Espacio Bronzo inaugura este sábado, 28 de noviembre, su octava exposición de joyería contemporánea, que estará abierta el público hasta el 5 de enero en la sala lagunera ubicada en la calle Núñez de la Peña, 19. Enmarcada con el título Hombres, la que es la tercera exposición de joyería contemporánea comisariada en la sala de arte Bronzo por la joyera Pilar Cotter se propone una revisión de la construcción de género en torno al hombre a través de las joyas.
“La joya vivió sobre cuerpos masculinos y femeninos a lo largo de la historia. En la actualidad, la joyería para hombres es casi inexistente, es muy poca la oferta o muy condicionada sobre lo que un hombre debe usar -explica Cotter–. Esta estética impuesta, con presencia o no de joyería, es una construcción ideológica de género, una piel inventada, resultado de una educación impostada de lo que supuestamente tiene que ser un hombre en esta sociedad, no solo en un plano estético, sino en multitud de planos sobre lo cotidiano”.
El punto de partida que la comisaria propuso a 13 artistas para esta exposición fue, por tanto, “crear una nueva imagen que libere al hombre de este falso imaginario que encorseta la expresión personal; crear nuevos posibles, reflexionando sobre su condición histórica; extender una mano a la comprensión, para entender que ya no es una cuestión tanto de género, sino de personas”.
Para abordar la temática de joyería para hombres, Pilar Cotter se dirigió a autores que trabajan en Tenerife: Ventura Alemán, Domingo Ayala, Patricia Delgado, Jéssica Luis, Atri Galván, Glez. & Hodgson, Nerea G. Murillo, Martín & Alom, Iñaki Meli, Jorge Pérez, María Rosell. Son en total 13 artistas, con 11 propuestas diferentes, puesto que en dos casos se trata de sendas parejas de autores. El resultado de esta propuesta llega en forma de alrededor de 40 piezas, elaboradas en microformato libre, que establecen un lenguaje en relación con el cuerpo y la temática propuesta.
Como refiere la comisaria, a largo de la historia, los hombres siempre utilizaron joyas, con funciones tan diversas como su papel mágico para la protección para dar fuerza -con talismanes, amuletos, tótems, narigueras-; para la protección en la guerra -con anillos de arquero, pulseras de púas de guerreros, pendientes con tapones de cera para los artilleros-; para identificar a los individuos y su estatus social -con sellos, coronas, broches, collares-; para indicar hitos vitales -como los aros de oro de los piratas cuando cruzaban ciertos cabos-; o como inversión para solventar circunstancias vitales -también con los aros de oro en el caso de los piratas, para propiciar un entierro digno en tierra-; o simplemente como adorno.
Sin embargo, en los últimos siglos, la joyería para hombre ha ido despareciendo hasta ser casi inexistente, sobre todo, después de la Segunda Guerra Mundial. “La poca oferta que hay está muy condicionada a un concepto de masculinidad muy encorsetado, de forma que esta joyería queda limitada a un terreno árido y creativamente estéril”, detalla Cotter.