El debate sobre la necesidad y la viabilidad de contar con una aerolínea canaria se abre en junio de 2013 por parte del presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Santa Cruz de Tenerife Ashotel, Jorge Marichal, durante un encuentro profesional con medios de comunicación.
La desaparición de Spanair en 2012 ya pone de manifiesto la fragilidad de la conectividad aérea con un retroceso que se mantiene hasta la llegada de Norwegian, que recupera parte de las plazas perdidas con la península y los precios de los billetes se acomodan a la demanda real existente en aquel momento.
El principal argumento de Ashotel era la necesidad de apostar por la integración vertical del negocio para que Canarias no tuviera que depender de terceros (eminentemente turoperadores) para atraer turistas a las Islas y mejorar la conectividad de los canarios. Apostaban por influir en la cadena de valor desde que el cliente decide viajar hasta que vuelve a casa.
El modelo que se dibujó fue el de una iniciativa empresarial que contara con el apoyo de las administraciones públicas. En un principio, éstas vieron con buenos ojos la propuesta de la patronal, ya que supondría una gestión integral del destino turístico.
Un año más tarde, Ashotel mantenía su interés por la creación de la aerolínea y anunciaba que ya estaba negociando la implicación del empresariado turístico de la provincia tinerfeña. El objetivo no era competir contra los operadores existentes, sino ayudar a canalizar la demanda que ellos no iban a poder absorber.
Tras varios años de debate y de análisis de propuestas, a finales del 2019 se empiezan las negociaciones y análisis de diversos modelos de explotación con la compañía aérea de capital canario, One Airways, que inscribe, a finales de ese año, la entidad mercantil Lattitude Hub S.A. Durante el primer semestre, se siguen sucediendo múltiples negociaciones y análisis, y es finalmente en junio de 2020 cuando el proyecto empieza a fraguarse en su afán de integrar de forma vertical el negocio turístico.
Es precisamente ese mes cuando la Asamblea de Ashotel aprueba la constitución de una S.L., que participará en Lattitude Hub, para dar impulso al proyecto y abre su participación a todos los empresarios que quieran formar parte de ella, si bien serán finalmente unos 14 empresarios turísticos los que, junto a One Airways, deciden iniciar el proyecto, punto de partida para hacerlo realidad. La asociación y, por tanto, todos sus asociados, también participa con una aportación minoritaria.
El empresariado canario considera que necesita ser independiente, más aún en este momento de crisis turística mundial, con un gran número de aerolíneas a punto de quebrar, disponibilidad de aeronaves, y necesidad de creación de empleo y de buscar soluciones diferentes a problemas distintos. En el turismo post COVID la conectividad aérea también se va a ver afectada y su recuperación será gradual.
Ya la quiebra de aerolíneas y turoperadores como Thomas Cook antes de la pandemia fue un aviso. Hoy, las circunstancias pueden agravarse, con lo que esta aerolínea da al empresariado turístico capacidad de maniobra para la recuperación de una conectividad aérea bajo mínimos.
Unos días más tarde de la asamblea, se hace realidad la entrada del empresariado hotelero en Lattitude Hub, que pondrá en marcha la aerolínea bajo el nombre comercial de Canarian Airways, de capital empresarial tinerfeño pero abierta a otras participaciones.
El proyecto cuenta con la participación y el asesoramiento aeronáutico de One Airways, firma nacida en 2009 de capital 100% canario. De esta forma, y tras más de cinco años de trabajo, comienza a caminar un proyecto que viene a apuntalar el músculo empresarial turístico de las Islas.