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Mientras la patronal hotelera pedía más ayudas, CC arremetía contra la ASG de Curbelo

Los representantes del sector turístico, que reconocieron ayer su sintonía con los planteamientos de nacionalistas y populares, evitaron criticar frontalmente al Gobierno canario y solicitaron unos ERTE más flexibles, exención de impuestos municipales y las PCR a la llegada de viajeros a Canarias
Mientras la patronal hotelera pedía más ayudas, CC arremetía contra la ASG de Curbelo
Mientras la patronal hotelera pedía más ayudas, CC arremetía contra la ASG de Curbelo. Fran Pallero
Mientras la patronal hotelera pedía más ayudas, CC arremetía contra la ASG de Curbelo. Fran Pallero

“Los partidos políticos más cercanos a nosotros, lógicamente, como CC y PP, que ven nuestras peticiones como reales y las comparten…”. Habían pasado ya dos horas de la sesión de ayer de la Comisión de Turismo, Industria y Comercio del Parlamento de Canarias, donde comparecían, a petición de CC, representantes de la patronal hotelera de Canarias para hablar de la situación del sector turístico en medio de la pandemia y sus rebrotes, pedir la extensión de los ERTE y exigir PCRs en los aeropuertos y los puertos canarios. Y en medio de un reflexión algo alambicada, Antonio Vicente Hormiga, que preside Asofuer, la asociación de empresarios turísticos de Fuerteventura, pronunció estas palabras con una sinceridad que sorprendió a más de uno. “Los majoreros son gente franca”, bromeaba un diputado a la salida de la Comisión. La otra sorpresa de la sesión fue la dureza con la que la diputada de CC, Nereida Calero, arremetió contra la consjera Yaiza Castilla, de ASG, que no estaba allí.

A pesar de la sintonía entre la patronal hotelera y el centroderecha canario, los empresarios evitaron ayer criticar frontalmente al Gobierno canario. Todo estaba muy medido. No se trataba de “buscar culpables”, afirmaba Jorge Marichal, el presidente de Ashotel, la patronal hotelera de Tenerife, que en las últimas semanas había acusado al presidente canario, Ángel Víctor Torres, de tibieza frente al Gobierno central. Lo que hicieron ayer los empresarios fue más más bien dibujar el panorama sombrío que se cierne sobre la economía de las islas si el sector colapsa y no se extienden los ERTE. Marichal pidió la “confección de ERTE flexibles adaptados de forma específica a la distinta casuística que viven las empresas del sector, que es muy variada”, al mismo tiempo que pidió intensificar la vigilancia para evitar los comportamientos sociales irresponsables que favorecen la expansión del virus. Para el presidente de los hosteleros de Gran Canaria, José María Mañaricúa, debería ser la “autoridad laboral canaria” quien gestione esos ERTE y “decida cuáles son por fuerza mayor”, temeroso de que el Gobierno central deje fuera a algunas empresas. Mañaricúa también pidió la rebaja de impuestos y tasas municipales. “No tiene sentido seguir pagando una tasa de basura con el establecimiento completamente cerrado”, afirmó. La presidenta de los hosteleros de Lanzarote , Susana Pérez, pidió que se consigan de una vez las PCR en los puertos y aeropuertos canarios, una cuestión que depende de la autorización del Ejecutivo central. “Sabemos que el Gobierno [canario] planteaba ya esos controles sanitarios en origen y destino para lograr la confianza de nuestros países emisores, pero lo cierto es que seguimos sin conseguirlo, mientras a nuestro alrededor vemos cómo Madeira o Chipre los implantan y logran corredores seguros con Reino Unido”, explicó.

La oposición, sin embargo, sí estuvo muy crítica. Más matizada en el caso del diputado de Cs, Ricardo Fernández de la Puente, absolutamente convencido de que las PCR ayudarán a mejorar la imagen de seguridad del destino turístico canario y de que es una batalla que el Gobierno canario tiene que dar. “Este diputado no puede estar más de acuerdo con lo expuesto”, afirmó sobre los argumentos de la patronal. “Llevo meses intentando explicar al Gobierno canario y a su consejera de Turismo, sin éxito, debo decir, que estamos llevando a cabo decisiones sin mirar más allá”. De la Puente, sin embargo, lo dice todo con bonhomía.

Mucho más dura fue la presidenta del PP, María Australia Navarro, que “Quiero trasladarles el reconocimiento del PP a su inestimable contribución año tras año al desarrollo de esta comunidad”, le dijo Navarro a los representantes de la patronal para, enseguida, arremeter contra la izquierda. “Lo vamos a pasar muy mal si no conseguimos reactivar el sector turístico”, afirmó, y acusó al Gobierno de Sánchez de hacer “caso omiso” de las propuestas sobre el sector que venían del PP. Lo mismo que criticó al Gobierno de Torres, al que acusó de no haber incluido en el Pacto de Reactivación firmado el pasado 30 de mayo las medidas sobre turismo propuestas por el PP. “En definitiva, hemos estado arrimando el hombro. Por parte del Gobierno de Canarias, oídos sordos. Nuestras peticiones siempre han caído en saco roto. ¿Por qué? Porque son sectarios, sectarios”, afimó dos veces como quien disfruta de la sonoridad de una palabra.

