José Luis Machado Carilla (La Orotava, 1947) se ha pasado más de media vida investigando las fuentes documentales canarias, sobre todo en lo que se refiere a poblamientos y desarrollo de las primeras familias que llegaron a las Islas y a los canarios que fueron determinantes en América del Norte y del Sur. Ya se sabe que hemos estado –y estamos- en todas partes. Historiador de prestigio, ha publicado más de 60 libros. Es abogado y ha tomado parte en complicadas particiones de familias isleñas. Pero, además de su vocación jurídica, su verdadera pasión es la historia, la historia de quienes vinieron a Canarias tras la Conquista. Españoles y portugueses, sobre todo, han sido objeto de sus investigaciones. Por ejemplo, a la hora de conocer mis propios orígenes se hace indispensable su obra: José Luis ha publicado varios libros determinantes sobre la familia Chaves, a partir, sobre todo, de las testamentarías de sus más destacados miembros. José Luis Machado fue designado embajador de la Capital Europea de la Cultura, cuando la ciudad portuguesa de Guimaraes fue reconocida como tal. Él se define como un investigador de fuentes documentales canarias. Ni más ni menos.
-Canarias llegó tarde a la historia, José Luis. ¿Lo compartes?
“En cierto modo, sí. La sociedad canaria y americana quedaba en inferioridad con respecto a la peninsular, ya que nace a la historia cuando los habitantes de la Península llevaban siglos en ella. Y estos se permitieron descalificar a las personas, en relación a su origen judío o musulmán, incluso también por la práctica ‘incorrecta’ del catolicismo, con lo que existían tres motivos de sospecha encomendados al Santo Oficio”.
-Tras la Conquista de Canarias, ¿encontró facilidades la Inquisición para desarrollar su horror?
“Esta cuestión es muy interesante”.
-¿Por qué?
“Pues porque, al planteármela, me das pie a afirmar que el Adelantado, Alonso Fernández de Lugo, hizo lo imposible para poner trabas al ‘trabajo’ de la Inquisición en las Islas de su gobierno, Tenerife y La Palma. Incluso llegó a encarcelar a dos inquisidores franciscanos que envió el Santo Oficio a Canarias, aún en contra de los criterios de su segunda esposa, Beatriz de Bobadilla”.
-¿Pudo mantener por mucho tiempo esta postura?
“Relativamente. Cuando su hijo, don Pedro Fernández de Lugo, marchó a la conquista de la Sierra Nevada de Santa Marta, la Inquisición tomó posiciones en las Islas Occidentales, por medio de religiosos de origen peninsular que pusieron a toda la población bajo sospecha e iniciaron duros procedimientos por causas realmente pueriles”.
-La bota malaya del godo español.
“Más o menos; en el fondo se trataba de establecer la preminencia del forastero sobre el local, considerando a Estos de inferior calidad y sobre la base de la enorme presencia de la población portuguesa y aborigen, que quedaban en inferioridad de condiciones e indefensas ante un canon que les era ajeno”.
-El estudio de las familias, de los linajes, de los poblamientos, de la organización familiar en la época de la Conquista y siguientes, de las reparticiones de tierras, debe ser muy complejo.
“Lo es. Yo reivindico la historia de las familias como método de estudio. Me adentro en los archivos isleños, muy extensos, para desentrañar el origen de nuestra población y dotar de identidad a las familias que en el transcurso de los siglos se han quedado sin historia. No llevándolas a un linaje que no poseen, sino devolviéndoles sus señas de identidad propias”.
-¿No poseen linajes muchas de esas familias?
“Yo en ocasiones contradigo a ciertos estudiosos que tratan de los linajes, que no tienen nada que ver con la verdadera crónica de las familias. Para pertenecer a un linaje se requiere haber nacido en una casa blasonada, o en un solar conocido, disponer de sepultura de cierto empaque y transmitir el apellido y, con él, la riqueza en forma de mayorazgo o vínculo a los descendientes. Y, por supuesto, la mayoría de las veces no ocurría así”.
-¿Qué pretendes con tus libros, hacer justicia?
“Mis libros son búsquedas de certezas”.
-¿Puedes ser más concreto?
“Pues quiero conocer lo que ha permanecido oculto, dentro de una metodología que nace en la historia del derecho y en la praxis jurídica, ello acompañado de estudios de humanidades y de la asistencia a congresos de historia y desarrollo de ponencias, sobre todo en Portugal”.
-Qué importantes hemos sido los canarios en la colonización de América, ¿no es cierto?
“Lo canario tiene una importancia fundamental en el mundo hispano universal, al que pertenecemos. De esto no existe la más mínima duda”.
-¿Puedes citar algún ejemplo menos conocido?
(Porque se vivieron gestas que han sido muy descritas. Fundación de Montevideo, los estudios de Armando Curbelo sobre la participación canaria en el poblamiento de Texas. La hazaña del fuerte de El Álamo, en San Antonio de Texas. Lucharon los isleños junto a David Crocket, Jim Bowie y James Barret Travis frente al caudillo mexicano López de Santa Anna). “Pues, sí. Te podría poner docenas de ejemplos de hechos menos conocidos. Por ejemplo, el Marqués de Floridablanca, ministro de Carlos III, fue el primero quizá en reconocer el cosmopolitismo de los canarios ilustrados. Cuando le presentaron a don Juan de Iriarte y Cisneros y supo de su conocimiento de varios idiomas europeos, se dio cuenta de la utilidad de él y de sus sobrinos Tomás, Bernardo y Domingo para desempeñar cargos diplomáticos para la monarquía, como así ocurrió”.
