El Cabildo de Tenerife y la Cruz Roja decidieron esta semana desmantelar el hospital de campaña que se encontraba instalado en el Recinto Ferial de Tenerife en previsión de un aumento de casos y como refuerzo a los hospitales de referencia de la Isla, una vez finalizó el estado de alarma y gracias a los datos positivos de evolución de la Covid-19 en Tenerife.
La instalación de este hospital de campaña fue adelantada por DIARIO DE AVISOS el pasado 24 de marzo ante la excepcionalidad de los acontecimientos que estaban sucediendo a raíz de la irrupción de la pandemia de la Covid-19. A esas alturas del desarrollo de la crisis sanitaria, ya habían perdido la vida 21 personas en Canarias. Estaba prevista su utilización para aquellos pacientes que no presentaban gravedad pero su estado de salud obligaba a tener un seguimiento activo.
El presidente del Cabildo, Pedro Martín, resaltó “la dedicación y profesionalidad del personal encargado de este hospital, que han hecho un trabajo excelente. Desde la Corporación agradecemos enormemente este esfuerzo, al igual que a todo el equipo de Cruz Roja”. “Afortunadamente ha sido una instalación que no hemos tenido utilizar”, manifestó.
Asimismo, destacó que la vuelta a la normalidad ha permitido abrir las residencias de mayores a las visitas controladas bajo protocolo de seguridad.
Por su parte, el consejero de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, Javier Rodríguez Medina, encargado de coordinar las labores con el Servicio Canario de la Salud (SCS) y con Cruz Roja, advirtió que “hemos decidido dejar preparadas las instalaciones de saneamiento, de suministro de agua e instalaciones eléctricas específicas para que esta instalación pueda estar en servicio en menos de 48 horas”.
Enclave idóneo
Este hospital de campaña estaba compuesto por tres módulos o islas de 60 camas, y cada una de ellas formada por ocho grupos de ocho camas a modo de habitaciones, hasta un total de 180 camas. Se trataba de una infraestructura modular de más de 12.000 metros cuadrados.
Se consideraba un enclave idóneo, ya que esta planta alta diáfana era espaciosa y luminosa, así como bien comunicada.
La instalación del hospital para atender la crisis del coronavirus comenzó a montarse el 28 de marzo y finalizó en algo más de 48 horas por un equipo formado por 16 personas y un coordinador que plasmaron el diseño realizado por la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias.
La estructura estaba compuesta por varias carpas, en las que se distribuirían los pacientes, área reanimación, de entrada y salida del personal, así como la zona de residuos, que incluye orgánicos y sanitarios.
El Servicio Canario de Salud fue el encargado de suministrar las camas, mientras que la Cruz Roja aportó las carpas, se encargó de levantar los módulos y llevar a cabo la distribución de los espacios. Las 180 camas estaban distribuídas en 60 en cada isla o módulo, cada una formada por ocho grupos de ocho camas a modo de habitaciones.
La planta baja se convirtió en un centro logístico desde el que realizar la distribución de medios y recursos a los diferentes ayuntamientos que los solicitaran, así como de material adquirido por el Cabildo y el Servicio Canario de la Salud.
Podría haberse ampliado si hubiera sido necesario a 220 plazas. El Cabildo también barajó la adecuación de otros lugares, como el Pabellón Santiago Martín, para su puesta a disposición.
También se sumaron a la iniciativa de apoyos y mostraron su predisposición a acoger a enfermos leves para que pasaran su cuarentena, personal sanitario o incluso a los turistas que no pudieron regresar a sus países de origen, diversos establecimientos, como los Hoteles Escuela.
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