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Jéssika Rojano: “Al encenderse los focos me ilumino por dentro”

Administra "el poder de convertir la tragedia en risa"
Jéssika Rojano. / JOSÉ ÁNGEL RIBAS
Jéssika Rojano. / JOSÉ ÁNGEL RIBAS
Jéssika Rojano. / JOSÉ ÁNGEL RIBAS

Como en su novela, Jéssika Rojano teje las cuerdas del destino hasta que un día desata los nudos. El 19 de marzo actuará en el Regia. 

-¿Qué es eso de la comedia feminista?
“Mi compañera y yo tuvimos un debate al respecto. Llegamos a la conclusión de que la comedia no tiene género, ni masculina ni femenina. Entonces, decidimos que, de la misma manera que hay humor negro o político, el nuestro sería feminista. Se trata de reivindicar el papel de la mujer en el entorno a través de la risa”. 

-¿Ha sido tradicionalmente machista o quizá extravagantemente masculino?
“El humor no tiene la culpa de nada [risa]. El objetivo es hacer reír. Lo que pasa es que traslada la visión generalista de la sociedad. Si ha sido machista, se refleja también”. 

-¿Los chistes estiran los clichés como chicles?
“El humor se va a alimentar siempre de clichés, necesita ser universal para que se entienda. Pero, cuando se repiten demasiados estereotipos y la sociedad cambia, huele. El humor envejece si no se renueva”. 

-¿Te han dicho muchas veces que calladita estás más guapa?
[Carcajada] “Sí. Muchas veces. Antes de ser cómica trabajada en un despacho de abogados y en ese ambiente me encontré con situaciones clásicas en las que los clientes daban por hecho que yo era la subordinada, aunque fuera la jefa. Y de pequeña. Las abuelas me decían: ‘Calladita estás más guapa, sonríe’. O, cuando sales a comer y la cuenta se la entregan al chico por defecto. Normalmente, la cerveza es para él y la Coca-Cola se la sirven a ella. Eso suele ocurrir”.  

Teatro El Molino (Barcelona). / VANESSA ALAMI
Teatro El Molino (Barcelona). / VANESSA ALAMI

-¿Cómo surgió el multidisciplinar espectáculo escrito e interpretado por mujeres?
“Pues, mira, yo llevaba un año y medio en Barcelona. Ya había trabajado en otros espectáculos solo de mujeres y de repente me vino la idea para un show mío. Fue en 2018, con el movimiento Me Too y el estallido del feminismo de fondo. Varias cómicas de España crearon un grupo de WhatsApp por lo que le había pasado a una de ellas en algún local. Empezamos a intercambiar experiencias y muchas eran coincidentes. Sil de Castro actuaba en el teatro El Molino y le ofrecieron hacer un festival de comedia feminista en marzo. Le encantó el título de Calladitas estáis más guapas, nos juntamos y montamos allí una fiesta, ¡la de Dios! Llenamos la sala en todas las fechas. Como aquello funcionó, nos quedamos como programación estable. A los seis meses iniciamos una gira, con Sil y yo de presentadoras y directoras. En los desplazamientos, procuramos contar con cómicas invitadas del lugar”.   

-Entre el público, ¿hay algún hombre despistado?
[Risa] “Realmente, el público es diverso. Eso sí, los chicos vienen en su mayoría tirados de las orejas. Luego es maravilloso, porque se van muy contentos”. 

-A la chita callando, eres comediante, actriz, abogada y productora, multifacética y pluricreadora, con formación artística en interpretación, danza, cine, teatro musical, clon, improvisación, monólogos… ¿Sigo?
Ja,ja, ja… ¡Multipatética!  Soy de una familia de artistas, ¡eh! Lo raro es que estudiara Derecho. Me fui complicando la vida, a mí misma. Trabajé durante siete años en un bufete. De forma muy progresiva volví a los escenarios. Al encenderse los focos me ilumino por dentro. No hay una sensación más bonita que la de hacer reír. Me concedí un plazo de dos años y al final lo he logrado. El máster de producción audiovisual fue un paso intermedio”. 

-¿Cuáles son los pros y los contras de las series de la tele?
“Los pros son muchos. Por ejemplo, el aprendizaje de organización para la vida, el proceso creativo, el talento… Un capítulo de la serie danesa Pro`s & Con`s se rodó en Tenerife. De coordinadora de producción estaba yo. Me impresionó la calidad de la cantidad de profesionales de audiovisuales en Canarias. Los contras, ¡uf!, las horas que te pegas, los madrugones… Es muy complicado compatibilizarlo con otra actividad”.  

-¿Eres consumidora habitual del género?
“Sí, muchísimo. Disney +, Netflix, HBO, Amazon Prime… ¡Todas las plataformas! Me encanta la ficción”. 

-¿Cuál ha sido la que más te ha enganchado?
“La de Juego de tronos”.  

-Yo conozco a uno que no ha visto un capítulo completo…
“¿No? Está otra que se llama The Marvelous Mrs. Maisel [La maravillosa señora Maisel, de Amazon], sobre una mujer de finales de los años cincuenta y comienzos de los sesenta que se convierte en monologuista. ¡Preciosa! Su marido era cómico, un día la deja, se emborracha, sube al escenario, la gente se ríe un montón y descubre que le gusta. La buena era ella. Explica muy bien lo de las mujeres en la comedia”. 

Improderadas
“Es una compañía de improvisación teatral de mujeres que dirige Rocío Raval en Barcelona. La impro te permite jugar al máximo, como en la niñez, sin guion ni nada; aunque te arriesgas a saltar sin red”. 

-¿Qué come una cómica, alpiste? ¿De qué se alimenta?
[Carcajada] “Escribo de las cosas que me pasan a mí y a mis allegados. Administro el poder de convertir la tragedia en risa. Transformé la tristeza de la muerte de mi gata en un homenaje. Hay ingredientes que nunca fallan: la escatología, que yo no la trabajo, el sexo y las calamidades personales”. 

-¿En qué se caracteriza el humor de una rubia?
[Risa] “Todo el humor inteligente que puede llegar a hacer una rubia. El tópico, lo típico”. 

-¿Tu instrumento musical preferido es la armónica?
Harmonika me proporciona muchas alegrías. Mi espectáculo unipersonal se inspira en mis bisabuelos artistas [la actriz Rosa Elena Bobadilla y Eduardo Brito, barítono de ópera y zarzuela dominicano], que participaron en la película checa Harmónica, de 1937, junto a la hermana de ella, Cuqui”. 

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