granadilla de abona

A prisión el inglés que no confiesa que mató a su padre

El cadáver del padre de Paul, presentaba cerca de 40 heridas de arma blanca, la mayoría de ellas de la espalda, tras ser apuñalado mientras dormía en su vivienda de Los Abrigos; se ha descartado que sufra alguna enfermedad mental, pero la investigación continúa abierta
El detenido por la muerte de su padre llevaba ayer, todavía, la mano izquierda vendada / FRAN PALLERO

Paul C.S., de 36 años, ingresó ayer en el Centro Penitenciario Tenerife II tras declarar por espacio de una hora esta mañana ante el magistrado del Juzgado Número 2 de Granadilla de Abona, por un presunto delito de homicidio.

Tras su declaración, el juez determinó su ingreso en prisión preventiva sin fianza, pese a negar el detenido la autoría del homicidio de su padre, a quien presuntamente asestó brutalmente más de treinta puñaladas a primera hora del miércoles, en la vivienda de su progenitor, de unos 60 años, en el número 7 de la calle La Sirena, de Los Abrigos, en el municipio de Granadilla de Abona, donde desgraciadamente este año ya se han producido otros episodios trágicos como este, como los asesinatos de un empresario y un taxista en San Isidro, sin olvidar en noviembre la muerte por violencia machista de Sara, también en ese barrio.

El británico fue trasladado hasta los juzgado por la Guardia Civil desde la octava planta del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, donde fue ingresado la tarde del miércoles para un análisis psiquiátrico, a tenor de los comentarios vertidos por la novia de su padre, en el sentido de que Paul padecía esquizofrenia, lo que ha sido descartado inicialmente por los psiquiatras.

Paul C.S., que tiene como residencia la casa de su madre en Estepona (Málaga), había llegado hace unos días a Tenerife para visitar a su padre en Los Abrigos. El horrendo homicidio lo perpetró, supuestamente, con un largo cuchillo de cocina sobre las seis de la mañana cuando su padre estaba en la cama de la vivienda del tercer piso del edificio Las Olas, en la calle La Sirena, muy cerca (Avenida Agua Dulce, número 37) de donde vive la novia de su progenitor, también británica, a quien Paul fue a visitar dos horas después, tras cambiarse la ropa manchada de sangre, para tomarse un café con ella y otras amigas inglesas que residen en ese inmueble. Resto de sangre en las uñas y una venda en la mano izquierda le delataban y poco después fue detenido en ese mismo lugar por la Guardia Civil. La novia de la víctima, muy alterada, llamó a la madre del entonces presunto homicida para comunicarle tan trágico suceso, aunque en ningún caso, a tenor por lo manifestado por Paul, con la confirmación que de este había acabado con la vida de su padre.

Algo que recordó esta señora, de no muy buenas maneras, a una media docena de periodistas que aquella mañana nos dimos cita en las inmediaciones de su vivienda, así como a una vecina cubana a quien gritando la amenazaba diciendo “tú que hablas, tú no sabes lo que ha pasado”, más algunos insultos en inglés, también dirigidos a la prensa.

Investigación abierta

Según una comunicación del TSJC a Paul C.S. se le acusa inicialmente de un delito de homicidio, pero al no haber reconocido la autoría del crimen la calificación podría variar en función de la investigación que está en manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil del Sur de Tenerife, en Playa de Las Américas, en concreto del teniente de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial, desde que a las 8.30 de la mañana del miércoles se detuvo a Paul, a escasos 30 metros de la escena del crimen, mientras se tomaba un café con la novia de su padre y unas compatriotas. Fue precisamente la novia de la víctima, de unos 50 años, la que llamó a la madre de Paul, residente en Estepona, para comunicarle el suceso.

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