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El calvario de Paqui, Francisco y su bebé: “Tuve que llamar 24 veces hasta que me pasaron con la pediatra”

Los padres del niño denunciarán por posible negligencia médica
Paqui y Francisco, padres del bebé, hicieron 24 llamadas al centro de salud.
Paqui y Francisco, padres del bebé, hicieron 24 llamadas al centro de salud.
Paqui y Francisco, padres del bebé, hicieron 24 llamadas al centro de salud. El Español

Impotencia y una pena indescriptible. Eso es lo único que sienten Paqui y Francisco: una pareja de veinteañeros que está presenciando desde el viernes 26 de junio cómo su bebé se va apagando poco a poco. “De la noche a la mañana se nos ha ido la vida”, zanjan resignados los padres del pequeño mientras atienden a EL ESPAÑOL en la terraza de una cafetería pegada al Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia. En este centro permanece ingresado “en estado crítico” su primer y único hijo después de que comenzase a padecer fiebre el jueves 25 de junio tras acudir al Centro de Salud de Puerto Lumbreras donde le inocularon tres vacunas. “Consideramos que hubo negligencia”.

El pasado martes le hicieron una resonancia al bebé y las expectativas que le dieron a los progenitores fueron desoladoras. “Los médicos vieron que el cerebro lo tiene prácticamente destruido, casi todo eran bolsas de pus: el pronóstico que nos dieron es que seguramente morirá”, tal y como resumen con una entereza terrible porque empezaron a asumir el deceso de su hijo hace una semana.

El calvario que están sufriendo Francisco (23 años) y Paqui (22 años) comenzó a la una de la tarde del jueves 25 de junio, cuando acudieron a la cita del Servicio de Pediatría del Centro de Salud de Puerto Lumbreras. “A mi hijo le pusieron tres vacunas: dos obligatorias contra la hepatitis y el neumococo y una tercera (Rotarix) que no la cubre el seguro, pero el pediatra nos dijo que era aconsejable”. Un enfermero le dio los pinchazos de rigor al pequeño, de solo dos meses, y cuando este dejó de llorar la pareja regresó a su domicilio en la pedanía de Almendricos (Lorca).

“Nos dijeron que le podría dar algo de fiebre”. Esa previsión se cumplió a partir de las cinco de la madrugada del viernes 26 de junio. Paqui se despertó porque su pequeño príncipe no se encontraba bien y le midió la temperatura: tenía febrículas. El termómetro marcaba unas décimas por encima de los 37 grados y a partir de ese momento no le quitó ojo al bebé. “A las seis de la mañana tenía 38 y poco a poco le iba subiendo la fiebre”. La Consejería de Salud ha eliminado el Servicio de Pediatría de Almendricos, de forma que la pareja aguardó a que abriese el Centro de Salud de Puerto Lumberas para telefonear al pediatra y alertar de que su hijo había pasado la noche con fiebre.

“Debido a la pandemia te regañan si te presentas sin cita previa en el centro y por eso hay que llamar antes por teléfono”. De manera que Paqui comenzó literalmente a echar abajo la centralita de las citadas instalaciones lumbrerenes y como prueba de ello muestra a este diario varias capturas de las continuas llamadas que realizó desde las 8.57 horas del viernes. “Tuve que llamar 24 veces hasta que me pasaron con la pediatra y en un minuto me atendió”.

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