gastronomía

Kiki, la cocina japonesa que seduce a los paladares más exigentes

Como cada vez que abren un restaurante oriental, la primera pregunta que nos viene la mente es qué significa el nombre
Kiki, la cocina japonesa que seduce a los paladares más exigentes
Kiki, la cocina japonesa que seduce a los paladares más exigentes

La cocina nipona, quién lo iba a decir hace 20 años, ha llegado para quedarse. Santa Cruz de Tenerife no ha sido una excepción en mostrar ese amor hacia una culinaria tan delicada, con presentaciones muy elegantes y un tremendo respeto por las materias primas. El último japonés de fusión que ha abierto sus puertas en la capital ha sido Kiki, en el interior del hotel Urban Anaga, calle Imeldo Serís, 19. Y como cada vez que abren un restaurante oriental la primera pregunta que nos viene la mente es qué significa el nombre, si bien en el lenguaje coloquial español es una invitación a una aventura sexual, en este caso hablamos del deleite de una buena cocina.

Pues bien. La palabra kiki en japonés está compuesta por dos caracteres: uno que significa peligro y el otro oportunidad. Y este restaurante representa abrir una puerta a la oportunidad que se nos brinda en estos momentos de incertidumbre.

El restaurante abre con un equipo de cocina y sala formados en establecimientos, también japoneses, como el Kazan (Santa Cruz) y el Kabuki (The Ritz Carlton-Abama, en Guía de Isora), con una estrella Michelin, y que ahora están cerrados temporalmente.

El equipo en sala está dirigido por Lolo Crusellas, mientras que en cocina manda Berni Gutiérrez y Jorge Villarroel, todos ellos con sobrada experiencia en el mundo gastronómico y especialmente en la cocina oriental. Junior es el encargado de crear los cócteles.

Centrados en los platos hay que resaltar el excelente género que entra en las cocinas de Kiki y que avala esta nueva oferta culinaria que no pasa desapercibida y cuenta con los elementos para aspirar a premios pese a su corto recorrido.

La experiencia gastronómica, con platos escogidos por el propio chef, Berni Gutiérrez, que defendió la estrella Michelin en Kazan, fue excelente. Empezamos con un sashimi Kiki especial (atún, atún toro, salmón, pulpo, gambas) con perfectos cortes del pescado. Seguimos con un usuzukuri de vieira gallega con mayonesa de chipotle con copos de tempura y sal de jamón ibérico de bellota y un cangrejo real a la robata con mahonesa de miel de trufa. Gutiérrez emplató usuzukuri de medregal con trufa blanca; de salmón noruego con mahonesa de parchita, aguacate y crujiente de spring roll; y de toro, con crema de aguacate, tomate liofilizado y crujiente de pan. El chef no dejó pasar los nigiris, que en esta ocasión fueron de vieira braseada con mantequilla de trufa blanca. El magret de pato francés sobre una salsa de ciruelas puso el punto final a lo salado.

De postre, las crepes Fuji de manzana con helado de manzana verde y el helado de piña herreña sobre espuma de yogur natural y fruta de temporada con el cóctel de Junior ¡Sácala a bailar! El restaurante también cuenta con una buena bodega con referencias, bastantes canarias, como por ejemplo el blanco fermentado en barrica Nubes de Altura, de Bodegas Viña Gómez, que acompañó el almuerzo.

Sin duda, vale la pena dejarse llevar por este Kiki, que sin duda dará que hablar y ya seduce a los paladares más exigentes en la capital tinerfeña.

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