conversaciones en los limoneros

Pablo Megolla: “Toda idea es una locura hasta que esa idea triunfa”

Participa en negocios del sector inmobiliario y del ocio. Y, como le sobraba tiempo, fabrica gafas de sol
Andrés Chaves junto a Pablo Megolla SERGIO MÉNDEZ

En Canarias ya no son siempre los mismos a la hora de producir, ni de invertir. Ha nacido una nueva generación de emprendedores que merece la pena conocer. Uno de ellos es Pablo Megolla Gómez (Santa Cruz, 1989). Participa en negocios del sector inmobiliario y del ocio. Y, como le sobraba tiempo, fabrica gafas de sol. Le ha afectado, como a casi todos, el ‘cero’ empresarial, pero sigue adelante, con la esperanza puesta en el futuro. Con sus socios, es propietario de una vermutería en el hotel Urban Anaga de Santa Cruz. Yo no sabía lo que era una vermutería: un lugar donde se sirven vermuts de todo tipo y procedencia. Y explota la terraza Urban 180, en lo más alto de dicho establecimiento. Ha comprado y vendido empresas inmobiliarias, se convirtió en técnico de Animación Sociocultural y estudió -y no terminó- Fisioterapia. A sus 31 años no se le puede pedir mucho más a una vida. Lo cierto es que salí de la entrevista de Los Limoneros con unas gafas de sol y una botella de whisky japonés raro como promesa. No era necesario, pero como estamos casi en Reyes los acepté, por cortesía.

-Lo malo, Pablo, es que aquí las cosas esas del ocio pasan de moda.
“En realidad, en todas partes, aunque en algunos sitios las modas duran más”.

-¿Cuánto duran aquí? Me refiero a tu sector del ocio.
“Dos años, por eso es muy difícil salir adelante y hace falta hacer un gran esfuerzo para mantener la calidad, el servicio y el trato al cliente, en todos los negocios relacionados con el público”.

-¿Te viene de familia eso de ser emprendedor?
“No, mi abuelo era el encargado de la fábrica de conservas de los Rodríguez López, en La Gomera. Yo no lo conocí, pero me cuentan que era un hombre muy serio y muy constante. Quizá este sea el motivo de que a mí me guste trabajar”.

-¿Cuál es el secreto para empezar a ganar dinero desde tan joven?
“No hay secretos. Lo que sí es fundamental es saber comprar y vender y elegir el momento. Esto puede que lo lleves en la sangre, o casi, aunque no lo sepas. Hemos sufrido un ‘cero’ empresarial con la pandemia. Los horarios nos están matando, pero intentamos seguir adelante y aquí juega un papel importante la imaginación”.

-Otro de los secretos de los jóvenes como tú es la relación con los fondos de inversión.
“Quienes nos dedicamos al sector inmobiliario tenemos relación con los fondos de inversión, es cierto. Es bueno dominar el mercado, saber quién es quién y ver dónde está el negocio. Conocer a los personajes interesantes que viven en tu entorno me parece también fundamental”.

-¿Un joven empresario dice siempre lo que piensa?
“Yo sí y eso me puede haber traído problemas alguna vez. Pero es necesario jugar con las cartas sobre la mesa. La sinceridad te puede perjudicar, pero son más las veces que te ayuda”.

-¿La política te interesa?
“Como ciencia lejana a mí, claro. Por ejemplo, te diré que durante el “cero” empresarial en Canarias se ha demostrado que aquí no existe otra Isla que la de Gran Canaria para este Gobierno de gente de Gran Canaria. No se han tomado medidas con la isla de Tenerife y así ha ocurrido lo que ha ocurrido durante la pandemia. El año que viene va a ser catastrófico para nosotros y si se supera será gracias a la iniciativa particular, jamás al estamento oficial”.

-Tampoco parece que vayan a existir subvenciones a los empresarios.
“Yo no quiero subvenciones, pero déjame trabajar. Nosotros cumplimos las normas, pero danos facilidades. Nos están limitando todo y las horas de cierre no son comprensibles, ni algunas medidas tomadas tampoco. Y te lo está diciendo quien las cumple escrupulosamente”.

