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Dos chefs de La Gomera y El Hierro consideran “una locura” abrir ahora

Las islas de La Gomera y El Hierro comenzarán este mismo lunes el plan de desescalada que ha previsto el Gobierno de Pedro Sánchez para devolver al país a lo que se ha denominado la nueva normalidad

Las islas de La Gomera y El Hierro comenzarán este mismo lunes el plan de desescalada que ha previsto el Gobierno de Pedro Sánchez para devolver al país a lo que se ha denominado la nueva normalidad. Estas dos islas canarias, junto a La Graciosa, han sido seleccionadas, por sus bajos índices de contagiados por la pandemia del coronavirus, para entrar directamente en la Fase 1, saltándose así la Fase 0. En lo que concierne al sector de la restauración quiere decir que desde este lunes podrán abrir las terrazas, en principio al 30% de su capacidad y preparar comida para llevar a los domicilios.

DIARIO DE AVISOS se ha puesto en contacto con dos chefs de las citadas islas tinerfeñas. Uno de ellos es Ancor Sánchez, del restaurante La Salamandra, en San Sebastián de La Gomera, a quien se reconoció su trabajo a la Mejor Cocina Canaria en los XXXIV Premios de Gastronomía de DIARIO DE AVISOS, y el otro es Arabisen Quintero, de Casa Juan, en La Restinga, cuyos esfuerzos le hicieron acreedor del reconocimiento a Mejor Restaurante Canario, en los XXXIII Premios de Gastronomía de DIARIO DE AVISOS. Ambos coinciden en que de momento no van abrir las puertas de sus restaurantes y tienen la mirada puesta en el momento en que los aeropuertos y puertos estén listos para recibir a los turistas. Hacerlo antes sería un suicidio económico dado que su clientela es básicamente el visitante de la isla y no la población local.

Arabisén Quintero, que saca adelanta su pequeño local en el pueblo marinero de La Restinga junto a su mujer Carmen Lorena Machín, cuenta que de momento “vamos a esperar a que se abran las conexiones entre islas. Nuestros ingresos proceden en un 80% del sector turístico. No abrimos desde ya, porque eso sería suicidarnos económicamente y generar más pérdidas de las que mantenemos con el restaurante cerrado”.

Arabisén Quintero

Aunque en esta fase del desescalamiento se puede practicar el take away y el delivery, Quintero afirma que “no tiene clientela para prestar este servicio. Hay negocios en Valverde de pizzas y comidas rápidas que si lo practican pero sólo los fines de semana. Imagínate en La Restinga, donde vivimos prácticamente del turismo. Y ahora todo el mundo está parado, así que para qué vas a repartir a domicilio”.

Insiste en que las medidas son una “auténtica locura”. “Si cuando volvamos a la nueva normalidad solamente podemos tener un aforo del 50% yo creo que es preferible esperar a poner en marcha el negocio completo. Ahora puedes abrir el 30% de las mesas de la terraza. Yo tengo cinco mesas así que ya me dirás con cuánto me quedo”.

Arabisen Quintero, que tuvo que hacer un ERTE con sus cuatro empleados, está pensando ya en nuevos platos, pero también en poner al día una pequeña finca para que los cultivos puedan servir para el autoabastecimiento del restaurante el día que pueda abrir en condiciones.

Ancor Sánchez afirma que “sinceramente no tengo ninguna prisa en abrir. Hasta que la situación no cambie lo veo un poco surrealista. De momento esperaré a ver cómo se va desarrollando todo porque si de aquí a cuatro meses las cosas siguen igual se irán cerrando negocios”.

El chef, que llegó a La Gomera hace 24 años desde su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canaria, trabajaba hasta que cerró por el coronavirus en su restaurante La Salamandra, en la calle Real y tenía prácticamente cerrado el traspaso. Su intención era mudarse, aunque a muy pocos metros, a una antigua casona en la plaza de la Constitución, donde pensaba abrir una heladería y vinoteca y su restaurante, pero el estado de alarma le ha cogido con todo este lío.

Ancor Sánchez prefiere esperar a que se abra el puerto de San Sebastián y empiece a llegar gente de fuera. “Le he dado muchas vueltas y lo veo muy negro, veremos si de aquí a cinco meses podemos abrir o no. Con un tercio de capacidad no tiene sentido abrir. Yo tengo un local pequeño y necesito montar una terraza, si o sí, pero con tres mesas no vamos a ningún lado”.

En cuanto a lo de la comida para llevar afirma que San Sebastián tiene unos 7.000 habitantes y con la situación económica que viene cuánta gente se puede permitir el lujo de comprar comida para llevar”. “A lo mejor estoy pesimista, pero es así”, dice.

Aunque está “loco por empezar a trabajar”, afirma que el turismo no va llegar hasta final de año y el negocio no se mantiene sólo con la población local. Los fines de semana podemos llenarla gente de aquí, pero dependenos absolutamente del turismo”, afirma.

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