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Se cumplen 42 años del ‘otro accidente’ de Los Rodeos

189 pasajeros y siete miembros de tripulación iban a bordo de un avión que ardió por completo

El 15 de febrero de 1978 el aeropuerto de Los Rodeos vivió momentos de pánico. Menos de un año antes, en el tristemente conocido accidente de 1977, fallecieron 583 personas, siendo aún el siniestro aéreo con mayor número de víctimas mortales de la historia de la aviación. Pero aquel 15 de febrero solo la pericia de un piloto evitó una nueva desgracia.

Un Boeing 707 de Sabena, líneas aéreas belgas, se disponía a aterrizar en Los Rodeos con su tren de aterrizaje completamente roto. El avión llevaba a bordo a 189 pasajeros y siete miembros de tripulación y, pese a lo aparatoso del aterrizaje, en el que el morro de la aeronave golpeó la pista de aterrizaje tinerfeña, los servicios de emergencia del propio avión y del aeropuerto “funcionaron a la perfección” según varios responsables.

Sucedió a las 13.13 horas, y el comandante Lambot dijo “no sentir nada especial” cuando se disponía a tomar tierra. “Los indicadores funcionaban perfectamente y la visibilidad era total”, dijo, pero fue cuando el avión tomó tierra cuando el tren de aterrizaje se quebró completamente. La afortunada maniobra del piloto, que frenando con el morro el avión lo dirigió hacia la franja de tierra que separa las dos pistas evitó la catástrofe.

Casi de inmediato, el Boeing 747 ardió, pero los sistemas de emergencia, puertas y toboganes, funcionaron para que los ocupantes, entre el humo, comenzaran a salir del avión corriendo hacia zonas seguras.

Para el recuerdo quedará el heroísmo de tres efectivos de la Guardia Civil, que entraron en la aeronave para comprobar si todo el pasaje la había logrado abandonar. Fruto de ello resultaron intoxicados por inhalación de humo.

La compañía Sabena felicitó a las autoridades insulares por su “rápida acción” considerando lo ocurrido “un incidente menor” pese a lo espectacular del siniestro.

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