Este jueves ha quedado formalizada la ‘Misión Baluarte’, la nueva operación de las Fuerzas Armadas para luchar contra el coronavirus que supone una suerte de ‘Balmis II’ y centraliza las peticiones de las comunidades autónomas para contar con la ayuda de los militares en labores como desinfección, traslado o rastreo de pacientes.
La declaración del estado de alarma el pasado mes de marzo supuso la salida de las Fuerzas Armadas a la calle para combatir la propagación de la pandemia. La Operación Balmis se extendió durante un total de 98 días durante los que realizaron más de 20.000 intervenciones.
Esa operación decayó formalmente con la finalización del estado de alarma, aunque los militares han seguido desde entonces atendiendo peticiones puntuales de desinfección o colaboración en otras tareas a petición de los gobiernos autonómicos.
PETICIÓN DE 1.700 RASTREADORES POR LAS CC.AA.
Además, el Gobierno ofreció a las comunidades la aportación de 2.000 rastreadores militares para integrarse en sus equipos civiles. Las peticiones de las autonomías –todas menos Cataluña y País Vasco– suponen un total de 1.700 rastreadores militares, de los que un 70 por ciento están ya operativos y el resto lo estarán la próxima semana.
En concreto, Andalucía ha solicitado la incorporación de 360 rastreadores, Castilla y León 245, Galicia 180, Madrid y la Comunidad Valenciana 150 cada una, Castilla-La Mancha 120, Baleares y Murcia 100 respectivamente, Asturias 60; Aragón, Canarias y Cantabria 40; Ceuta 34, Navarra 32, La Rioja 24 y Melilla 8.
Sin embargo, el aumento de casos y la evolución de la pandemia ha hecho que el Ministerio de Defensa haya decidido formalizar una nueva misión de lucha contra el Covid-19, bautizada como ‘Misión Baluarte’, y que vuelve a poner en manos del Mando de Operaciones la recepción, estudio y priorización de las peticiones que reciba el Ministerio de Defensa.
Además de los rastreadores, la misión de momento se focaliza en la Comunidad de Madrid, que ha formalizado ya la petición de desinfección en tres centros su territorio y ha avanzado que seguramente requerirá la ayuda de militares para instalar carpas donde realizar test PCR u otras labores.
Robles ha trasladado además al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso la oferta de aumentar el número de rastreadores militares a su disposición. “La Comunidad de Madrid pidió 150 rastreadores, hay 154. Todo parece indicar que son pocos, y si la Comunidad quiere pedir más estamos en disposición de aportarlos”, ha asegurado.
NO CONTROLARÁN EL CONFINAMIENTO
La dirección de estas tareas recae en el nuevo comandante del Mando de Operaciones, el teniente general Francisco Braco, quien ha explicado que el incremento de las necesidades ha obligado a “centralizar” las operaciones para “aumentar su eficacia”. Además, ha celebrado que esta nueva misión las Fuerzas Armadas parten con la experiencia de la Operación Balmis.
Robles ha apuntado además que las labores que podrán asumir las Fuerzas Armadas en esta operación serán similares a las de Balmis, como desinfección, transporte, tareas logísticas, instalación de carpas u hospitales de campaña o incluso traslado de pacientes o fallecidos.
Lo que ha subrayado que no está entre sus competencias son cuestiones de orden público o seguridad ciudadana para vigilar el confinamiento, que corresponden a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) o las policías locales, y ha pedido que “nadie tenga la tentación” de “utilizar” a las Fuerzas Armadas en su beneficio.