
Fueron los vecinos quienes alertaron de que algo pasaba en la calle del Juego, tan próxima a la céntrica y transitada avenida de La Trinidad, en La Laguna.
A pesar de que apenas faltaban unos minutos para que el reloj llegase a las seis de la tarde y la intensa luz de esta bochornosa jornada veraniega siguiera imperando en lo alto, la alerta anunciaba problemas por la supuesta presencia de un alborotador, pero ni podían imaginar los integrantes del coche patrulla de la Policía Nacional desplazados al lugar de los intensos momentos que iban a vivir.
Nada más llegar dieron con la fuente de los problemas, un varón del que se desconocen más datos acerca de su filiación y que, descamisado, blandía un cuchillo de notables dimensiones con ánimos nada amistosos.
De inmediato, los funcionarios intentaron calmar al hombre, pero sus palabras solo sirvieron para confirmar que este se encontraba fuera de sí, muy nervioso y exaltado.
Son repetidos los intentos de que soltara el cuchillo y así evitar males mayores, pero no entró en razón y, súbitamente, se abalanzó contra uno de los agentes, a quien intentó acuchillar.
Reacción
Solo la pericia y los reflejos del policía nacional eludieron que resultase herido, pero para ello se vio obligado a recurrir a su arma reglamentaria, con la que efectúa al menos un disparo que, diligente, dirigió hacia una de las piernas del exaltado, que lógicamente quedó neutralizado en un acto que, todo apunta, obedece a la legítima defensa de un funcionario que se ve forzado a repeler una agresión de las características como la descrita.
De inmediato entraron en escena los miembros del Servicio de Urgencias Canario, quienes asistieron al exaltado, lo estabilizaron y procedieron a su traslado en ambulancia hasta el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, donde se confirmó que se encuentra fuera de peligro.
En cuanto al policía nacional, felizmente resultó ileso, pese a que no fue una tarde cualquiera de verano, en la calle del Juego, junto a la transitada avenida de La Trinidad.