inmigración

Mujeres, niños y bebés, la ‘nueva’ inmigración que llega desde África

“Si esa es la opción elegida por estas personas, es que han agotado todas las posibilidades de mejorar su vida; no hay más, llegan desesperados”, afirma el responsable de Cruz Roja en el Sur
José Luis Camisón, atiende a un menor inmigrante tras llegar en patera. Cruz Roja
José Luis Camisón, atiende a un menor inmigrante tras llegar en patera. Cruz Roja
José Luis Camisón, atiende a un menor inmigrante tras llegar en patera. Cruz Roja

Mujeres, muchas de ellas embarazadas, menores y bebés. Son los perfiles cada vez más habituales de los inmigrantes que atiende Cruz Roja en el puerto de Los Cristianos, en el municipio de Arona, tras el último repunte de pateras, una realidad que no tiene nada que ver con los tripulantes de las embarcaciones, en su gran mayoría varones subsaharianos, que han arribado al Archipiélago en los últimos años, y mucho menos con el boom migratorio de la crisis de los cayucos, en 2006, cuando llegaron a Canarias -al sur de Tenerife y al de Gran Canaria, sobre todo- casi 32.000 personas en barcas que llegaban a transportar más de un centenar de inmigrantes.

Los responsables y voluntarios de la organización humanitaria, operativos las 24 horas los 365 días del año, reconocen que en las últimas llegadas nunca habían visto tal cantidad de mujeres, niños y lactantes. Señalan que en los años anteriores la presencia femenina e infantil era mínima. “Quizá un par de casos en cientos de llegadas”, señaló a este periódico José Luis Camisón, coordinador de Cruz Roja en la comarca de Abona, que admite que la fragilidad de los ocupantes de las pateras y el estado en el que arriban les llega a afectar en el plano personal y psicológico.

desesperación

“Cuando estás en la intervención tienes los cinco sentidos puestos en atender de la mejor manera posible a esas mujeres y a esos niños que llegan sin fuerzas, pero desde que entras a casa y reseteas todo lo que has vivido es cuando piensas, Dios mío, qué mal lo tiene que estar pasando esta gente para llevar su vida a una situación límite. Y entiendes que, si esa es la opción que eligen, es que han agotado todas las posibilidades de mejorar su vida y no les queda más remedio que pasar por este calvario. No hay más. Llegan desesperados. Ha habido mujeres que han dado a luz en la misma patera. Es durísimo”, afirma el responsable del operativo a pie de muelle.

La pandemia y la declaración del estado de alarma han obligado a modificar los protocolos de atención de Cruz Roja tanto en las costas mediterráneas como en las canarias. Las intervenciones son más complejas para garantizar la seguridad de los propios inmigrantes y de los miembros del operativo de atención y rescate. Se trata de una intervención especializada que requiere más tiempo e incluye la toma de la temperatura de los inmigrantes nada más pisar tierra y la habilitación de zonas sanitarias “limpias” y “sucias” para controlar y aislar posibles casos positivos de Covid-19.

repunte

Pero, de la misma manera que Cruz Roja reconoce que mantiene su equipo de Intervención en alerta preparado con todos los medios de protección y medidas de seguridad para hacer frente a un posible repunte de embarcaciones en verano, la ONG no oculta su preocupación sobre el destino de los inmigrantes una vez que reciben la asistencia inicial, con los nuevos protocolos fijados por las autoridades sanitarias.
“Si se produjera un repunte en verano no nos preocupa tanto la respuesta de nuestros voluntarios, que están preparados, sino dónde van a pasar la cuarentena estas personas (en referencia a los inmigrantes). ¿En qué lugar van a estar?”, se pregunta el coordinador de la organización en el Sur, “si el centro de internamiento temporal de Hoya Fría está lleno y nuestros recursos alojativos también. Ese es el problema: dónde llevarán a estas personas”.

José Luis Camisón recuerda que los inmigrantes pueden estar “uno o dos días” en la Comisaría de Playa de Las Américas antes de trasladarlos al CIE de Hoya Fría o a algún alojamiento gestionado por Cruz Roja. Pero, insiste: “Y si están al límite de su capacidad, como ya ocurre con los centros de la provincia de Las Palmas, ¿dónde acabarán estas personas?”.

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