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Roberto Bardayes: “No podemos salir, estamos sin recursos y necesitamos ayuda”

Roberto Berdayes es uno de los 500 españoles atrapados en Filipinas que no pueden salir tras el cierre de todas las fronteras por el Covid-19; está en Siquijor, una isla sin aeropuerto
Roberto Bardayes. DA
Roberto Bardayes. DA

Su vuelo para volver a España tenía fecha de 17 de marzo. Sin embargo, Roberto Bardayes, lleva tres días sin poder salir de Siquijor, una de las 7.000 islas que conforman Filipinas, donde se había ido de vacaciones con Daura, su pareja.

Y lo que inicialmente fue un viaje paradisíaco se está convirtiendo en una verdadera agonía ya que Filipinas es uno de los países donde mayor dificultad tienen los españoles para regresar tras la orden decretada por el gobierno del país asiático de cerrar todas las fronteras, tanto marítimas como terrestres y aéreas, ante la crisis sanitaria del Covid-19. Ella se vino antes y pudo salir sin problemas y es quien cuenta a DIARIO DE AVISOS la situación que está atravesando Rober, un funcionario de 43 años que no puede volver a su casa, al Norte de Tenerife.

Según le trasladaron, Filipinas solo ha quitado la prohibición para que los extranjeros puedan moverse y salir del país. “Lo dicen, aunque después no ponen medios para que puedan hacerlo”.

El martes se clausuró el aeropuerto de Manila y la capital quedó prácticamente bloqueada. Desde ese momento, cerca de 500 españoles, según el diario El Periódico, se encuentran atrapados en distintos puntos del archipiélago en situación de necesidad o urgencia sin poder volver a sus hogares por la cancelación continua de vuelos y escalas en países de tránsito, como pueden ser los Emiratos Árabes y Dubai.

A ello se le suma la falta de respuesta y asesoramiento por parte de la embajada de España y los distintos consulados. “Intentamos contactar pero la información es un poco caótica. Te remiten a un teléfono de emergencia, te dicen que envíes un correo electrónico a determinada persona y no te contestan. Pienso que deberían estar un poco más organizados”, sostiene Daura.

En este sentido, añade que Roberto está apuntado en la embajada española en Filipinas y durante los dos meses que ha estado como turista iba actualizando su permanencia en cada lugar que visitaba.

No es el único español que vive el drama del coronavirus a casi 14.000 kilómetros de su lugar de residencia. En su caso la situación es más complicada porque se encuentra en una isla pequeña, que no tiene aeropuerto y lo más urgente es salir de allí. Dice que hay ciudadanos de otros países europeos que su embajada sí les ha facilitado la salida, como Alemania.

Un conocido de su pareja le comentó que su gobierno estaba gestionando vuelos con compañías aéreas para irlos a buscar con transporte interno y llevarlos hasta el país germano.

Vídeo

Rober le envió un vídeo a su novia en la que le cuenta cómo se encuentra. “Debido al cierre y a la situación de calamidad todo el mundo tiene que estar en su domicilio, faltan víveres de primera necesidad, la mayoría de los supermercados están cerrados, los cajeros ya no funcionan, llevamos varios días esperando, el dinero se está acabando, hemos cambiado varios vuelos internacionales y hemos perdido todos los billetes para intentar salir de la isla e ir a otra mayor porque se nos están acabando los recurso y necesitamos ayuda”, declara.

“En su caso, lo más importante es conseguir un barco que cruce 15 kilómetros de agua, porque todo el mundo está con los aviones pero lo primero es salir de la isla ya que no hay aeropuerto”, insiste Daura, para quien la situación tampoco es fácil.

Ella ayuda desde aquí todo lo que puede, mira vuelos, llama por teléfono y paga el hostal en el que se aloja Rober, pero hasta enviar dinero ya se está volviendo más complicado. “Tiene para tirar unos días pero no un mes”, confirma.

La ruta más rápida para poder escapar es llegar a Cebú o Manila, dos ciudades grandes que tienen aeropuerto nacional e internacional y de ahí ya le dirán lo que le tendrán que hacer.
Comenta que la información que le llega “es difusa y errónea” y pone como ejemplo que el martes por la mañana salió un barco con guardacostas desde donde estaba pero tanto él como otros extranjeros en Siquijor no se enteraron y cuando fueron a preguntar, ya había partido.

“Le cambié su vuelo para el día 23, pero la compañía aérea me dijo que como no podía hacer escala en Dubai, no lo pueden autorizar, y se ha pospuesto para el día 26 con más escalas, ya que de Dubai se va a Lisboa, Portugal. Allí se tiene que buscar la vida, pero al menos estamos más tranquilos porque es territorio europeo. Ya después veremos cómo resolveremos ese problema”, apunta Daura.

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