
Han llegado para quedarse, y en situaciones extraordinarias como la actual, derivada de la crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19, despliegan su gran potencial por el cielo de las Islas. Los drones ya forman parte de nuestras vidas y son elementos imprescindibles para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en labores de vigilancia de infracciones de tráfico y búsqueda de desaparecidos, pero también en la lucha contra los incendios y hasta el transporte de mercancías.
Desde que comenzó la cuarentena, la tecnología denominada RPA (Remote Pilote Aircraft) se ha convertido en una herramienta cada vez más extendida para supervisar el cumplimiento del confinamiento de la población y garantizar así la seguridad pública, en base al deber de colaboración de las empresas privadas con las autoridades públicas responsables de la gestión de la crisis sanitaria, tal como establece el Real Decreto 1036/2017, de 15 de diciembre, por el que se regula la utilización civil de las aeronaves pilotadas por control remoto.
De acuerdo con esta norma, todos los vuelos realizados en espacio aéreo se han coordinado con Enaire, el proveedor de los servicios de navegación aérea en España, de acuerdo con las medidas necesarias para garantizar la seguridad y el éxito de cada operación.
Capital canario
La empresa canaria Airmedia 360, una de las primeras operadoras de drones de España, fundada en 2010 en La Orotava y de capital 100% canario, ya ha realizado más de 150 vuelos durante el estado de alarma en las ciudades de Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria y en el municipio de Los Realejos al servicio de los cuerpos de Policía Nacional y Local con la finalidad de verificar el cumplimiento de las restricciones de movilidad que afectan a la población.
Precisamente, en uno de sus últimos servicios un dron detectó una fiesta en una piscina en la capital grancanaria, lo que permitió la actuación de la Policía y tramitar la posterior denuncia.
La empresa dispone de una flota de nueve aeronaves en las Islas, seis en la Península y otras tres en construcción y cuenta con sede en el Puerto de la Cruz, Madrid, Barcelona y desde hace 10 meses en Nueva Jersey (Estados Unidos). Diseña y fabrica sus propias aeronaves en sus talleres y oficinas, donde también se tramitan las autorizaciones pertinentes, se ofrece información y se prestan servicios especializados.
La empresa tinerfeña es un referente en el ámbito de la producción cinematográfica como queda acreditado con trabajos en grandes producciones para las compañías y canales Netflix, Disney y HBO. Airmedia 360, que cuenta con los drones de mayores dimensiones que se utilizan en Europa para cine y publicidad, ha prestado sus servicios para el rodaje de películas como Rambo 5, que trajo a Sylvester Stallone a Tenerife, La línea invisible (última serie de Movistar) y The Witcher (Netflix).
Salvar vidas
Francisco Salazar Martín, fundador de la empresa e instructor, subraya el “enorme potencial” que ofrece esta tecnología para salvar vidas y que “apenas se está explotando en España”, por lo que considera necesario que desde las administraciones locales se desarrollen los mecanismos que permitan el uso habitual de drones en situaciones de emergencias terrestres o marítimas como una “herramienta complementaria que puede ser decisiva en el resultado final”.
Salazar indicó que el 70% de la facturación de la empresa se produce en el mercado peninsular mientras que el 30% restante se genera en el Archipiélago. La compañía tinerfeña acaba de recibir los permisos para poder volar y grabar en el Parque Nacional del Teide.
Además de su uso ante situaciones de emergencia o en tareas de vigilancia, estos artefactos voladores nos brindan en estas fechas la posibilidad de contemplar unas formidables estampas aéreas de las dos capitales canarias. DIARIO DE AVISOS ofrece hoy a sus lectores unas imágenes inéditas, en pleno confinamiento, del Auditorio Adán Martín, las dos torres de Cabo Llanos, en Santa Cruz, en medio de un entorno vacío, o una insólita playa de Las Canteras, en el corazón de Las Palmas de Gran Canaria, sin bañistas. Son imágenes para la historia.