Pero quizá quien más sorprendió fue la diputada de CC, Nereida Calero. Y no por que el nacionalismo conservador fuera ayer bastante crítico con el Gobierno. De hecho, ya lleva un tiempo endureciendo el discurso frente al Ejecutivo de Torres. Lo llamativo fue el objetivo. Porque ayer Calero se empleó a fondo contra la consejera de Turismo, la gomera Yaiza Castilla, de Agrupación Socialista Gomera, el partido a quien los amantes de las mociones de censura siempre pintan como aliado casquivano del Pacto de Progreso dispuesto a echarse en brazos de Fernando Clavijo si los números dan para sacar a Torres del Gobierno. Calero afirmó que CC ha evitado utilizar la crisis provocada por la pandemia para sacar rédito político pero que, “llegada esta situación, el grito de alarma está más que justificado”. Aseguró que “Canarias se muere, está agonizando económicamente” y que “nos están dejando morir los que tienen el deber de gestión. Si no están capacitados, que den un paso atrás y cedan sus puestos”. Y sobre Castilla afirmó que, ya durante la crisis de Thomas Cook, le advirtió sobre el disparate que suponía que Canarias tuviera un plan de emergencia para casi cada romería y no uno para el sector turístico. “Yo creo que ahora se estará acordando de mí”, afirmó. Luego dijo que Castilla “no se dignó a aparecer en la comisión de turismo en meses” para hablar de la situación del sector y los planes que tenía. “Miren el respeto que le tiene al Parlamento y al cargo que ocupa”.

“Ya nos hemos dado cuenta de que funciona a golpe de titular, y eso ya es insostenible. Por una décima parte de eso pedían la legislatura pasada la dimisión de Mariate Lorenzo [de CC]. Lo preocupante no es que llegue sin experiencia ni gestión, sino que llegue sin ganas. Le han puesto un equipazo en la Consejería, y ni tiene ganas ni es capaz. Y sigue ahí porque su grupo político es indispensable para el pacto. Pero nos vamos a pique y no hay tiempo. Y si el acuerdo del Pacto es que ASG asuma la Consejería, pues que la sustituya Casimiro, que al menos está acostumbrado a gestionar”. Y así siguió, dando cera, acusándola de verder un plan de protección al turismo regional, Canarias Fortaleza, que no se materiliza. “¿Cómo es posible que Grecia y Turquía den mayor seguridad sanitaria que nosotros?”

Lo malo se ensañarse demasiado con alguien es que uno pierde credibilidad. Siempre hay un punto justitito. Y ayer Calero lo sobrepasó. Parecía como si Castilla fuera la responsable de todo, como si polacos, holandeses o británicos hubiera dejado de viajar porque la política gomera se hubiera dedicado a haraganear.

En el lado de los partidos del pacto, el diputado de Sí Podemos Canarias, Francisco Déniz, volvió a hacer una defensa rotunda de un cambio de modelo turístico hacia uno menos agresivo medioambientalmente, menos numeroso en visitantes y con más repartos de los beneficios. “El modelo de turismo de masas, de congestión y depredación del territorio ya llevaba dando señales de agotamiento”, afirmó. Y señaló que a los empresarios del turismo se les ha ayudado “muchísimo. Y además, con dinero público”. “Se han gestionado en Canarias 30.034 ERTE por causa de fuerza mayor que afectan a 224.000 trabajadores. Si eso no es hacer política…”

Entre las intervenciones de la izquierda, la diputada de Nueva Canarias, Esther González, estuvo especialmente contundente. En primer lugar, relativizó el impacto de las PCR en el flujo de turistas, a pesar de que, recordó, el Gobierno canario también las ha reclamado. Y puso el ejemplo de Madeira, que las está realizando y tiene unos niveles, según afirmó, de entre el 30% y el 40% de ocupación. O Alemania, que las tenía y las está quitando. “No es la cuestión de las PCR lo único que hace que los turistas no vengan a Canarias. Existen otros condicionantes, incluso psicológicos, que paralizan al turista”. Y afirmó que la patronal ha pasado de pedir que no se hicieran PCR para no ahuyentar a turistas a pedirlas noche y día.

“Dependemos de la evolución de una pandemia imprevisible”, afirmó. “Los contagios, en Canarias no se han producido por extranjeros, sino por Canarios que viajaron a la península”. Apeló al diálogo con el sector, pero fue implacable con Marichal: “Me gustaría hacer una reflexión sobre los titulares con los que Ashotel ha ido ocupando portadas en el último mes. Porque con el peso que tiene el sector turístico, me sorprende que la patronal no explique cuál es su plan B, que supongo que no se va a limitar a pedir ayudas públicas. ¿Cuál es ese plan que han puesto en marcha antes de esa cascada de titulares? Porque con esas declaraciones, pareciera que los miembros de esta cámara fuéramos una especie de inconscientes que no nos preocupáramos por un sector que supone el 35% del PIB y el 40% del empleo”.

Marichal negó que hubieran rechazados los tests. Y dijo que el Plan B de la patronal hotelera es, “en vez de hacer un ERTE, pues un ERE. Y esperar un año o año y medio a que la cosa cambie. A ver cuál es el Plan B de ustedes con un 40% de paro”, respondió mientras se tocaba la mascarilla. “Por eso estamos aquí, porque no queremos un Plan B”.

Antonio Vicente Hormiga le respondió a Esther Hernández que unas PCR habrían ayudado a detectar a los canarios infectados que vinieron de Madrid. Luego leyó una lista con la cifra de gente que estaba en ERTE en Fuerteventura, por municipios. Datos horripilantes. Y ahí fue, justo antes de terminar, cuando habló de de “los partidos más cercanos a nosotros”. Un autogol de la patronal hotelera en el minuto 90.

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