
El incendio forestal declarado en la Catela, en Garafía, está contando con infinidad de medios, aéreos y terrestres, procedentes de diferentes lugares de España. Es una prioridad controlarlo para luego poder extinguirlo, pero el día a día no da tregua. Al menos, así dicen sentilo los bomberos voluntarios de La Palma, que no han podido dejar de participar en otras intervenciones sobrevenidas, pese a las circunstancias.
El jefe del cuerpo, Germán Pérez, explica al DIARIO que el mismo día en que se originó el incidente, es decir, el viernes pasado, tuvo lugar un conato de incendio en Cabeza de Vaca (El Paso), al que se sumaría el vuelco de un vehículo en San José (Breña Baja) y otro incidente en la carretera de La Grama (Breña Alta). Sucesos de los que tampoco estuvieron exentos en la jornada de ayer, con “dos aperturas de puertas con riesgo y otro conato en el casco urbano de El Paso”.
Es por ello que han tenido que distribuirse el trabajo -con evidentes dificultades logísticas-, mientras, por otra parte, actuaban principalmente en el área de Briesta para atajar el gran incendio. Sobre todo, “suministrando agua a los vehículos intervinientes”, aparte de colaborando en Llano Negro, el foco más activo del fuego.