coronavirus en canarias

Nueve turistas residentes en la Isla, los primeros en salir del hotel en cuarentena

Los 122 huéspedes que completan el grupo que llegó el lunes recibirán el ‘alta’ del complejo vacacional entre hoy y mañana; dentro del edificio se instala la normalidad
Imagen del hotel de Adeje. Fran Pallero
Imagen del hotel de Adeje. Fran Pallero

Nueve turistas que permanecían alojados en el hotel H10 Costa Adeje Palace, cerrado desde el pasado lunes al registrarse cuatro casos positivos por coronavirus, abandonaron a última hora de anoche el establecimiento, según pudo saber este periódico. Este primer grupo, en el que al menos tres de sus integrantes residen en Tenerife y el resto en la Península o en el extranjero, llegaron al complejo hotelero el día 24 y no mantuvieron contacto con los cuatro ciudadanos contagiados. La salida se realizó de forma discreta, a petición de los clientes, tratando de preservar su intimidad.

Los otros 122 huéspedes esperaban anoche que se completaran los trámites administrativos a los que obliga el protocolo establecido por las autoridades sanitarias para poner fin a su estancia en el hotel. Todo apunta a que entre hoy y mañana tendrán los permisos en regla para hacerlo, incluida la garantía de un seguimiento a su estado de salud en sus domicilios en las próximas fechas. El resto, alrededor de 600 personas, tendrá que esperar.

En la fachada del hotel más observado de España se aprecian nuevos signos de una crisis de largo recorrido. A las carpas instaladas frente al hall de la entrada, custodiadas por un par de ambulancias y varios furgones policiales, se incorporaron ayer nuevos elementos, entre ellos tres módulos prefabricados similares a las casetas de obra y otros tantos urinarios portátiles.

A lo largo del día, el goteo de trabajadores entrando y saliendo (la mayoría equipados con mascarillas) fue incesante. La escena se repetía una y otra vez. A medida que se acercaban a los periodistas, situados por fuera de perímetro -ayer algo más flexible- todos aceleraban el paso, bajaban la mirada y recurrían a la misma frase frente a una decena de micrófonos y cámaras: “Todo bien, gracias”.

Laura fue un poco más allá: “Ahora estamos mucho mejor, salimos a nuestra hora y entramos a nuestra hora”. Óscar, mascarilla en mano, no ocultó que está “algo nervioso por todo lo que se habla de la enfermedad”, pero destacó el clima de normalidad dentro del edificio. Otra trabajadora, que prefirió no dar su nombre, dio un paso más y subrayó las muestras de agradecimiento de los clientes a medida que se han ido incorporando empleados. “Algunos se echan a llorar cuando ven cómo trabajamos. Todos están bien, ahora almuerzan en la piscina”.

Yanira apareció para traerle ropa a su marido, que trabaja de recepcionista “y estos días de algunas cosas más”. Entregó un par de bolsas a los agentes de la Policía Nacional bajo la gran pérgola que preside la entrada y consiguió ver a su esposo, que se presentó como voluntario el martes, aunque con más de una veintena de metros de por medio. Yanira también aplaudió la labor de los empleados y recurrió a una frase de una psicóloga que presta sus servicios en el hotel que ha llegado a sus oídos: “Los trabajadores se están dejando la vida”.

“Hay cansancio porque los empleados llevan muchas horas, pero qué le vamos a hacer, no es la situación más deseable, pero ahora toca levantarse de esta caída”, señala a los reporteros.

En el interior del complejo, la vida es cada vez más normal, con todos los servicios funcionado, según indicó Manuel Fitas, secretario general de Sindicalistas de Base, que reiteró su llamamiento a la calma y valoró la respuesta ante esta crisis. “Podemos estar orgullosos de cómo se ha afrontado un episodio como este, de difícil gestión”, exclamó el dirigente del sindicato mayoritario en el sector de la hostelería.
No obstante, lamentó el comportamiento puntual de un cliente de nacionalidad española que se ha convertido en el “portavoz del caos”. El inquilino de la habitación 420 ya ha sido advertido por la dirección del hotel y por la propia Policía Nacional, reveló Fitas, “porque no se puede convertir una crisis sanitaria de esta magnitud en un espectáculo, fotografiando y grabando vídeos a trabajadores y clientes sin su consentimiento”.

Otra de las novedades del tercer día de cuarentena fue la reunión del Comité de Seguridad y Salud del hotel para analizar las medidas que se han adoptado y estudiar los siguientes pasos en los planes de prevención. Por lo pronto, desde hoy los trabajadores recibirán un curso para saber cómo actuar ante situaciones adversas como la que afrontan estos días.

A última hora de la tarde, cuando el sol se ocultaba tras La Gomera, los equipos sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, directivos y trabajadores del hotel ultimaban la operación salida de los primeros huéspedes ante la mirada intermitente desde los balcones de varios clientes alojados en las habitaciones orientadas hacia la entrada. Así transcurrió el tercer día, fecha en la que se empezó a romper la cuarentena.

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