RTVE no quiere parecerse a otras cadenas públicas, como la RAI italiana, en la que se enseña en un programa cómo hacer la compra de manera sexy. Ni tampoco a ninguna de las otras españolas en las que azafatas vestidas con ropa mini y sexy tienen como única función pasearse delante de un panel o traer un regalo a un concursante en horario familiar donde niños y niñas pueden ver cómo se perpetúan los roles que han marcado durante siglos la desigualdad: mujeres florero.
Por eso, la televisión pública, a través de su Observatorio de Igualdad, aprobó el pasado miércoles la primera Guía de Igualdad de una entidad televisiva en España para conseguir que, al menos en sus espacios, se dé “visibilidad al papel de la mujer en los diferentes ámbitos”.
En esta guía, que actualiza el Manual de Estilo que la Corporación aprobó en 2010, se plantean nuevas exigencias adaptadas a la realidad social del momento actual, incluyendo un apartado especial sobre la violencia contra las mujeres.
Entre ellas, en el punto 18, se establece claramente realizar un tratamiento igualitario de la imagen de las mujeres y las niñas, para lo que se propone “evitar la cosificación del cuerpo femenino, la fragmentación de los cuerpos de las mujeres en las imágenes o movimientos de cámara que contribuyan a dicha cosificación”. E incluso recomienda “no priorizar los atributos físicos de las mujeres sobre los intelectuales”.
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