conversaciones en los limoneros

Olga Henao Cárdenas: “No entiendo la moción de censura en Santa Cruz, traiciona unos compromisos contraídos”

Militó activamente en el PP y ahora lo hace en Ciudadanos, que la acogió después de los feroces ataques contra ella de la Prensa y de su propio partido

Olga Henao Cárdenas (Medellín, Colombia, 1979), a su edad, ha tenido una existencia azarosa. Es inevitable decir que hace años la Prensa española la machacó por el delito de haberse enamorado de un hombre, Monago, expresidente de Extremadura, al que había que apear del poder a cualquier precio. Ambos estaban divorciados, eran sentimentalmente libres. Esto es historia, lo tocaremos más tarde en esta entrevista. Olga Henao, que tiene una empresa de construcción e inmobiliaria con su exmarido, se ha ganado a pulso lo que posee. Adora a sus dos hijos, una chica de 22 años que está terminando arquitectura, y un niño de dos, este último con su actual pareja. No ha querido dar entrevistas hasta ahora porque sostiene que su opinión no cuenta y también que ya no está en ninguna trinchera política. Militó activamente en el PP y ahora lo hace en Ciudadanos, que la acogió después de los feroces ataques contra ella de la Prensa y de su propio partido. Este es el mejor resumen que puedo hacer. Y también si digo que ella representa la opinión de una ciudadana normal, de una empresaria. Para mí es importante. Olga Henao es diplomada en Administración y Dirección de Empresas, tiene dos masters MBA y ha completado estudios de Interiorismo y Diseño de Interiores y Decoración en El Escorial y en la Universidad Carlos III.

-Se acabaron los días negros. ¿Te acuerdas?
“Prefiero no recordarlos, porque además son historia. Además, ¿qué tenía yo que ver con el acoso y derribo a un político, que había sido mi pareja, no mi amante como también dijeron, y del que me enamoré porque los dos éramos libres?”.

-Te destrozaron. O al menos lo intentaron.
“Al menos lo intentaron. Y yo no pude defenderme. Sólo acepté acudir a Telecinco para contar lo que sentía. Me ofrecieron otra decena de programas, que rechacé. Y lo mejor es que hoy, más de diez años después, todavía no sé por qué la tomaron conmigo; por ser una mujer libre que se había enamorado de un hombre, también libre, que luego no me defendió”.

-Pasemos página. Las aguas bajan turbias en Ciudadanos, tu partido. ¿Qué te parece el anuncio de moción de censura en Santa Cruz?
“Una disfunción democrática”.

-¿Por qué?
“Pues porque ese no fue el pacto acordado y porque Evelyn Alonso hizo campaña en su día para sacar a CC del Ayuntamiento después de 30 años. Ciudadanos defiende la regeneración democrática y acabar con las redes clientelares asociadas a las instituciones públicas ¿Qué es lo que motiva ese giro? No lo sé. Pero yo apoyo a Matilde Zambudio, y desconozco los motivos por los que José Ramón Lazcano abandonó su puesto para que entrara Evelyn Alonso”.

-En cierto modo, tú sufriste la traición del PP cuando el affaire de Monago. Tienes experiencia en este tipo de jugadas.
“Sí, claro que sufrí traición de mis compañeros. Pero, al final, ya ves: Cristina Tavío hizo más o menos lo que acaba de hacer Evelyn. Pero ahora el PP no es el problema. Es muy libre de presentar una moción de censura con quien quiera. Lo triste es la fractura de Ciudadanos, en contra de las órdenes del partido. Sobre todo teniendo en cuenta que se criticó tanto a los dos concejales cuando tomaron posesión, que casi les cuesta la expulsión definitiva, y ahora se hace algo peor”.

-Poca consistencia democrática. ¿No crees?
“Yo lo que creo es que en la vida se debe ser consecuente con las palabras y con las acciones y tú no debes criticar algo de una forma tan contundente cuando después vas a cometer los mismos pecados que deploras, o hacer algo mucho peor. ¿Dónde queda, entonces, tu moralidad?

-¿Será por dinero?
“Eso lo has dicho tú”.

-Tú has tenido cargos de responsabilidad en Ciudadanos. Conocerás los intríngulis de esta moción…
“Fui miembro del Tagoror, pero de eso hace ya tiempo, hasta la anterior legislatura, con el afán de ayudar a mejorar la ciudad donde vivo, pero no he pertenecido a los órganos de decisión del partido. No tengo ni idea de lo que hay detrás de Evelyn Alonso”.

-¿Entiendes la política española, ya que la has padecido?
“Bueno, hay cosas que entiendo y cosas que no entiendo. Lo peor es cuando se quiere destruir a las personas, sólo por maldad. Si me preguntas que si después de haber vivido en Colombia me sorprende algo, tengo que contestarte que sí. Allí la gente es muy cariñosa y si puede ayudarte, lo hace. También te digo que vivir aquí es mucho más plácido y que yo tengo una empresa que funciona y me gano la vida”.

-Ciudadanos te echó una mano -una mano política- cuando el PP, en el que militabas, te machacaba.
“Entré en Ciudadanos tres años después de abandonar el PP, porque algunas personas me invitaron a formar parte de este partido. Hay gente estupenda. Matilde Zambudio y Ricardo de la Puente, por ejemplo, están ahí por vocación, con ganas de defender a los ciudadanos. Es gente preparada y si participan en política es por vocación. Y si mañana no estuvieran tienen sus profesiones y pueden seguir ganándose la vida. Quiero decir que no les hace falta la política para vivir. Lo mismo que los dos consejeros del Cabildo, que forman pacto con el PSOE y demás. Lo del Ayuntamiento de Santa Cruz, esa moción firmada ante notario, es una traición contra acuerdos contraídos que deberían ser sagrados. Y, además, el propio partido ya ha salido a los medios mostrando su rechazo a lo que se ha hecho”.

