economía

Más de 1.000 euros la noche en Santa Cruz: el ‘boom’ del alquiler en Carnaval

En los portales web de referencia el precio del arrendamiento vacacional se multiplica por cuatro frente al coste habitual
El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife es considerado uno de los mejores del mundo. Sergio Méndez

Clara Morell / Daniel Tovar

El ambiente carnavalero ya inunda las calles de Santa Cruz de Tenerife, y con él, las Noches de Fantasía. Mientras muchos santacruceros intentan alejarse del ruido durante estas dos semanas, otros enloquecen buscando las mejores ofertas de alojamiento en portales como AirBnB o Booking. Uno de los filtros básicos: que esté lo más próximo posible a los puntos neurálgicos de la festividad. Sin embargo, lo que en principio debería ser objeto de gozo y disfrute, se convierte en una verdadera odisea, puesto que las cifras de alquileres se disparan en el centro de la capital tinerfeña, cuadruplicando en muchos casos el precio habitual.

El internauta que navegue estos días por la red en busca de un piso cerca de zonas como la avenida Anaga o las plazas de La Candelaria y del Príncipe, se encontrará con tarifas bastante abultadas que oscilan entre 150 y 400 euros por noche. Un dato que confirma Carolina, que oferta por medio de AirBnB un apartamento en el entorno de la plaza La Paz por 220 euros. Según cuenta, alquilar la misma vivienda la semana siguiente a los Carnavales sale 60 euros, casi cuatro veces menos que durante la fiesta del color y la alegría.

El apartamento de esta joven, un acogedor espacio de 50 metros cuadrados que cuenta con dos camas y un sofá-cama, se agotó pronto: “Lo alquilé gracias al boca a boca, más que por la plataforma, porque en estas fechas es más frecuente tener huéspedes canarios, tanto gente que viene del resto de islas como del Sur de Tenerife”.

La anfitriona también aclara que, lejos de los importantes ingresos que percibe este mes, el negocio del alquiler vacacional en Canarias está cada vez peor: “El año pasado tuve meses muy difíciles en cuanto a las reservas, y eso que al menos me entraban por la plataforma algunos turistas italianos y peninsulares. Y este año lo que parece que está funcionando es el turismo local”.

La misma tesis es compartida por Juana y Pedro, propietarios de hasta 60 alojamientos repartidos por distintos municipios de la Isla; una veintena de ellos, situados en pleno corazón de Santa Cruz. Dicen que, si bien acostumbran a arrendarlos por 45 euros la noche, desde hace un tiempo decidieron aprovechar la gran afluencia de personas que acude a uno de los carnavales más famosos del planeta para incrementar notablemente el precio, pasando a publicar ofertas tres veces mayores (150) en webs enfocadas a turismo extranjero y hasta sextuplicándolas (300) en los más frecuentados por canarios.

Al ser preguntados por este agravio comparativo entre la tarifa para residentes en el Archipiélago y fóraneos, aseguran que “aumenta el riesgo” al tratarse de personas de otras ínsulas, dado que “a veces te dicen que van dos y al final se acaban quedando muchos más; tenemos que estar pendientes, también, de que no haya quejas de los vecinos por el ruido”, matizan. Unas circunstancias que, entienden, debe suponer un plus adicional en el precio: 200 euros de fianza.

Del mismo modo, en referencia a los próximos meses, de nuevo, igual que Carolina, la pareja alerta de que “la quiebra de Thomas Cook y el coronavirus son factores que tenemos en contra. Es más, de Reino Unido nos viene mucha menos gente que de costumbre. Está bastante flojo. En abril, por ejemplo, lo tenemos casi todo vacío”.

Lucía, otra tinerfeña con una vivienda alquilada en Santa Cruz, asegura que también tiene ocupadas las dos semanas de Carnaval. Su apartamento se ubica en La Rambla, y, normalmente, permite que se alojen hasta tres personas por un precio que se mantiene en la horquilla de los 60 a los 100 euros durante el año, variando en función de que sea temporada baja o alta. En los días previos a la celebración en honor al dios Baco, el coste se dispara hasta los 400 euros la noche.

“Este año la casa la han reservado dos grupos diferentes de turistas que vienen de la Península, unos se quedan la primera semana y otros la siguiente. Es algo que me sorprende, porque antes venían más extranjeros, sobre todo italianos”, explica Lucía, quien achaca en parte la situación a la gran competencia que existe en el mercado del alquiler vacacional.

Pese a reconocer que la demanda es cada vez menor, Lucía afirma que le sigue siendo rentable optar por el arrendamiento estacional frente a las largas estancias: “Los ingresos son mayores, pero hay que aclarar que el trabajo que supone también lo es, porque hay que atender a los huéspedes, velar porque no les falte nada, hacer las limpiezas y pagar hasta un 20% de lo obtenido en impuestos”.

El fenómeno del aumento exponencial de precios en temporada estival ha llegado a tal punto que, en los portales web anteriormente citados, se pueden encontrar viviendas por 1.252 euros la noche del sábado 22 al domingo 23 en la Rambla de Pulido; o de 1.023 en la calle Ramón y Cajal. Cifras no accesibles para todos los bolsillos.

MIEDO A LOS DESTROZOS

Uno de los grandes temores de quienes alquilan sus viviendas en Carnaval es la mezcla entre el consumo de alcohol y las fiestas, que, dependiendo del tipo de huésped, pueden llegar a provocar desperfectos sobre el mobiliario. Con carácter preventivo, a fin de cubrirse las espaldas ante cualquier percance, Lucía cobra a quienes se alojan en su apartamento una fianza de 200 euros, que pueden recuperar en caso de entregar la vivienda en las mismas condiciones en las que se la encontraron al entrar.

“La casa tiene solo lo básico, la televisión es bastante normalita, pero ya una vez me rompieron un sillón, así que prefiero prevenir”, asevera la propietaria. Es más, cuenta que, como si de un ritual se tratara, siempre da una charla inicial a los clientes en la que les explica las normas que deben cumplir, así como las consecuencias de hacer un mal uso del espacio.

El mayor miedo de la arrendataria se centra, una vez más, en los canarios, porque “son más dados a la picaresca”, indica. Y se muestra muy segura a la hora de afirmar que “son muchos” quienes prefieren pagar 400 euros por una noche en su piso antes que dar 500 euros por alojarse en un complejo hotelero de lujo en pleno centro santacrucero: “Lo hacen porque saben que aquí no tendrán la misma vigilancia que en un hotel, no se les dice nada por el ruido y suelen meter más gente de la que en un primer momento dijeron que vendría”.

“Se suben los precios igual que lo hace un hotel, para compensar”
Doris Borrego, presidenta de la Asociación Canaria de Alquiler Vacacional, la Ascav, defiende que “el precio de los pisos de alquiler vacacional suben en determinadas épocas del año, de la misma manera que lo hacen los hoteles”. De hecho, asegura que con esta técnica “compensan las épocas en las que es más difícil alquilar”.

TE PUEDE INTERESAR