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Se buscan nuevos caminos para ayudar a salir del colapso económico

La sesión de ayer se convirtió en un debate intenso sobre el modelo productivo de Canarias y el papel que tiene que jugar el turismo
Sesión parlamentaria. DA
Sesión parlamentaria. DA
Sesión parlamentaria. DA

En el mundo de las ideas, el camino que va de la marginalidad al centro del debate es largo y está lleno de derrotas. Pero a veces, las condiciones objetivas cambian y algo que resultaba disparatado o improbable se pone de moda. Le ha pasado a la renta de ciudadanía, que hace diez años parecía un invento fruto de la imaginación calenturienta de vagos y que, en pocos días, se aprobará en Consejo de Ministros. Y podría pasarle al cambio de modelo productivo de Canarias, una hipótesis siempre postergada por el hecho incontestable de que las islas han sido una mina para el turismo. Pero mucho más plausible, quizá inevitable, en un mundo de pandemias -la de hoy y las que vengan-, confinamientos, incertidumbres, protocolos, mascarillas y látex. Por lo pronto, ayer fue uno de los grandes temas que atravesó el debate en el Parlamento durante las preguntas parlamentarias y las comparecencias de la consejera Economía, Conociemiento y Empleo, Elena Máñez, y de la consejera de Turismo, Comercio e Industria, Yaiza Castilla.

Todo empezó normal, hablando de lo fatal que está la situación. Y en el caso de la oposición, de lo mal que lo hace el Gobierno regional. Aquí, el más animado fue Carlos Ester, diputado del Partido Popular, que afirmó, ya en el calentamiento de la pregunta parlamentaria, que todavía no se había “concretado” un compromiso del Gobierno nacional para prorrogar los ERTE turísticos hasta diciembre, o que había 30.000 familias sin cobrarlos todavía en Canarias. “Han preferido defender al señor Sánchez”, le espetó a Máñez. También criticó al Gobierno canario la diputada de Coalición Canaria, Socorro Beato, acusándolo de no inyectar la liquidez suficiente en el sistema para PYMES y autónomos y pidiéndole que presione al Estado para el cumplimiento del Régimen Económico y Fiscal: “Con que solo cumpliera una tercera parte de lo que supone el REF, podríamos reflotar Canarias”. A lo que Máñez respondió que las medidas del Gobierno han evitado que no haya “una crisis social” y que la prioridad es la defensa de los servicios públicos: “No se tocan”. Pronosticó una caída del PIB en torno al 15%, un 12% en el escenario más positivo y un 19% en el más negativo.

Pero ante el vacío de lo desconocido -y quizá la culpa de haber hecho poco durante las vacas gordas del turismo-, se habló de diversificación productiva. Lo mencionó el portavoz de Ciudadanos, Ricardo Fernández de la Puente, que defendió un impulso a la agricultura, la ganadería, la industria, el conocimiento o la reducción de la brecha digital durante la comparecencia de Máñez. Pero la cosa cogió más vuelo cuando habló el portavoz de la Agrupación Socialista Gomera, Casimiro Curbelo: “Hemos estado muy centrados en el turismo. Hay carencias notables en la diversificación. Hemos tenido, yo también, una tendencia a hacer lo mismo”, afirmó mientras defendía que no se puede seguir apostando por las energías derivadas del petróleo. “Tenemos cuatro parques eólicos pendientes de autorización en La Gomera”. El alma sostenible de Curbelo alberga el pecado original de querer hacer un puerto en Fonsalía junto a una Zona Especial de Conservación donde viven, gozosas, las ballenas. Pero tiene poder para marcar prioridades.

Durante la comparecencia de la consejera de Turismo, Yaiza Castilla, que venía a hablar del proyecto ‘Fortaleza’, dirigido a promocionar a Canarias como un destino seguro, el debate subió de tono después de que tanto Fernández de la Puente, de Ciudadanos, como Carlos Ester, del PP, aprovecharan las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, diciendo algo que ha enfadado a mucha gente: que el turismo es una industria con “poco valor añadido, estacional y precario”. “Quieren implantar un estado comunista”, llegó a decir el Ester.

Por su parte, el diputado de Sí Podemos Canarias, Francisco Déniz, criticó la excesiva dependencia de ese monocultivo turístico, y recordó que, incluso en los mejores años del turismo, con 16 millones de viajeros, Canarias ha tenido enormes cifras de paro y de pobreza, con el agravante del enorme consumo de recursos ambientales. “Hay que decrecer”, afirmó Déniz. “El PIB ya no explica nada. Hemos tenido cifras de PIB muy buenas y la pobreza no ha disminuido”, defendió. Turismo pero redimensionado. Y utilizó una cita de Gramci para ilustrar la situación actual: “El viejo mundo se muere, el viejo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”. Según Déniz, “estamos en un momento de incertidumbre y muchos tenemos que reflexionar”.

“Quizá el turismo no sea sea la industria perfecta, que no lo es, pero todo aquello de crear nuevos nichos, de diversificar el monocultivo turístico e ir más allá del binomio turismo-construcción se ha convertido en una serie de expresiones manoseadas”, afirmó la diputada de Nueva Canarias, Esther González. “Dadas las circunstancias actuales, creemos que es necesario ponerlas en marcha. “Hablamos de cuestiones como el desarrollo de las energía renovables, de la movilidad sostenible, el fortalecimiento del sector primario, industrial o cultural”. Al mismo tiempo, pidió trabajar en la “conectividad” con las principales rutas con Canarias.

“Lo único que yo puedo admitir es poner límite al crecimiento, no renunciar al turismo” afirmó Curbelo. “Hay que crecer más en el gasto de los turistas”.

“Quizá los miembros del pacto deberían reunirse para ponerse de acuerdo”, afirmó con sorna el secretario general de CC, José Miguel Barragán, dispuesto a sembrar sospechas. Barragán también defendió un “sí rotundo de su partido al sector turístico”.

“Formar parte de un mismo pacto político no quiere defender un pensamiento monolítico”, le respondió Curbelo. Y cuando se bajó del atril, fuera de micrófono, le dijo algo. “Los argumentos los tienes tú, los demás somos ignorantes”, se oyó decir a Barragán, algo irritado.

Y entre esas cosas que piensa Curbelo, hay una bien inquietante: que España tendrá que ser intervenida el próximo año.

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