santa cruz de tenerife

Las cabras siguen campando a sus anchas en Anaga

Félix de la Rosa denuncia, con vídeos y fotos en Chamorga, que las apañadas no han tenido resultado con las cabras asilvestradas
Las cabras asilvestradas se siguen reproduciendo en Anaga / F.D.

Las apañadas que propuso el año pasado la Consejería del Medio Natural del Cabildo de Tenerife, en sustitución del abatimiento de las cabras, no han tenido éxito. Las cabras asilvestradas siguen ‘consumiendo’  todo lo que se encuentre a su paso, como denuncia Félix de la Rosa, de #pasasinhuella.

De la Rosa escribe hoy en su Facebook personal una visita que realizó el sábado a Chamorga, en dirección a Roque Bermejo, en el macizo de Anaga, uno de los enclaves donde se encuentra un gran número de cabras asilvestradas, al igual que ocurre en la otra punta de la Isla, en el macizo de Teno.

Califica la situación vivida de “dantesca” y señala que “antes de nada, porque igual los que no estaban de acuerdo con la solución inicial propuesta por el Cabildo de Tenerife, salieron victoriosos con la suya (organizar apañadas”, comentarles que ya parece irremediable el daño incluso para las cabras asilvestradas, vamos, que se morirán de hambre”.

“Al final, cuando se pudo erradicar, de la manera más eficiente que existía visto el lugar, se tomó una medida menos agresiva contra dicho elemento invasor, y así han pasado muchos meses donde tampoco se ha llevado a cabo esa segunda propuesta. ¿De quién es la culpa ahora? Pues visto lo visto, hay muchos que seguro que se pasarán la pelota”, señala Félix de la Rosa.

“A veces, por mucho que duela, hay que tomar decisiones que parecen muy drásticas, pero que son las más efectivas para evitar que, ahora ya, no haya vida que alimente a las cabras. ¡Vaya paradoja!. ¡Ahora que vayan los que dijeron de no matarlas, y les lleven el sustento! Al final, la cabra morirá, de una manera peor que por un simple disparo: morirá de hambre”, concluye el conocido ecologista, para terminar con una nota al margen: “Como verán, no les hablo de la inmensa cantidad de plantas que han quedado anuladas para el futuro, sino de la toma de decisiones que fueron fundamentadas en el miedo, y no sobre la base de los diferentes estudios de personas muy válidas, que fueron ninguneadas por evitar manifestaciones públicas”.

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