedaron sepultadas. Además, quedaron atrapados un hombre en los bajos de una joyería, una mujer en la cornisa de un balcón que estaba a punto de caerse porque estaba regando las plantas, y otra que cayó encima de los escombros. Esos tres se rescataron rápido, luego fue más complicado sobre todo para intentar determinar en qué sitio estaba cada uno”.

– Esta también es una profesión que da alegrías… ¿es agradecida la población?

“Alegrías da mucho, pero sobre todo en los pequeños incidentes. La gente es muy agradecida. Además, cuando haces el bien a alguien, salvas la vida o evitas un riesgo, regresas al Parque muy contento. También es verdad que cuando ocurre lo contrario, lo pasas bastante mal, sobre todo si están implicados ancianos, menores… pero es el día a día lo que te va dando las ganas para seguir y te va fortaleciendo. Es un trabajo muy complicado pero dentro de lo que sientes, tienes que hacerlo”.

– ¿Qué balance hace sobre los incendios respecto al 2019?

“Este último año se ha mantenido el nivel de salidas que solemos tener, que podrían ser en torno a las cuatro mil y no se ha notado una excesiva incidencia en la parte forestal, que podría ser la más afectada. Afortunadamente, en Tenerife no hemos tenido incendios forestales importantes este último año, sí algún conato como el del otro día en La Esperanza, que pudo haberse propagado”.

– ¿Cómo valora la decisión del Cabildo de aumentar de 3 a 6 meses la presencia de las Brigadas Forestales?

“Tener a estas brigadas durante más tiempo es mucho mejor. Nosotros no tenemos la potestad en los incendios forestales, sino que es el Cabildo, a través del CECOPIN, el que nos pide colaboración. Esa parte incrementada antes la cubría el Consorcio por rapidez, porque este tiene más de 40 hombres en 5 parques profesionales, además de 8 profesionales. Y estos están las 24 horas los 356 días al año. Es importante que el Cabildo haya incrementado esa presencia para contener en un corto período de tiempo los incendios forestales”.

– ¿Cuáles son los tipos de servicios más habituales?

“En torno al 45% son incendios, mientras que el resto suelen ser rescates en montaña o en accidentes de tráfico. También colaboramos en casos singulares, donde podemos acceder antes que otros servicios, como un helicóptero, ante rescates en el mar”.

– Se jubila tras 42 años y muchos aplauden su templanza. ¿Qué cualidades debe tener un bombero?

“Un bombero debe pasar un test psicológico y aptitudinal. Se ha establecido un perfil en el que hay cualidades como la tranquilidad, el saber acatar órdenes, saber mandar… todo en función del puesto, y si se alejan de ese perfil no serían aptos para el puesto, porque incluso supondría un riesgo para sí mismo. Un bombero pasa bastante tiempo formándose, no solo para el examen teórico, sino con cursos de rescate o primeros auxilios. Las pruebas físicas son bastante exigentes, hay unas para hombres y otras para mujeres. Estamos deseando que se presenten más mujeres, es una asignatura que tenemos pendiente. Se trata de una profesión de difícil acceso, hay muchos aspirantes y pocas plazas”.

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