la palma

Un Nacimiento muy arriero

La recreación de Aridane, ideada por Marcelino Rodríguez, cuenta con algunos guiños hacia las bodas de oro de la agrupación musical

El 2020 estaba llamado a ser “el año arriero por excelencia”, tal como declaraba a DIARIO DE AVISOS hace algunos meses la concejala de Cultura de Los Llanos de Aridane, Charo González Palmero. La Agrupación Folklórica Los Arrieros cumplía medio siglo de vida, y sus bodas de oro no pasarían desapercibidas en la localidad de la que es originario el conjunto. De hecho, el presidente de la Asociación Cultural Tagoror 2 de Julio, Hugo Castro Bethencourt, había logrado que el monarca Felipe VI fuera partícipe de la efeméride, aceptando asumir una figura de honor dentro del comité encargado de elaborar la agenda de actos que tendrían lugar a partir de marzo.

No obstante, a pesar de que la crisis sanitaria del coronavirus ha impedido desarrollar la celebración como estaba concebida inicialmente, desde el Ayuntamiento se ha intentado realizar un homenaje permanente, con distintas acciones distribuidas a lo largo del año, a uno de los colectivos que mayor proyección ha dado a la música típica de las Islas. El último de ellos, en el Nacimiento que, como es costumbre por estas fechas, se emplaza en los bajos de la Casa de la Cultura. Así lo explica al DIARIO Marcelino Rodríguez, empleado municipal y cara visible del equipo de más de 15 personas que ha dedicado cerca de dos meses al diseño de la obra; una labor en la que se ha combinado el trabajo tanto de voluntarios como de los propios operarios de la institución.

El proceso, según Rodríguez, requiere esfuerzo, dedicación y mucho mimo. Comenzó con el montaje de la estructura, compuesta por hierro y palés de madera, tras lo cual se colocó una moqueta o manta que actúa de base para apoyar las figuras. Pero, antes de buscar lugar a cada pastor, animal, campesino o representante de la corte de los Reyes Magos de Oriente, es necesario pintar los paisajes de fondo, que este año están inspirados en el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Y para conseguir darles realismo, de acuerdo con el coordinador del grupo, se toman como referencia fotos y vídeos de los parajes originales, tales como el Roque Idafe o Tenerra, entre otros.

Varios fueron los cafés que tomaron trabajadores y voluntarios a altas horas de la noche, día sí y día también, en una carrera contrarreloj para que el pasado viernes 27 de noviembre, coincidiendo con el encendido del alumbrado navideño en el municipio, viera la luz el tradicional Nacimiento. Aun así, Marcelino Rodríguez asegura que las largas jornadas de trabajo han merecido la pena, puesto que a su juicio se ha logrado “contar una historia”; combinar de manera adecuada diferentes escenas que, juntas, trasladan a los visitantes a lugares que, es posible, no hayan visitado o lleven cierto tiempo sin hacerlo. Es más, dice que por el momento la obra ha tenido buena aceptación del público.

Eso sí: el escenario donde se suele instalar la recreación del natalicio de Jesucristo ha sufrido algunos cambios respecto a otras ediciones, en la medida en que se ha adaptado a las circunstancias derivadas de la COVID-19. En este sentido, el operario detalla que se ha dispuesto señalización sobre el obligatorio uso de mascarilla o la necesidad de mantener el distanciamiento social. Aparte, concreta que se cuenta con una especie de “mirador” o plataforma con capacidad de hasta cuatro personas, desde la que quien así lo desee podrá tomarse fotografías conservando el espacio interpersonal estipulado por las autoridades para prevenir contagios de la enfermedad.

“La brisa besa los árboles al bajar, desde la cumbre / y parecen cataratas, enormes, blancas, que forman las nubes / verde esperanza y radiante frescor, que en mi vida tuve. Maravilla La Caldera, en el Valle de Aridane / tumba imponente del guanche, que allí murió por su tierra”. A los juegos de luces y el susurro del agua -efectos que amenizan la visita a la maqueta- se une la canción Mi Tierra, de Los Arrieros, cuyos pasajes están plasmados en una pegatina con forma de estrella ubicada en la entrada del Nacimiento, junto a la cual se hace mención a quienes “dieron vida” a la obra, con Francisco Javier Rodríguez Pedrianes y Marcelino Rodríguez a la cabeza.

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