sociedad

“Muchas personas abren la puerta y nos reciben entre lágrimas”

‘Inclúyeme’, una red solidaria de voluntarios que nació en Los Abrigos, se disfraza y reparte con humor alimentos y medicinas a los mayores del Sur que viven solos y familias sin medios
La asociación Inclúyeme entrega alimentos y fármacos, además de realizar videollamadas a los mayores, en ocasiones hasta disfrazados para hacerlos reír. DA
La asociación Inclúyeme entrega alimentos y fármacos, además de realizar videollamadas a los mayores, en ocasiones hasta disfrazados para hacerlos reír. DA
La asociación Inclúyeme entrega alimentos y fármacos, además de realizar videollamadas a los mayores, en ocasiones hasta disfrazados para hacerlos reír. DA

Olga no olvidará la cara de Charo, una señora de edad avanzada que vive con su marido, en silla de ruedas, en Los Cristianos cuando le llevó las medicinas a su casa. Charo le expresó su gratitud con sus ojos empañados de lágrimas y Olga le correspondió con más lágrimas. “No nos conocíamos de nada, jamás nos habíamos visto, pero en ese momento te das cuenta de que todos estamos en el mismo barco, atravesando algo terrible, desconocido, durísimo y que necesitamos ayudarnos más que nunca”, explicó a DIARIO DE AVISOS esta voluntaria de la asociación Inclúyeme, un colectivo sin ánimo de lucro que proporciona ayuda a personas como a Charo y Jaime que sufren en silencio y en soledad los efectos de la pandemia de coronavirus.

Las acciones solidarias se encadenan en el sur de la Isla, la zona más castigada por el apagón turístico. Esa vocación altruista mueve a diario a los 40 voluntarios de la asociación, que nació en septiembre pasado en un festival organizado por vecinos de Los Abrigos (Granadilla) para apoyar a los colectivos volcados con la diversidad funcional, intelectual y sensorial. Hoy sus componentes se reparten por toda la comarca y se entregan en cuerpo y alma a ayudar a las familias que más sufren las consecuencias económicas y sociales de la Covid-19.

“Cuando llegas a una casa, la primera reacción de quien nos abre la puerta es de una cierta vergüenza, porque por desgracia a todos nos da pudor  pedir ayuda, pero desde el momento que nos ve reaccionar con naturalidad empiezan a relajarse y se emocionan. Ves cómo les caen las lágrimas. Nos dan ganas de abrazarlos, pero lo tenemos que hacer desde la distancia, y les decimos que se desahoguen, que estamos para ayudarles y que saldremos adelante”, manifestó a este periódico Nando Herrera, tesorero de Inclúyeme, que subrayó la importancia de acompañar a las personas mayores para que no se sientan solas.

“La mayoría de los beneficiarios de edad avanzada se ponen a hablar, hablar, hablar… notas que necesitan contar lo que les pasa. Les dedicamos todo el tiempo que podemos para ayudarles a que se liberen de esa carga psicológica”, cuenta Herrera. La videollamada es otra de las herramientas utilizadas para mostrar a los mayores el cariño desde la distancia. “El otro día hicimos un chat por video y nos pusimos pelucas, sombreros, maquillaje… para que los mayores se rieran de nosotros. Hicimos el tonto para regalarles un rato divertido”.

Los voluntarios de este colectivo, siguiendo las instrucciones de los coordinadores que reciben las llamadas, visitan a los beneficiarios para conocer sus necesidades específicas, hacer la compra y llevársela a domicilio. Así dan respuesta a la demanda de las necesidades básicas (víveres y fármacos) de los sectores de población más vulnerables que no pueden garantizarse por sus propios medios a raíz del estado de alarma.

La asociación Inclúyeme entrega alimentos y fármacos, además de realizar videollamadas a los mayores, en ocasiones hasta disfrazados para hacerlos reír. DA
La asociación Inclúyeme entrega alimentos y fármacos, además de realizar videollamadas a los mayores, en ocasiones hasta disfrazados para hacerlos reír. DA

El tesorero de la asociación recuerda cómo fechas atrás se pusieron en contacto con una familia de San Isidro formada por una madre y su hija, que no llegaba a los 20 años, y que cinco días antes había dado a luz. No disponían de los recursos básicos para atender a un bebé y a través de uno de los grupos de WhatsApp de los voluntarios se consiguió un carrito y pañales.

