Diario de Avisos / Europa Press
El Gobierno de España permite la salida de menores de 14 años acompañados por un adulto y durante una hora diaria desde el 26 de abril.
A partir de dicha fecha, las infecciones por coronavirus en jóvenes de entre 0 y 9 años y de entre 10 y 19 han aumentado en un 30% aproximadamente, según los datos del Ministerio de Sanidad.
Los contagios en estas dos franjas de edad han crecido más que en las otras, menos en la que agrupa a los mayores de 90 años.
En cuanto a los ingresos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), las hospitalizaciones de menores de 10 años han aumentado un 27%, mientras que en la franja que le sigue -menores de 20 años- lo han hecho en un 25%.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha precisado que si hubiera habido un efecto de transmisión producido por los paseos con niños, “se hubiera empezado a observar ya” y, aunque ha señalado que ha habido “pequeñas ondulaciones” que en algún momento les ha puesto “un poco nerviosos”, hasta ahora, consideran que “son las habituales en el proceso de descenso de transmisión en la pandemia”.
Sin embargo, ha señalado que algunos hospitales han detectado que la edad media de los atendidos e ingresados por coronavirus COVID-19 es “menor” pero Sanidad señala que “aparentemente” no es un efecto de la salida de los niños a la calle, una medida de la que ya se han cumplido 15 días.
Así lo puso de manifiesto este lunes durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité de Gestión Técnica del Coronavirus.
“En algunos hospitales, no muchos, sí que habían detectado que la edad media de las personas era menor, no niños. Esto al principio podía ser debido a varias cosas y lo primero que tuvimos que descartar es si tenía que ver con el efecto de la salida de los niños y aparentemente no lo era”, explicó.
Simón lo ha achacado a que “la población está empezando a recuperar algo de movilidad y de vida social”.
“Algunos pacientes más jóvenes, más fuertes, que a lo mejor hasta ahora se quedaban en casa, están volviendo a ser atendidos e ingresados incluso en los hospitales, cuando los médicos lo consideran adecuado. Podría ser este efecto, pero tampoco tenemos certeza, es muy difícil de valorar”, ha subrayado.
Según ha añadido, es difícil concluirlo porque “los periodos de incubación son los que son” así como “los retrasos en la detección porque las personas tardan un tiempo en ir al médico, y luego hay que hacer el diagnóstico y la notificación”.
Además, ha señalado que también hay que tener en cuenta los periodos de incubación que pasan de una generación de casos a otra. En cualquier caso, ha insistido en que no han observado “ningún repunte sustancial en ningún lugar”.