-Pero están los ERTE y los créditos ICO. ¿O no?
“Que son una trampa mortal cuando llegue la hora de amortizarlos y de abonar los intereses. Es el mundo del ocio el que ha pagado muy cara la pandemia. El problema está en los lugares en los que no se siguen las normas, pero dejen vivir a los empresarios que las cumplen hasta la última letra de los decretos”.

-Hay una corriente cada vez mayor que habla de cambiar el modelo económico de Canarias.
“Sí, corriente que yo comparto, si te refieres a volver al régimen de los puertos francos. Teníamos un paraíso y lo perdimos. Desde varios sectores llegan voces que hablan de que nuestro modelo actual ha quedado totalmente amortizado. Si no puedes cambiar la tendencia errónea del país, sal de ella e inventa otra cosa en cuanto al modelo productivo. Ahora se clama de nuevo por los puertos francos de la época de la dictadura en las Islas”.

-¿Y copiar otros modelos?
“A pequeña escala ya lo estamos haciendo. Yo viajo, veo y copio. Y adapto. ¿Por qué no vendemos las lapas como venden por ahí las ostras? No, aquí las prohibimos. Tenemos buenos vinos, buenos quesos, buenas frutas, grandes profesionales de la cocina, ¿por qué no potenciar la gastronomía?”.

-Pero las producciones son limitadas.
“Pues convirtamos lo limitado en exclusivo, ahí está la diferencia. Y no tengamos prisa, pero tampoco pausa. Algunos creen que montar una empresa es comenzar a ganar dinero, lo hacen todo muy deprisa. Para que una empresa comience a generar beneficios hace falta que pasen al menos dos años. Dos años te dan la perspectiva para saber si has acertado o no. Si no, ciérrala”.

-El país anda revuelto. Nadie sabe lo que va a pasar. ¿Sienten ustedes lo mismo?
“Mira, yo comparto la idea de que España no va bien porque está mal gestionada. Yo no habría permitido la falta del respeto al rey, por ejemplo. Es mi opinión. Y a nosotros, a nuestro grupo, le gustan los proyectos serios. Dejé mis estudios porque los negocios de la noche me atraían y porque, bien gestionados, son rentables. Nos ha tocado una época tremendamente difícil, que es preciso sortear como se pueda. Y en eso estamos”.

(Durante sus ratos libres, que deben ser pocos, se dedica a su colección de monedas y billetes. Yo tengo una vieja bacinilla llena de monedas, de todos mis viajes por el mundo, y pesetas viejas, que le voy a regalar a Pablo Megolla para que se entretenga, clasificándolas. También tiene los sellos de su abuelo, pero me da que le presta más atención a las monedas).

-¿El joven empresario es individualista?
“No, no lo es. El joven empresario confía más en el equipo que el empresario tradicional. Además, aquí tenemos un gran hándicap porque resulta que Canarias es la tierra de la envidia. Yo me enorgullezco de mi equipo de colaboradores”.

-¿Y eso?
“Pues, con relación a la envidia, cuando ven que triunfas van a derribarte. Y lo hacen sin piedad. Es lo contrario de lo que ocurre en países más avanzados. En ellos, si triunfas, te admiran y te lo reconocen. Aquí no, aquí cuando no te ataca el rival te ataca la Administración. Y así es difícil trabajar. Por eso tantos jóvenes se han marchado a hacer fortuna fuera. En España los incentivos brillan, pero por su ausencia. No digamos en las Islas”.

-¿Eres de muchos amigos?
“No, qué va. De amigos de verdad, pocos. Pero buenos”.

-¿Cuál es el secreto de un proyecto, para que dure?
“El ocio tiene fecha de caducidad, la que marcan las modas. Pero si eres serio duras más. Mira, un ejemplo de negocio estable, que se ha mantenido durante años, es este, Los Limoneros. Es un símbolo de calidad continuada a través del tiempo. Nunca falla. Nuestros proyectos tienen fama de ser duraderos. Cuando algún negocio no va bien, lo vendo; ¿y sabes por qué?, porque a lo mejor le ha llegado la hora de un cambio de manos”.

