El Puerto de la Cruz tendrá, no solo una piscina, sino ‘la piscina’ de Tenerife”, declaró ayer el presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, durante su visita a las obras de desmonte de la antigua infraestructura municipal, terreno en el que se construirá el Centro Insular de Deportes Acuáticos (CIDAC).
Martín realizó estas manifestaciones acompañado del alcalde, Marco González; la consejera insular de Educación, Museos, Juventud y Deportes, Concepción Rivero; y los responsables de la UTE Acciona Construcción SA y Constructora de Proyectos y Obra Civil 2012SL, encargada de la ejecución del proyecto.
En ese contexto, el mandatario aclaró que su presencia en el municipio como presidente no se realizaba “para hacer promesas, ni para presentar proyectos o fotos muy bonitas que se queden luego en el recuerdo”, sino para estar en el lugar “con el personal trabajando ya en esta obra”.
Al respecto, lanzó una crítica contra Coalición Canaria (CC) “que en su momento hizo comentarios acerca de que esta actuación no iba a ser posible. Hoy estamos demostrando que las promesas están para cumplirlas y ésta es una que lleva muchos años y que hasta ahora se había quedado simplemente en eso”, sentenció.
La UTE tenía dos opciones para hacer realidad el CIDAC. Una de ellas era un “lavado de cara” a la vieja instalación pero no se garantizaba que la inversión -11,8 millones de euros- estuviese bien hecha porque ya tenía una vida útil de 50 años, los vasos no eran registrables de ninguna manera y muchos de los hormigones estaban fisurados. Por esta razón se optó por empezar de cero y garantizar que la inversión ”tuviera un futuro prometedor, aseguró el arquitecto Lucas Delgado Gorrín.
Este último explicó el proyecto, que consta de varias fases y una parte de actuaciones previas que consiste en la demolición de lo ya existente, el transplante de la vegetación y una serie de afecciones en la parcela.
Partiendo de una idea nueva, se justificó una nueva imagen para la ciudad proyectando un talud vegetal detrás del cual se encuentra el CIDAC.
Entre los cambios más significativos se encuentra la nueva ubicación de los dos vasos, ya que el principal, de 50 metros de largo, tiene 21 de ancho, no los 25 necesarios para homologarlo. Por esta razón, se decidió trasladarlo donde se ubica el de menores dimensiones, mientras que el destinado a uso terapéutico permanecerá en el mismo lugar.
Ambos vasos con las medidas reglamentarias deberán ser aprobados por la Real Federación Española de Natación.
Además, se intentará que el edificio tenga el menor consumo posible de energía. Así, la cubierta tiene la inclinación necesaria para que las placas fotovoltaicas transporten al menos entre un 20% y un 25% de la energía necesaria.
Otro cambio de ubicación imporatnte será el del graderío, que no irá del lado mar sino del contario, dado que uno de los objetivos del proyecto es recuperar parte del litoral.
En las gradas habrá capacidad para 680 personas aunque hay posibilidad ante un evento determinado de aumentar esta cantidad con otras retráctiles.
A todo ello se le suma la reforma integral de los vestuarios y oficinas, una sala de fitness, aulas polivalentes y un espacio de entrenamiento en seco.
Marco González subrayó el compromiso del Cabildo de Tenerife y su presidente con esta infraestructura “que es capital para el desarrollo y el impulso no sólo del deporte sino también del
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