El Telescopio de Treinta Metros (TMT por sus siglas en inglés), infraestructura científica por la que lucha La Palma como opción alternativa a Hawái, emplazamiento “preferido” del consorcio internacional que promueve el aparato, no dará avances en su construcción en el monte de Mauna Kea -en la isla del Pacífico- hasta primavera de 2021. Así lo han confirmado esta semana al periódico local West Hawaii Today fuentes del grupo inversor, que apuntan como principal motivo para este nuevo retraso a la pandemia del coronavirus.
Sin embargo, los Kia’i o colectivos nativos hawaianos, principales opositores a que se instale el TMT en un enclave que consideran “sagrado e inviolable”, por medio de una de sus kupuna o ancianas más respetadas, Noe Noe Wong-Wilson, han querido expresar sus dudas sobre que también puedan existir problemas para financiar el proyecto. “No solo es por la pandemia de la Covid, que nos está afectando a todos; también creemos que su financiación no está afianzada”, detalló.
Por su parte, Gordon Squires, vicepresidente de Relaciones Exteriores del TMT, en declaraciones al citado medio, señaló que durante los seis años que se ha estado trabajando en el proyecto, su coste se ha disparado de los 1,4 mil millones de dólares iniciales a hasta 2,4 debido a las dificultades con la comunidad nativa hawaiana. No obstante, destacó que pese a la pandemia continúa la construcción de los distintos componentes del telescopio.
“Estamos satisfechos desde el consorcio internacional con los progresos que estamos haciendo, ya que algunos de nuestros socios han podido seguir teletrabajando (…) En este momento, todos nuestros subsistemas del observatorio están en un estado muy avanzado. Es más, el 80% de los subsistemas se encuentran en fase final de diseño, en preproducción o en producción”, concretó Squires, quien asimismo matizó que se trata de una situación “extraordinaria”, puesto que “todavía no estamos construyendo en el sitio”.
Recordemos que en marzo de 2016, vistas las concentraciones organizadas por los Kia’i en contra de la instalación del TMT en la montaña sagrada, La Palma fue escogida como Plan B a Hawái para albergar el que será el instrumento óptico más avanzado y potente del planeta. Desde entonces, distintas instituciones españolas, incluidos el Senado, el Congreso de los Diputados y el Parlamento de Canarias, han manifestado su apoyo a que la Isla Bonita acoja el aparato.
Desde noviembre de 2019, el proyecto científico cuenta con licencia de obra concedida por el Ayuntamiento de Puntagorda, tras años de colaboración interadministrativa para hacer posible su emisión “con garantías”. Una circunstancia que, tal y como ha afirmado el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, en más de una ocasión, hace que el TMT pueda empezar las obras “mañana, porque ya tenemos todos los permisos”.
Asimismo, en los últimos meses, el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha estado inmerso en la captación de inversores, de cara a suplir la financiación que pudiera decaer en caso de que alguno de los actuales socios del TMT decidiera retirar su aportación si se instala en La Palma. Una labor que, por razones obvias, se ha visto obstaculizada por la crisis sanitaria internacional, pero que continúa en la agenda de acciones del IAC y en la que también se ha implicado el Ministerio de Ciencia e Innovación, cuyo titular, Pedro Duque, visitará Tenerife a lo largo del día de hoy.