-¿Quién te enseñó todo esto, siendo tan joven?
“Mi mentor, mi modelo ha sido Pepe Moujir. Él me metió en este mundo y a él le debo todo lo que soy. De él aprendí que toda idea es una locura hasta que triunfa”.

-¿Intuitivo?
“Quizá sea mi mejor virtud, pero no debo decirlo yo”.

-¿Por qué te consideras intuitivo?
“Pues por algunas razones. He sido precavido, en el sentido de no derrochar un euro. Y tengo sensaciones para diferenciar lo que puede y lo que no puede gustar a la gente”.

-¿Cuál es el secreto de que una terraza de las que montas vaya bien?
“No sé, quizá el filtro esté en el precio. Un changa no se te cuela en un sitio en el que se vea la calidad y en el que el precio no sea el de un guachinche. No es su ambiente. Y si se cuela, lo echas para que no moleste a los demás. Las empresas no funcionan solas, es preciso estar encima de ellas, un día tras otro día”.

-Tú y tus socios montaron la terraza del NH de Santa Cruz; fue todo un éxito. Yo no la conocí. Disculpa, pero no vivo la noche sino en la cama. O leyendo.
“Fue muy bien y la vendimos cuando llegó el momento. En este sector se vende y se compra mucho. Ya te he dicho que es bueno saber comprar para luego saber vender”.

-¿Superaremos esta mala hora, Pablo?
“Sí, la superaremos, pero todo lleva su tiempo. Hemos hablado en varias ocasiones del ‘cero’ empresarial, que es innegable, en la hostelería, en el comercio y en el ocio. Otros sectores están creciendo, como el farmacéutico. En las crisis, durante ellas, nacen y mueren muchos empresarios”.

-No hemos tocado tu faceta de óptico.
“No es tal. Tenemos una producción de gafas de sol, que va muy bien y que iría mejor si volviera a venir el turismo. Vi la oportunidad de meterme en este sector y lo hice. También organizamos eventos de todo tipo, pero, claro, con las limitaciones de ahora es casi imposible hacerlo con regularidad”.

-En tu mundo tienes fama de cumplidor.
“Es que si traicionamos la palabra dada nos irá mal. Yo te dije que siempre digo lo que pienso. Esto incluye respetar los compromisos. En un lugar tan pequeño en el que nos conocemos todos, si no eres serio estás perdido”.

-¿Y eres optimista en cuanto al resurgir de la economía?
“Depende de muchos factores. Si se logra parar la pandemia, la crisis no será ni mucho menos como la del 2008, en cuanto a duración. Pero ahora todo está parado y en enero me temo que tendremos noticias muy desagradables en cuanto a la paralización de empresas y en cuanto a la ruina de algunos empresarios que no han sido muy previsores o que sus sectores han caído en picado, por desgracia”.

-Por cierto, ¿es cierta la leyenda de los ligues de quienes viven de noche?
“Hombre, si tienes suerte, sí, pero no es oro todo lo que reluce”.

-¿Hay más secretos para el triunfo en el sector del ocio?
“Sí, que el cliente encuentre todo lo que pide, que se sienta atendido y hasta mimado por el personal, que no vea que se le ningunea”.

-¿Si te pido un Buchanan’s de 18 años lo tienes en el Urban 180?
“Me has cogido. Conseguí dos botellas el otro día. No es fácil, pero lo busco y te lo sirvo. Me has pedido lo más difícil”.

(Estamos un buen rato hablando de la noche, que para mí es un mundo desconocido. Durante la entrevista, Pablo Megolla Gómez recibe cuatro o cinco llamadas relacionadas con sus negocios. Se ve que no para. Pero hay que parar, amigo, porque cada vez son más frecuentes las crisis de salud entre la gente joven. Es un buen titular ese que dice que toda idea es una locura hasta que triunfa. Lo usaré en esta entrevista).

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