La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó ayer una propuesta de recuperación económica sin precedentes para los Estados miembros de la UE. La misma, que deberá recibir luz verde tanto del Consejo como del Parlamento comunitario para su puesta en práctica, contempla, inicialmente, una partida de 140.500 millones para España, uno de los países más afectados por la pandemia del coronavirus. De esa cuantía, 77.324 millones serían transferencias a fondo perdido -es decir, no reembolsables- y sin condiciones, mientras que los otros 63.122 millones se configurarían como créditos a devolver.
Y Canarias, como la comunidad que más está sufriendo las consecuencias del parón económico debido a su enorme dependencia de la actividad turística, en caso de que llegue a buen puerto la iniciativa de Von der Leyen, podría beneficiarse de ayudas que en el conjunto del Estado rozarían los 10.000 millones. Así lo sostiene el eurodiputado Juan Fernando López Aguilar, que en declaraciones a DIARIO DE AVISOS destacaba ayer que “el turismo es una prioridad en el plan de recuperación”.
El político canario, de los socialistas europeos, reconoce que desde su grupo “habíamos echado de menos una reacción más enérgica en el minuto uno de la pandemia, y hemos tenido dos plenos en los que hemos sido muy exigentes con que la Comisión tome las riendas”. Aún así, también admite que el proyecto Von der Leyen “es razonable e invita a la esperanza; no a la euforia, pero sí a la esperanza”. Además, resalta que supone “un avance cualitativo” comparado con otros momentos de crisis en el club comunitario: “Marca la diferencia con respecto a lo que fue, a nuestro juicio , la pésima gestión de 2009 en adelante, la Gran Recesión; la política profundamente equivocada, la austeridad”.
Por otro lado, afirma que el plan de recuperación lanza un mensaje positivo sobre el propio sentido de la UE ante el escepticismo de los países del Sur -los llamados frugales-, que pusieron en duda la conveniencia de las transferencias sin condiciones: “Si hay cuatro Estados en estos momentos que se niegan a apoyar este plan, están en minoría y no están a la altura; no han comprendido nada”. Por tanto, se congratula de que hayan quedado recogidas en el proyecto “las transferencias directas, sin exigir ningún tipo de reforma estructural: ni rebajar salarios, ni reducir gastos en Sanidad y Educación; por primera vez bonos europeos, endeudamiento con cargo al marco financiero plurianual para los próximos 7 años”.
Y dice tener claro que “quienes hemos estado del lado correcto, del entendimiento de la situación y de la apuesta política para responder a la crisis hemos sido los socialistas de la Europa del Sur”, ya que “Pedro Sánchez y António Costa son los que lideraron con coraje la apuesta ambiciosa de lo que se denominó Plan Marshall europeo, y esto se le parece; un plan de inversión no condicionada, no de préstamos, sino de transferencias para reparar el daño causado por el parón económico”.
La presentación de esta estrategia coincide con el inicio del luto oficial en toda España declarado por el Gobierno por las víctimas de la Covid-19, que ascienden a 27.000 según los registros oficiales de las autoridades sanitarias, si bien esta cifra podría ser mayor.
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