-Ahora se habla mucho de Bernardo de Gálvez.
“Bernardo de Gálvez, considerado como uno de los padres fundadores de los Estados Unidos de Norteamérica, tiene su retrato en la Sala de Fundadores del Congreso de los Estados Unidos, tan de actualidad en estos días tras la invasión de su sede por parte de unos desalmados. Fue virrey de Nueva España. Pues bien, Bernardo de Gálvez se criÓ en la Plaza del Charco del Puerto de la Cruz, porque su padre, don Matías de Gálvez, era administrador de la Real Casa de Aduanas y de la hacienda de la Gorvorana. Le inculcó a su hijo su honradez, su capacidad de trabajo, su disciplina y su dedicación. Y sólo vivió Bernardo de Gálvez 40 años, pero le dio tiempo a ser héroe en Pensacola, fundar ciudades, gobernar en La Luisiana y ganar batallas en América”.
-¿Dónde están las verdaderas fuentes, José Luis?
“No todas, pero sí gran parte, se obtienen de las testamentarías, que se custodian en el Archivo Histórico Provincial, con otros documentos de vital importancia. También en los libros de bautismos de las parroquias, en legajos particulares, en los relatos de los pleitos entre familias. Las fuentes son muy diversas y hay que hurgar en ellas e investigar lo que no es explícito. También in situ, claro”.
-Bernardo de Gálvez, conde de Gálvez y vizconde de Galvestón, hizo mucho por la isla de Tenerife. Y casi nadie lo sabe porque muchos historiadores lo ignoran. ¿O no crees lo mismo?
“Es un personaje clave. Porque en una época de pobreza extrema se llevó a La Luisiana a muchos canarios, que cargaron con sus escasos bártulos y con sus familias, rumbo a América. Cientos de ellos murieron, pero otros prosperaron y ayudaron a nacer a la más importante nación del mundo actual. Y eran familias nuestras, familias de aquí”.
-Tendrás familias favoritas. Me refiero a que preferirás investigar a unas más que a otras.
“Mi criterio es amplio. Te hablo, por ejemplo, de lo más reciente, la familia Roo. Una familia procedente de Holanda y asentada en Canarias. Tuvieron tanto poder sus miembros que su descendencia fue la fundadora del estado mexicano de Quintana Roo, en la península del Yucatán. A él pertenece la famosa localidad turística de Cancún y unas famosas ruinas maya, entre otras maravillas. He terminado un libro sobre miembros destacados de esta familia, que también puede considerarse canaria, o al menos canario-holandesa”.
-¿Has abandonado el ejercicio de la abogacía para dedicarte a la historia?
“En cierto modo, sí, aunque sigo colegiado y hago algunas cosas en el mundo jurídico, sobre todo en el ámbito de las particiones. Pero la investigación me apasiona, ha sido lo que más me ha motivado siempre”.
-¿Cuál es el asunto más complicado con el que te has encontrado?
“Ahora trabajo en torno a la familia tinerfeña de los Suárez, un librito en el que quiero reflejar la complicación de sus orígenes y su desarrollo. Existe cierta endogamia en las familias isleñas, lo que complica un poco el proceso de la investigación”.
-Hay mucho más, en 60 libros publicados.
“Claro, algo que te toca de cerca, la familia Chaves, por ejemplo. He publicado varios tomos de la familia Chaves: sus orígenes portugueses, su relación, por matrimonio, con la familia real indígena tras la Conquista, sus enlaces y descendencia en los siglos XVIII al XXI y su relación con la Casa de Rojas y los linajes de los Rojas en España. O la historia de los Machado, en dos tomos; y la de dos familias del Alto Aragón entroncadas en Canarias: Carilla-López de Baranguá y Dogour-Rodríguez Moure. Qué decir de los Tabares, de los Nava y Grimón y su labor en el Jardín Botánico. Y también de los buscadores de sueños a través del Océano Atlántico y de la España de Ultramar. No caben los pleitos, los testamentos, los linajes y el relato de las haciendas en una entrevista convencional”.
-La metodología tiene que ser, forzosamente, difícil.
“Bueno, relativamente. Existen en mi trabajo tres líneas bien claras, cuya finalidad es situar a lo isleño canario en la órbita internacional de las dos orillas del Océano Atlántico: una, sobre población en sentido estricto; la segunda, con miras divulgativas y explicando las razones del por qué las cosas sucedieron de una determinada manera; y la tercera, sobre la historia de determinadas familias, que es sobre lo que, con mayor insistencia, me has preguntado”.
(José Luis Machado se encierra en su reducto orotavense para trabajar para esa historia. Es imposible resumir con éxito la conversación. Domina un campo dificilísimo, cual es la trayectoria de las familias principales de las islas, que en realidad son las primeras que llegaron, aunque no siempre. La historia no desarrolla reglas fijas, aunque sí sistemas metódicos para desentrañarla. Marqueses, condes, gente corriente. Todos tienen cabida en el relato de este hombre ocupado en arrancar al pasado lo que nadie ha logrado hasta ahora. Hace frío hoy en Los Limoneros y llueve copiosamente. Me dice:)
“Mi obra gravita, en esencia, sobre la historia de las familias, sobre sus orígenes y su destino. De este aspecto nuclear va expandiéndose para tratar sus medios de vida; es decir, de qué vivían las familias de las que trato, cuáles eran sus fuentes de sostenimiento y las causas de su auge y de su declive”.
-Queda dicho.