-Cuando lo de Monago en Extremadura, cuando la Prensa te persiguió, hasta la extenuación, ¿por qué fue realmente? ¿Qué habías hecho tú?
“Te repito que no me lo explico. Nos enamoramos Monago y yo. Tuvimos una buena relación durante algún tiempo y tres años y medio después de que lo dejáramos se inventan que yo era su amante, que él estaba casado; una historia absurda. Hasta una legión de periodistas se fue en busca de mi hermana, que estudiaba en Londres. Nadie me defendió y tuve que enfrentarme yo sola al tsunami. Él se portó como un cobarde conmigo. Fui yo la que tuve que salir a un medio, Telecinco. Interviú me hizo una entrevista, pero alguien desconocido la paró y nunca se publicó. Fue horrible, tan sólo recordarlo me pone mala. No me merecía eso, yo era joven, estaba muy sola; sólo tuve el apoyo de mi familia”.

(Su hermana Daniela, 30 años, periodista y cineasta, asiste a la entrevista en Los Limoneros. Y añade a lo dicho: “Fue terrible, Olga bajó diez kilos, lloraba sin parar. Yo les preguntaba a los periodistas que me asediaban ¡también a mí! Les decía: “Pero, díganme, ¿dónde está la noticia? Si me cuentan cuál es la noticia yo les hago declaraciones, aunque no sé qué les diría porque no entiendo nada de nada”. Es inevitable rozar estos hechos, porque la persecución a la que fue sometida Olga Henao fue brutal, impropia de la Prensa de un país civilizado, algo que abochorna a una Prensa libre (englobo a todos los medios con lo de Prensa).

-Te vuelvo a hacer la pregunta sobre la política española, Olga.
“Pues sí, es rastrera y nos debería dar vergüenza a todos algunas actuaciones de los políticos, de la Prensa, de todo. Naturalmente que generalizo, pero hay excepciones; no decirlo sería injusto”.

-Desde el punto de vista empresarial, ¿auguras una crisis, tras la pandemia?
“Mira, nuestra inmobiliaria, Luxury Homes Tenerife, no lo ha sentido así. Y esta es una buena señal. Lo que no sé es si todo es consecuencia de la cantidad de créditos oficiales recibidos por algunos empresarios, del ahorro de los pagos a la Seguridad Social que ofrecen los ERTE o si realmente es una situación de bonanza. Pronto lo sabremos”.

-¿Cuándo?
“Vamos a esperar a octubre, hasta calibrar las futuras consecuencias de la pandemia y al desarrollo de los acontecimientos. Desde luego, si no se reactiva la industria turística, nuestros recursos van a mermar al menos un 60%. Y esa cifra es brutal”.

-¿En qué otros sectores se desenvuelve tu empresa?
“Empezó siendo una constructora. Trabaja muy bien en Panamá y en Colombia, sobre todo con obras públicas. Aquí se ha reducido al sector inmobiliario, actuando no sólo en la compraventa y alquiler de propiedades, sino también en el diseño y asesoramiento en reformas integrales, así como en la gestión de traspasos de negocios, subsistiendo en un mercado competitivo y difícil. Los empresarios pequeños y los autónomos nos defendemos como gatos panza arriba; por el momento salimos adelante”.

-¿La política te dejó muy tocada?
“No la política, sino la suciedad que la envuelve. A mí la política de juego limpio me gusta y creo que estoy dotada intelectualmente para ejercerla. Pero cuando quieren destrozarte personalmente se vuelve insoportable, insufrible”.

-¿Volverías?
“Ahora mismo, no”.

-Tienes otras obligaciones familiares.
“Sí, por eso y porque salí muy escaldada. Ahora tengo aquí también a mi madre y a mi hermana. Hemos logrado la integración familiar y esto hay que defenderlo con uñas y dientes”.

(Como sonríe siempre, uno no es capaz de captar en su rostro las secuelas de aquella persecución tan cruel y despiadada, de la que Olga Henao no necesita ni siquiera acordarse. Española por matrimonio, colombiana de nacimiento, hablamos de muchos temas en la entrevista. Su hermana Daniela, que también es curiosa como buena periodista, me intenta entrevistar a mí y me saca dos anécdotas, una ocurrida en Los Ángeles, durante una cena, y otra en Indonesia, cuando visitamos al entonces ministro y luego presidente del país, Ahmed Habibi. Carmelo Rivero, director de este periódico, estuvo presente en esta última ocasión).

-Es que yo llevo cincuenta años en esto, mi niña. Justamente los cumplo este año y nadie me dará una placa por eso.
“Pues yo te lo compenso con una entrevista filmada que luego emitiremos en cualquier parte”, me dice Daniela.

-No te prometo nada, casi todo me aburre ya.

(Los Limoneros parece un baile de disfraces. Todos los camareros llevan mascarilla. Menos mal que ninguna tiene el escudo del Barcelona. Yo me pongo la mía y salimos a la fresquita noche de Guamasa. Están cayendo gotas. Ni Olga ni Daniela entienden la política española, pero yo al que no entiendo es al tiempo).

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