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Volver a la Tierra

El histórico lanzamiento el 30 de mayo de la misión Demo-2 de la NASA y SpaceX desató una cobertura mediática y un interés público como pocas veces se había visto desde aquellas lejanas primeras misiones del programa Apolo a finales de la década de 1960
Robert Behnken, en primer plano, y Dough Hurley, a bordo de la Crew Dragon Endeavour. Tres grandes pantallas táctiles permiten a los astronautas controlar todos los sistemas de la nave. SpaceX

Los astronautas de la NASA Douglas Hurley y Robert Behnken partieron el 30 de mayo rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) en el primer vuelo comercial tripulado al espacio de la historia. Volaron a bordo de una cápsula Crew Dragon, construida por la compañía privada estadounidense SpaceX y propulsada por un cohete Falcon 9 de la misma empresa. Al día siguiente, 31 de mayo, tras 19 horas de navegación, la Crew Dragon, apodada Endeavour por la propia tripulación, se acoplaba con éxito a la ISS.

Demo-2, denominación oficial de la misión, marcaba un hito en la exploración espacial, al ser la primera vez que una empresa privada transportaba personas al espacio. Para la NASA, más allá del hecho histórico, el logro suponía restañar el orgullo lastimado de la potencia espacial que había perdido, casi una década atrás, la capacidad de llevar a sus astronautas al espacio. En 2011, el programa del transbordador espacial fue cancelado y Estados Unidos pasó a depender desde ese momento de Roscosmos, la agencia espacial rusa, para enviar sus tripulaciones a la ISS a bordo de las naves Soyuz.

Pero la misión aún no ha terminado, y ayer comenzaba su tramo final: el regreso a la Tierra. Completará la última fase de su vuelo al amerizar esta tarde frente a las costas de Florida. Si todo transcurre según lo previsto, el vehículo de SpaceX obtendrá la certificación tras superar esta misión de prueba y podrá operar regularmente en el transporte de astronautas a la ISS bajo contrato con la NASA.

LOS PREPARATIVOS

Hurley y Behnken han permanecido en la ISS un total de 62 días. Sin embargo, ya tocaba hacer las maletas para el viaje de vuelta a casa y en los últimos días ambos astronautas se han dedicado a hacer los preparativos de la Endeavour y el estibado de la carga para tener todo listo para poder desacoplar la nave de la ISS en la tarde de ayer.

La maniobra de separación de la cápsula sería tan solo el inicio de un intenso viaje de vuelta que terminará con el amerizaje en las aguas del océano Atlántico en la tarde de hoy. Una vez desacoplada de la ISS, la nave efectuaría dos breves encendidos de sus cuatro propulsores Draco frontales para separarse de la estación y, luego, otros cuatro encendidos para alejarse e iniciar el vuelo de retorno a la Tierra.

Horas más tarde, un nuevo encendido, esta vez de doce minutos de duración, llevaría a la Endeavour a la ruta adecuada de descenso desde la órbita, alineándose con el lugar para el amerizaje. Este lugar fue determinado seis horas antes de la separación de la nave de la ISS en función de la meteorología y la evolución de la tormenta tropical Isaías, que se desarrolla cerca de las zonas previstas de amerizaje.

El plan de retorno contemplaba siete zonas de amerizaje comprendidas entre Florida y el Golfo de México. La duración del vuelo dependería de la hora exacta de partida y la zona de amerizaje escogida, pudiendo variar entre seis y treinta horas. Podría llegar a prolongarse tanto debido a condiciones meteorológicas o a tener que esperar a que fuera de día en la zona escogida, en cuyo caso la nave permanecería en órbita hasta el momento adecuado para descender.

Imagen de la cápsula Endeavour acoplada a un nodo de la Estación Espacial Internacional, donde ha permanecido desde su atraque el pasado 31 de mayo. NASA

LA REENTRADA

Antes de reentrar en la atmósfera, ya en el día de hoy, la nave se estará desplazando a 28.000 kilómetros por hora. A medida que empiece a adentrarse en las capas altas de la atmósfera, el rozamiento debido a la mayor densidad del aire hará que vaya perdiendo velocidad a la vez que desciende.

