
Enrique Arriaga, consejero de Carreteras, Movilidad e Innovación en el Cabildo de Tenerife, responde a la llamada de DIARIO DE AVISOS en medio de la situación política que afecta a su partido, Ciudadanos, tras la dimisión del concejal de Urbanismo de Santa Cruz, Juan Ramón Lazcano. Han sido días “curiosos” y de “intenso trabajo” para el consejero, que prefirió no desvelar su posición respecto a lo ocurrido en el Consistorio capitalino. Lejos del debate público, Arriaga centra sus esfuerzos en la crisis por la Covid-19, que supondrá “cambios” en el presupuesto de sus áreas y le obligará, a su pesar, a “diferir en el tiempo” algunas obras.
– ¿Cómo vive el ajetreo de estos días de trabajo en medio de la crisis de la Covid-19?
“Pues ahora hay más trabajo que nunca. Además, hoy [ayer para el lector] ha sido un día curioso”.
– Ha dimitido el concejal de Ciudadanos en Santa Cruz, Lazcano. ¿Qué podemos esperar que ocurra en el partido? ¿Confía en que en el Cabildo todo siga igual?
“Prefiero no pronunciarme. Prefiero esperar”.
– Se nos avecina una crisis económica sin precedentes que afectará, sobre todo, al turismo. ¿Volverán las obras a ser el motor económico de la Isla?
“En los próximos meses queremos reactivar algunas obras que son fundamentales para el desarollo de Tenerife y solventar los problemas de tráfico. Vamos a sacar algunas de mantenimiento y otras más importantes, pero no serán todas las que teníamos previstas, porque ahora mismo con la situación económica hay que hacer ajustes y destinar muchísimas partidas a la situación de emergencia. Las que se harán serán las necesarias y además, servirán para dinamizar la economía en el sector”.
– ¿Cambiará de forma considerable el presupuesto de sus áreas?
“Sí. En cuanto sepamos cuál es el escenario económico, porque ahora hay una gran incertidumbre, podremos tener claro qué actuaciones podemos poner en marcha y cuáles diferir en el tiempo. Aquellas obras que no son muy importantes se retrasarían para 2021”.
– ¿Ha supuesto la crisis por la Covid-19 una paralización?
“Nosotros hemos seguido trabajando en lo que estaba previsto, el problema es que se paralizaron todos los plazos de licitación. Por eso, esta semana llevaremos al Consejo de Gobierno una serie de obras para exceptuarlas de la suspensión y poder licitarlas”.
– ¿En qué fecha podrían licitarse las primeras?
Esperamos que en dos semanas estén publicadas en la plataforma de contratación del Estado y que, a partir de ahí, se abran los procesos de presentación de ofertas. Y ya sería todo lo que dure el proceso de licitación, que dependiendo del importe pues sería más largo o más corto. Estaríamos hablando de dos o tres meses, con lo cual, si lo ponemos en marcha en el mes de mayo, en el mes de julio ya podríamos estar empezando obras”.
– ¿Qué tipo de obras son?
“De todo tipo, como las de rehabilitaciones de firmes, las de mejora de la seguridad vial, y las dirigidas a solucionar los problemas de tráfico. Las primeras serían el refuerzo del firme y el asfaltado de la TF-5, la Vía de Ronda y la TF-13”.
– Los días en que el estado de alarma solo permitía la actividad esencial, ¿qué obras frenaron?
“Durante ese parón de 15 días solamente siguieron en marcha las de emergencia, así que se paralizaron algunas como la de mejora paisajística del enlace de la vía exterior con la TF-1 y la de la rotonda de Lora y Tamayo, además de otras más pequeñas”.
– ¿Supondrá eso un retraso en los tiempos de finalización?
“No lo creo. Al ser un parón de 15 días, no debería ser un gran inconveniente en obras de plazos de ejecución muy largos”.
– ¿Es más ágil realizar obras sin personas en las carreteras?
“Sí, sobre todo en obras más complicadas, como el talud de la TF-1, que preveíamos hacer un desvío para no quitar carriles y en vez de eso, hemos aprovechado que no había tráfico para cortar uno de los carriles y trasladar maquinaria pesada”.
– Sin apenas viajeros y siendo el transporte gratuito, ¿le preocupa la falta de ingresos en empresas públicas como Titsa y Metropolitano?
“Ahora mismo estamos en un descenso de casi el 92% de los viajeros, es decir, solo se ingresa un 8% de lo que se hace habitualmente. Y ese 8% de ciudadanos ahora mismo no paga. Así que el problema no es el 8%, sino el 92% de la no facturación de Titsa y Metropolitano, que viene suponiendo prácticamente unos 6 millones de euros al mes”.
– ¿Cómo se puede solventar ese agujero de 6 millones?
“Pues hoy [ayer para el lector] nos reunimos con el Gobierno de Canarias para solicitar ayudas al transporte público. El problema no es de Tenerife, sino que también sucede en el resto de Islas y en la Península. Las empresas han perdido mucho dinero y, en el caso del transporte público, aunque no haya viajeros, debe funcionar”.
– Sanidad recomienda primar el vehículo privado frente al público, ¿cómo lo ve?
“Estos días se ha fomentado el vehículo privado argumentando problemas de seguridad en los públicos, pero lo cierto es que se han implementado medidas que garantizan que no haya contagios. Parece que ahora estamos haciendo las cosas al revés, antes se fomentaba el transporte público y ahora se fomenta el privado, y no debe ser así. Simplemente, durante un tiempo habrá que mantener las distancias y limitar la ocupación máxima de los vehículos”.