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No hay verano en el Parlamento con la pandemia azotando al fondo

Los rebrotes de covid, la crisis económica y los argumentos repetitivos se apoderan de un pleno que prometía ser tranquilo y se llenó de las críticas# que nos esperan tras agosto
No hay verano en el Parlamento con la pandemia azotando al fondo
No hay verano en el Parlamento con la pandemia azotando al fondo
No hay verano en el Parlamento con la pandemia azotando al fondo

Hay una sensación en la política canaria -y española- de repetición empeorada, como si cada pleno se pareciera al anterior, pero un poquito peor. Por un lado, el Gobierno regional intentando que el barco no se hunda en medio de una economía deprimida y una sociedad que no nota la dimensión general de la catástrofe porque el Estado inyecta dinero a mansalva a través de los ERTEs. Pero con un plan de reactivación que no sabemos en qué proyectos se va a materializar, las lentitudes burocráticas en la asignación de ayudas, unas PCR en los aeropuertos todavía sin acordar con el Gobierno central y sin concretar aún si tiene una alternativa a un sector, el turístico, que podría tardar más tiempo de lo previsto en arrancar. Si alguna vez vuelve a arrancar de la misma manera, que ya hay quien lo cuestiona. Y por otro lado, una oposición que unos días agita la carta responsable y otros se apunta al ‘Madrid nos roba y ustedes no hacen nada’. Cansina, sin nada más profundo que aportar que decir que el Gobierno no apoya a los canarios. Sopor.

Lo de ayer iba a ser un pleno ‘light’ para convalidar dos decretos-ley del Gobierno autonómico que iban a recibir el apoyo de todos los grupos, como finalmente ocurrió. Uno, que tenía dos partes, era sobre una modificación en las normas de uso del Fondo de Financiación Municipal -para que los ayuntamientos puedan utilizarlo con más facilidad- y sobre la ampliación de los mecanismos de participación ciudadana. Lo defendió el consejero de Administraciones Públicas, Julio Pérez. El otro, sobre las exención de IGIC para los productos sanitarios, lo defendió el vicepresidente, Román Rodríguez. Hubo algo de controversia, poca, sobre si el primer decreto unía dos cosas muy dispares y era o no “una chapuza”, como afirmó la portavoz de Ciudadanos, Vidina Espino. O sobre si la participación ciudadana era un fin en sí mismo o un medio. Nada demasiado vibrante.

Pero la agitación aumentó cuando se habló de dinero. Este verano prometía ser un respiro tras tantos meses de confinamiento. Pero, ¿cómo va a haber respiro con los contagios al alza, las cifras brutales de la caída económica o el presidente de la patronal hotelera, Jorge Marichal, pidiendo por favor poder comparecer en el Parlamento, afirmando que la temporada de invierno se les va de las manos con la falta de mercado británico y las posibles cancelaciones de los alemanes. Cada día suena más angustiado.

Ante esta situación, la portavoz de CC, Socorro Beato, acusó al Gobierno de tardanza, de “inmovilismo”. Aseguró que “carecen de capacidad”, que “no están a la altura”. Les dijo también que no estaba segura de que un acuerdo de Gobierno, como el que se tomó la semana pasada para incrementar las medidas en la lucha contra el covid, tenga rango normativo suficiente para establecer ese tipo de restricciones. Y cargó contra de la decisión de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), con el voto afirmativo del PSOE y la abstención de Unidas Podemos, de prestar una parte de los 15.000 remanentes al Gobierno central, que irá devolviendo poco a poco en trasnferencias a lo largo de 15 años. Y de recibir ahora 5000 millones, 2.000 este año y 3.000 el que viene.

“No robarás”, afirmó sobre esta decisión el portavoz del PP, Manuel Domínguez, que es un orador bastante bueno. Igual que estuvo sólido el portavoz del PSOE, Manuel Martínez, que defendió la medida acordada entre Gobierno central y la FEMP, argumentando que es un instrumento que permite acceder a fondos que, de otra manera, estarían bloqueados por las políticas antidéficit que consagraron la reforma del artículo 135 de la Constitución española, acordado entre PSOE y PP en 2011, y la Ley de Estabilidad Presupuestaria, impulsada por el PP en 2012. “Lo que pasa es que a ustedes les interesa el titular mediático y estimular la confrontación de Canarias con el Estado”, afirmó.

Precisamente por ahí fue la diputada de CC, Rosa Dávila, para atacar a Román Rodríguez. “¿Dónde está nacionalista que se supone que es?”, preguntaba. “¿Cómo es posible posible que estén pensando en cómo nos vamos a mover dentro de diez años, si en tren o patineta y no cómo vamos a comer mañana?”, dijo en referencia a la intención del Gobierno de impulsar los trenes de Gran Canaria y Tenerife con fondos europeos. Una obra de que CC siempre defendió pero que ahora rechazan, dicen, en este contexto de crisis. Y que el Gobierno, sobre todo el PSOE y NC, ve como una gran fuente de trabajo…

Y así, discusión tras discusión, aquí estamos esperando a parir una idea viable de futuro para este archipiélago con desafíos improrrogables. El Gobierno dice que en septiembre empiezan las concreciones del plan de reactivación. Esperemos.

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