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Luis Ortigosa, experto universitario: “Cuando una vacuna entra en el calendario es porque es segura”

El residente de la Sociedad Canaria de Pediatría aclara que es normal que surjan contratiempos durante las fases dos o tres de los ensayos e insiste en que la diferencia entre el compuesto contra la COVID-19 y los de otras enfermedades es el excesivo seguimiento mediático
La vacunación no es obligatoria en España pero un 95% de los españoles vacuna a sus hijos y, por lo general, sus reticencias se solucionan al plantear sus dudas a los pediatras. FOTO: Sergio Méndez
La vacunación no es obligatoria en España pero un 95% de los españoles vacuna a sus hijos y, por lo general, sus reticencias se solucionan al plantear sus dudas a los pediatras. FOTO: Sergio Méndez
La vacunación no es obligatoria en España pero un 95% de los españoles vacuna a sus hijos y, por lo general, sus reticencias se solucionan al plantear sus dudas a los pediatras. FOTO: Sergio Méndez

Luis Ortigosa, Experto Universitario en Vacunas, miembro del Comité Asesor de Vacunas del Gobierno de Canarias y presidente de la Sociedad Canaria de Pediatría de Santa Cruz de Tenerife, envió el pasado miércoles un mensaje de calma con respecto a la futura vacuna contra la COVID-19: “Cuando una vacuna entra en el calendario de vacunación es porque se ha comprobado primero que es segura y eficaz, habiendo logrado superar rigurosos filtros”.

En este sentido, el experto apuntó durante las V Jornadas del Instituto Canario de Bioantropología que “desgraciadamente, el seguimiento diario sobre cómo se están generando las vacunas contra la COVID-19” genera alarma cuando ocurre algún imprevisto en los ensayos.

“Las vacunas pueden tener problemas en su fase dos o tres, eso es normal. Pero cuando ya se decide que la vacuna está bien es cuando sale al mercado y se pone en el calendario”, insistió Ortigosa.

Asimismo, el experto explicó con datos que, una vez que se hicieron los calendarios de vacunación, la mortalidad por enfermedades como el sarampión se volvió casi inexistente: “Cada año, entre 2 y 3 millones de personas no mueren gracias a la vacunación”, aseveró.

Sin embargo, el experto advirtió de que debido al incremento de padres que deciden no vacunar a sus hijos, muchos de ellos integrados en movimientos antivacunas, aún hay niños expuestos a enfermar y morir por enfermedades para las que ya existe una vacuna.

“La vacunación es un derecho básico. Algunos padres piensan que estas enfermedades ya no suponen un riesgo, y por eso se niegan a vacunar a sus hijos. Es decir, las vacunas mueren de su propio éxito. El mayor éxito de una vacuna es que no haya enfermedad”, explicó el doctor.

Sobre los negacionistas, Ortigosa añadió que se trata de movimientos que son frecuentes en Europa desde hace varios años y que ahora empiezan a llegar a España: “Suelen ser personas que dicen que la tierra es plana, que el hombre no ha llegado a la luna y que la vacunación es mala”.

A esto, el pediatra añadió que, paradójicamente, “pese a que la vacunación forma parte de los hábitos de vida saludable”, los antivacunas “se identifican como movimientos que apoyan la crianza natural y los estilos de vida saludable”.

Además, “los antivacunas defienden que al no vacunar a sus hijos están ejerciendo su derecho a decidir, pero en España -explica el experto- no se obliga a nadie a vacunarse, es opcional. Y aún así, el 95% de los padres deciden vacunar a sus hijos una vez que el pediatra despeja sus dudas”.

Ortigosa relató que hay constancia de que cuando la vacuna de la viruela llegó a Canarias surgieron en las Islas movimientos antivacunas. FOTO: Sergio Méndez
Ortigosa relató que hay constancia de que cuando la vacuna de la viruela llegó a Canarias surgieron en las Islas movimientos antivacunas. FOTO: Sergio Méndez

La vacunación en Canarias

Se vacuna para prevenir desastres, para evitar epidemias de enfermedades que provocan muerte y sufrimiento. Y como ejemplo de ello, Ortigosa señala que solo hay que ver lo que está ocurriendo en la actual pandemia de la COVID-19, “que ha puesto el mundo patas arriba al no haber vacuna disponible”.

Pero antes de que el SARS-CoV-2 irrumpiera en nuestras vidas, la vacunación ya era algo ansiado por la humanidad. De hecho, bien recibida fue el 9 de diciembre de 1803 la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna en Canarias, la primera expedición para eliminar la viruela que partió desde La Coruña llevando la vacuna a los territorios de ultramar.

Sobre este acontecimiento, José de Viera y Clavijo escribió un soneto en el que alababa la llegada de la vacuna: “Carlos Cuarto, Gran Rey, pues que es humano forma una expedición, jamás oída, que asegure a sus súbditos la vida, y extirpe el cruel imperio de un tirano”.

Sin embargo, lo más curioso de este hecho, es que, según relató Ortigosa, ya en aquel momento podía identificarse a los primeros detractores de la vacunación. Así, don José Álvarez de Ledesma escribió en su Discurso sobre la vacuna descubierta y recomendada (1803, Puerto de La Orotava), “que nadie debía intentar remedio contra los males que Dios nos manda”.

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