La cápsula viajará con su escudo térmico por delante, de manera que la proteja de las altísimas temperaturas que genera la fricción con el aire a una velocidad tan elevada. La Endeavour llegará a soportar hasta 2.000 grados durante su reentrada.

Al igual que ocurría con las cápsulas Apolo en los años 60 y 70 del siglo pasado, la ionización alrededor de la nave debido a las altas temperaturas causará que se pierdan temporalmente las comunicaciones por radio con tierra. Esta situación durará aproximadamente seis minutos, durante los cuales la nave reducirá drásticamente su velocidad mientras desciende en su caída a través de la atmósfera, cada vez más densa.

La nave completará su frenado antes de llegar a la superficie del Atlántico mediante dos juegos de enormes paracaídas que se abrirán en diferentes momentos. El primero de ellos consta de dos paracaídas que se desplegarán cuando la nave alcance una altitud de 5.500 metros y su velocidad sea de poco más de 560 kilómetros por hora. Este primer frenado ralentizará su caída hasta alcanzar los 190 kilómetros por hora a algo menos de 2.000 metros de altitud, momento en el cual los dos primeros paracaídas se desprenderán para inmediatamente dar paso al despliegue de otros cuatro, que serán los encargados de completar el frenado de la cápsula antes del amerizaje.

EN EL AGUA

Dos barcos de rescate de SpaceX, denominados Go Searcher y Go Navigator, estarán estratégicamente ubicados entre las siete localizaciones probables de amerizaje, y el más cercano a la zona finalmente designada será el encargado de acudir al rescate de la nave.

Inmediatamente después del amerizaje, el barco de rescate enviará dos lanchas rápidas que navegarán hasta la cápsula, que estará flotando en el mar. Una de ellas se encargará de revisar la integridad estructural de la nave y se asegurará de que no hay escapes ni vapores de los propelentes hipergólicos que utiliza como combustible, mientras la otra se encargará de recoger los enormes paracaídas del mar.

Mientras esto ocurre, el barco de rescate ya habrá llegado hasta la cápsula y se encargará de izarla hasta su cubierta. Todo este proceso llevará entre 45 y 60 minutos, dependiendo de las condiciones del mar.

ADIÓS, ENDEAVOUR

Una vez en la cubierta del barco de rescate, Benkhen y Hurley podrán por fin abandonar la cápsula. Deberán pasar una primera evaluación médica a bordo, tras la cual serán trasladados a tierra en la propia embarcación o en helicóptero, dependiendo, una vez más, del punto final de amerizaje y su distancia hasta la costa de Cabo Cañaveral. Una vez allí, ambos embarcarán en un avión de la NASA que los estará esperando para trasladarlos a Houston, donde finalizará su periplo.

Mientras tanto, la Endeavour será devuelta a las instalaciones de SpaceX para su inspección y el examen de los datos recopilados durante la misión como parte imprescindible para concluir su prueba. Se espera que todo el proceso dure seis semanas y culmine con la certificación del aparato para vuelos tripulados a la ISS, el objetivo primario de esta misión Demo-2.

PRÓXIMAS MISIONES

La misión Crew-1, la primera operativa tras la certificación de la nave Crew Dragon, tendrá lugar a finales de septiembre, en fecha aún por determinar. La tripulación estará formada por cuatro astronautas, el comandante Michael Hopkins, el piloto Victor Glover, la especialista de misión Shannon Walker (los tres pertenecientes a la NASA) y el especialista de misión Soichi Noguch de la JAXA, la agencia espacial japonesa.

Del mismo modo que la misión Demo-2, Crew-1 despegará desde la rampa 39A del Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida, la misma que acogiera en su momento los lanzamientos de los enormes y aún no superados cohetes Saturno V de las misiones Apolo.

Por otra parte, la tripulación de la misión Crew-2, que tendrá lugar en fecha por confirmar de la primavera de 2021, fue anunciada el pasado martes y estará compuesta por la comandante Shane Kimbrough, la piloto Megan McArthur (ambas de la NASA) y los especialistas de misión Akihiko Hoshide de la JAXA y Thomas Pesquet en representación de la ESA, la Agencia Espacial Europea.

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