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José Andrés: “En emergencias, los cocineros somos los soldados perfectos”

El chef asturiano José Andrés, afincado en EE.UU., propone modelos para luchar contra el hambre y sitúa a los cocineros, “mi gremio”, como los “soldados perfectos para esta lucha”. El cocinero, que ha sido dos veces candidato al Nobel de la Paz y lidera un movimiento global que alimenta al mundo, ha sido entrevistado por Benjamín Lana, presidente de la división de Gastronomía del Grupo Vocento, y por el periodista Carlos Maribona, de ABC y responsable del blog Salsa de Chiles. Desde su casa de Washington y en chaquetilla, José Ramón Andrés Puerta atendió esta semana la llamada de #GastronomikaLive para describir una realidad de carencia alimentaria mundial “dramática”, en la que “los cocineros nos vamos a tener que comprometer”. “Se debe erradicar el hambre en el mundo”, exhortaba. Un mensaje para Naciones Unidas, “que muchas veces se complace en palabras y no en hechos”, y para todos y cada uno. “Recoger un papel en la calle es una acción pequeña, pero suma”. Suma a esta guerra, la de la lucha contra el hambre, “en la que los cocineros somos los guerreros perfectos”. Aunque modesto, Andrés es el líder del ejército. El chef Quique Dacosta, con tres estrellas Michelin en el restaurante que lleva su nombre en Denia (Alicante), entró virtualmente en la entrevista para cerciorarlo.

Nominado dos veces al Nobel de la Paz y portada de la revista Time, José Andrés lidera World Central Kitchen, una organización de acción rápida capaz de ofrecer decenas de miles de comidas al día por todo el mundo, en las circunstancias más complicadas. Con la pandemia del coronavirus ha llegado a España, donde ya gestiona 15 cocinas activas en 35 ciudades, y donde colaboran más de 200 cocineros. Y a su colectivo se dirigió: “Como cocinero no puedo estar satisfecho en dar de comer a pocos y no estar comprometido al mismo tiempo en dar de comer a muchos”. Se dirigía a su sector, pero también a las instituciones. “No puede ser que, en un país como España, en un momento de emergencia como este, haya gente sin prestación. Necesitamos sistemas para que las personas que se quedan atrás no se sientan abandonadas, porque si no atajamos el hambre, va a haber problemas sociales”. Además, “tenemos excedentes de producto en el campo que no se recogen por falta de demanda y gente que pasa hambre. No tiene sentido. El Estado debería comprar el excedente a los productores y llevar esos alimentos a quien los necesita”. Pero en las emergencias, “las administraciones son lentas”.

Para el caso español, “para todos”, el asturiano ponía un ejemplo que funciona en EE.UU. y “se puede exportar”, una ley en la que él mismo ha participado, por la que la Administración paga a los restaurantes para que estos abran y cocinen para los más necesitados. “Actúa el Estado y actúo el individuo”. Una colaboración público-privada que “pone a trabajar a los restaurantes, transformándolos en cocinas comunitarias”. World Central Kitchen lo hace así, uniendo establecimientos con ONG para cubrir las necesidades, y está dando 300.000 comidas al día.

José Andrés se ha convertido en líder de esta solidaridad alimentaria mundial, aunque rehuya el título. “En América, hay tres palabras importantes: We, the people, y me encantan. Estamos en un mundo donde manda el yo, y a mí me gusta el nosotros”. Seguía sin convencer a Dacosta: “José está consiguiendo que la función del cocinero vaya mucho más allá que cocinar. Es un líder, y no es necesario que se lo digamos. Lo es como lo fue Ferran Adrià o los teóricos de la Nouvelle Cuisine. José es el líder de un movimiento global que alimenta el mundo”.

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