Hace un par de semanas, una agente del Cuerpo Nacional de Policía de La Laguna, que resultó contagiada por Covid-19 y que felizmente se acaba de recuperar, contactó con la asociación para advertir de que un familiar vivía solo en el Sur. Otro caso fue el de una enfermera del Hospital Universitario de Canarias que se dirigió a Inclúyeme porque sus padres, ya mayores, residían en San Isidro y no tenía cómo ayudarles, al ser una profesional de riesgo que los podía contagiar. “Te podría contar muchas historias y no solo de mayores, hace unos días llevamos alimentos a una parejita muy joven en el casco de Arona con un bebé muy pequeño y una niña que no tenía cuatro años. Cuando salimos de la casa cogimos aire, respiramos, descargamos la emoción, y llegamos a la conclusión de lo mucho que hay que hacer en vez de perder el tiempo”, afirma Herrera.

La mayoría de la ayuda se reparte entre familias monoparentales con algún miembro en situación de discapacidad que impide a ese familiar dejarlo solo para ir a comprar. También parejas de edad avanzada y personas que sufren alguna limitación que les imposibilita salir a comprar. El objetivo es que estos colectivos mantengan sus necesidades básicas cubiertas sin que la actual situación les suponga una merma de la calidad de vida superior al resto de la población por causa del coronavirus. Además, gracias a la labor de los voluntarios, estas personas permanecen las 24 horas del día en su domicilio, evitando así el riesgo de contagio. Junto a la comida y las medicinas, la asociación regala un libro infantil a cada familia con menores a su cargo gracias a la donación de una particular.

La cadena solidaria sureña cuenta cada vez con más eslabones. “Empezamos modestamente, abrimos la puerta de la asociación hace poco más de siete meses y tuvimos que convertirla en una puerta de garaje y ahora ya es del tamaño de una nave industrial, sobre todo a raíz del boca a boca de los vecinos”, explica gráficamente Nando Herrera.

Las demandas proceden de todo el Sur. De hecho, la asociación presidida por Alicia Rodríguez colabora con los ayuntamientos y actúa coordinadamente con los servicios sociales municipales. Desde Inclúyeme se asegura que consistorios como los de Arona, Adeje y San Miguel se ofrece una respuesta más a acorde con el drama social generado por la paralización de la actividad económica. También reconoce que Granadilla de Abona, municipio donde la asociación realiza más servicios, necesita más colaboración.

Tanto la presidenta como el tesorero destacan el papel “fundamental” de los voluntarios. “Es nuestro mayor tesoro”, aseguran. Su colaboración no se limita a visitar casas y llevar comida y medicamentos. Algunos explican sus conocimientos vía telemática sobre educación física para recomendar diferentes ejercicios, otros se ofrecen a contar cuentos y hasta un psicólogo atiende a los usuarios que requieran sus servicios.

La asociación Inclúyeme entrega alimentos y fármacos, además de realizar videollamadas a los mayores, en ocasiones hasta disfrazados para hacerlos reír. DA
La asociación Inclúyeme entrega alimentos y fármacos, además de realizar videollamadas a los mayores, en ocasiones hasta disfrazados para hacerlos reír. DA

Inclúyeme ha puesto en marcha la campaña Aportar es Incluir para dar respuesta a las necesidades de las personas con limitaciones de movilidad por motivos de salud, edad, discapacidad o por su entorno social. Una iniciativa que forma parte del programa Tenerife Solidario, impulsado por el Cabildo a través de Simpromi, para facilitar la obtención de recursos económicos mediante campañas de crowdfunding (financiación colectiva).

Desde el pasado jueves se puso en marcha la recaudación que durará 35 días. Al concluir ese plazo la asociación recibirá la cantidad aportada para mantener su labor. Se puede colaborar económicamente a través de la página de crowdfunding o con aportaciones de alimentos y otras ayudas materiales contactando en Facebook.

Con la campaña Aportar es incluir se busca garantizar la continuidad de este servicio solidario el máximo tiempo posible con un número cada vez mayor de voluntarios, lo que permitirá ampliar el radio de acción de la ayuda y, por tanto, la cantidad de usuarios. Todos estamos convocados a mantener encendida la llama de la solidaridad. Ahora más que nunca.

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