
El Festival Internacional de Danza y CineDanza, Danzattack, llega a su décima edición. La cita, que por segundo año contará con el El Sauzal como epicentro de las principales actividades, protagonizará casi dos semanas intensas de programación que se mantendrá activa hasta el 11 de octubre. Juan Reyes es el director artístico de la muestra.
-Estamos ante el primer fin de semana de Danzattack2020 ¿Cuánto trabajo previo requiere para llegar a este momento?
“Solo para poder abrir la puerta del teatro poniendo en marcha un festival internacional de danza y cinedanza como DanzaTTack hace falta un año de trabajo. Es mucho esfuerzo, de mucha gente. Somos muy prudentes con todo lo que respecta a los protocolos, entre otras cosas, porque no podemos jugarnos salud, dinero ni amor”.
-¿Por qué un aficionado a la danza no debe perder de vista este festival?
“Un buen aficionado a la danza no pierde de vista ningún festival, tal es la impronta que graba la danza en el alma. Este festival colabora en descentralizar la programación dancística, poniéndola lejos del área metropolitana. Además, qué caramba. El programa de DanzaTTack es excelente”.
-El éxito y la aceptación del Certamen Internacional de CineDanza parecen arrolladores…
“Lo parecen porque las cifras son llamativas: 1.916 trabajos recibidos de 93 países. Lo cierto es que la danza para cine, o cinedanza, como nos gusta llamarla, lleva más de un cuarto de siglo atrayendo a cada vez más adeptos. Es una disciplina fresca que tiene mucho que ofrecer. Los datos de la convocatoria de danza no son nada despreciables”.
-Desde su amplia experiencia como gestor cultural, ¿qué importancia tiene el apoyo de la empresa privada en esta clase de iniciativas?
“Vital. Sin ella no hay gestión que salga adelante, por mucha colaboración que pudiese haber desde la administración pública. La empresa privada es el motor, la administración debería ser el sostén y la empresa privada ajena a la gestión debería ejercer el mecenazgo, sin injerencias de la administración, sobra decir. Este año nosotros tenemos la fortuna de contar con el apoyo de la Fundación DISA”.
-Y desde el mismo punto de vista, ¿qué satisfacciones tiene llevar a cabo un proyecto como este?
“Llevarlo a cabo es una lucha contra el estrés, sacarlo adelante es una proeza: los patrocinios disfrazados de subvenciones salen mal, y tarde, y sin capacidad de gestión; la financiación privada es acaparada por las instituciones; las subvenciones salen tarde, sin personal para gestionarlas y, por tanto, resueltas una vez finalizada la actividad (vuélvase a la pregunta anterior y éntrese en bucle)”.
-¿Es la cultura una de las grandes desprotegidas de la propia política cultural?
“Me gusta esa pregunta porque contiene la respuesta”.