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Investigadores tinerfeños en busca de un fármaco contra la Covid-19

Un equipo del Hospital Universitario de Canarias intentará demostrar en ratones la eficacia de dos medicamentos a la hora de evitar el colapso en los pulmones que suele provocar el virus
El jefe del servicio de Reumatología e investigador del HUC, Federico Díaz, lidera esta investigación, uno de los dos estudios financiados por el Instituto de Salud Carlos III en Tenerife. Fran Pallero
El jefe del servicio de Reumatología e investigador del HUC, Federico Díaz, lidera esta investigación, uno de los dos estudios financiados por el Instituto de Salud Carlos III en Tenerife. Fran Pallero
El jefe del servicio de Reumatología e investigador del HUC, Federico Díaz, lidera esta investigación, uno de los dos estudios financiados por el Instituto de Salud Carlos III en Tenerife. FOTO: Fran Pallero

Investigadores de todo el mundo buscan una vacuna que permita retomar la antigua normalidad sin miedo al nuevo coronavirus, SARS-CoV-2. Como ese proceso podría llevar, como poco, un año, de forma paralela ha surgido otra carrera investigadora para hallar un fármaco que evite que el virus avance por nuestro organismo, o incluso, que una vez lo haya hecho, logre revertir los daños causados por el patógeno. En la búsqueda de un medicamento eficaz trabaja un equipo del Hospital Universitario de Canarias (HUC), que desarrolla una de las dos únicas investigaciones que ha financiado el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) en Tenerife.

Federico Díaz, jefe del servicio de Reumatología del HUC y catedrático de Medicina de la Universidad de La Laguna, lidera el grupo que pondrá a prueba dos fármacos mediante experimentos en vitro y en ratones para demostrar la eficacia de ambos contra la Covid-19. Junto a él trabajan también los biólogos Javier Castro, investigador postdoctoral, y Sergio Santos, estudiante de máster.

El investigador principal relata que antes de pensar en un fármaco que atacara al virus, fue necesario fijarse en cómo actuaba el patógeno para dañar el organismo humano. Porque si bien es cierto que hay personas que superan la Covid-19 de forma asintomática o con cuadros gripales leves, sí que hay una preocupación por los pacientes a los que causa una clínica grave.

“En algunos casos, el virus causa una afectación pulmonar importante y el paciente requiere hospitalización o ingresar en UVI”, cuenta Díaz, quien explica que la mayoría de las veces, la gravedad de la clínica se debe a lo que se conoce como síndrome de hiperinflamación.

Un año deberá ser suficiente para constatar que dos medicamentos son eficaces contra el virus. FOTO: F. P.
Un año deberá ser suficiente para constatar que dos medicamentos son eficaces contra el virus. FOTO: F. P.

¿Y cómo surge ese síndrome de hiperinflamación? Pues los investigadores creen que cuando el virus entra en las células, alterando su funcionamiento habitual para autoreplicarse miles de veces, el sistema inmune responde con una excesiva respuesta inflamatoria, es decir, “se pasa de frenada” y produce un cuadro inflamatorio que puede llegar a colapsar los pulmones, ya de por sí dañados por el virus.

Hay muchos datos que sugieren que el principal causante de este estado de exagerada inflamación serían los monocitos, un tipo de glóbulos blancos que tenemos en la sangre que acuden de forma exagerada al foco de inflamación en los pulmones. Allí, estas células favorecen una liberación descontrolada de sustancias solubles inflamatorias que es conocida como “tormenta de citoquinas”.

Con el objetivo de evitar que se produzca ese síndrome de hiperinflamación, la propuesta del HUC estudiará dos fármacos, la guanfacina y la clonidina, que ya se utilizan contra la tensión arterial y respecto a los que existen indicios de que podrían evitar que el monocito migre y llegue a los pulmones.

“Lo que hemos visto en estudios previos es que estos dos compuestos impiden la acumulación de neutrófilos, otro tipo de leucocitos, en los focos de inflamación y en experimentos preliminares parecen ejercer un efecto similar sobre los monocitos”, detalla Díaz justo antes de aclarar que precisamente es esto último lo que tendrá que demostrar su estudio, con la intención de aportar una línea argumental sólida para la utilización de estos compuestos en posteriores ensayos clínicos con pacientes.

Tras provocar a los ratones una clínica similar a la Covid-19, se les administran los fármacos. FOTO: F. P.
Tras provocar a los ratones una clínica similar a la Covid-19, se les administran los fármacos. FOTO: F. P.

Sobre la fecha en que podría haber resultados, el estudio se prolongará durante un año, un período en el que el Instituto de Salud Carlos III aportará financiación. A partir de ahí, se deberían presentar algunas conclusiones. En cualquier caso, Díaz avanza que investigar con fármacos ya aprobados para uso humano es ventajoso: “Al haber sido testados frente a otras enfermedades, si finalmente se demuestra que son eficaces contra la Covid-19, asumirías menos riesgos que con un nuevo fármaco, ya que estos han superado estudios previos en los que se demostró que son seguros”.

En el HUC, los científicos no trabajan con el virus del SARS-Cov-2, ya que para manipular patógenos tan infeccciones se necesitaría un espacio preparado para ello, como un laboratorio P3, pero no hay ninguno de este tipo en Canarias.

Por ello, y para investigar cómo los dos fármacos del estudio evitan la excesiva respuesta inflamatoria del sistema inmune, lo que Díaz y su equipo hacen es inducir una inflamación a los ratones, en una especie de simulación de lo que ocurriría si contrayeran el virus.

Periódicamente, los científicos comprueban si el tratamiento evitó la “tormenta de citoquinas”. FOTO: F. P.
Periódicamente, los científicos comprueban si el tratamiento evitó la “tormenta de citoquinas”. FOTO: F. P.

En concreto, se trabajará con dos modelos experimentales de inflamación que servirán para observar si tras inyectar los fármacos a los ratones, se reduce la cantidad de monocitos que acuden a la zona inflamada, evitando la respuesta inmune excesiva. De comprobarse que los fármacos son eficaces frenando el avance de los monocitos, habría que administrarlos antes de que el estado de los pacientes sea grave.

No obstante, otra línea del mismo estudio analizará en una placa de petri, un recipiente redondo de cristal que sirve para cultivar microorganismos, si estos compuestos ejercen algún efecto sobre la supervivencia de líneas celulares de monocitos. Es decir, también se prevé averiguar si los medicamentos pueden inducir la muerte de los monocitos una vez hayan alcanzado el tejido pulmonar.

Un proyecto financiado por el Instituto de Salud Carlos III

El fondo Covid, con el que el ISCIII otorgará 24 millones de euros a investigaciones españolas sobre la Covid-19, solo ha elegido cinco proyectos canarios. Entre ellos están el del HUC, además de una investigación del Servicio Canario de la Salud y la Universidad de La Laguna sobre el uso de ozono para la reutilización de EPIs.

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