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La calima vuelve a arruinar el aire de las Islas por Carnavales

Desde la primera hora de ayer, la concentración de partículas nocivas multiplica hasta por cinco el límite aconsejado por la OMS; el fenómeno será más intenso hoy, para desaparecer el viernes
Era tal la calima que desde el puerto apenas se veían las montañas de Anaga. / Fran Pallero

No es tan intensa como el extraordinario fenómeno meteorológico acaecido el año pasado, también por Carnavales, pero la calima que el pasado lunes comenzó a entrar por las islas orientales y que a primera hora de ayer alcanzó a la provincia occidental supone un nuevo revés para la salud de los canarios, por cuanto este polvo en suspensión ha tenido como resultado niveles muy altos de contaminación por altas concentraciones de partículas PM2.5 y PM10, en algún caso multiplicando hasta por cinco los límites fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como saludables. Otro efecto indeseado, que también tuvo lugar el año pasado, ha sido la cancelación y el desvío de vuelos en las Islas, un total de 22 al cierre de esta edición.

Para hacerse una idea de la gravedad del tema, cabe recordar que la OMS recomienda que no se superen, en promedios de 24 horas, concentraciones de 25 microgramo por metro cúbico (ug/m3) para las partículas PM2.5 y el umbral de 50 ug/m3 para las partículas PM10.

Sin embargo, se están superando por mucho los valores recomendados, sobre todo en las ciudades del Archipiélago. Así, en Santa Cruz de Tenerife y Arrecife se han registrado también concentraciones superiores a los 240 ug/m3 de partículas PM10, mientras que en Las Palmas de Gran Canaria se han superado los 60 ug/m3 de PM2.5 y los 270 ug/m3 de PM10.

Hay que tener en cuenta que estos episodios de calima se caracterizan por un gran aumento en la concentración de partículas PM10 en el aire. Aunque sean de origen natural, estas partículas suponen una amenaza para la salud debido a la mala calidad del aire, siendo la de Canarias una de las peores a nivel mundial en estos días, debido a esta entrada de polvo en suspensión procedente del Sahara.

Vientos del este

Una vez más, llega la calima gracias a los vientos del este que están predominando en el Archipiélago, a tal punto que también están activos los avisos por rachas de viento de unos 70 kilómetros por hora. Este irá amainando a lo largo de hoy, día en que se espera que la calima sea más densa, sobre todo en la provincia occidental, para ir disminuyendo mañana y especialmente el viernes, cuando, curiosamente, se vaticina la llegada de un nuevo episodio invernal, durante el cual, incluso, no se descarta una nueva nevada en las cumbres isleñas.

Ningún consuelo ofrece a los canarios el hecho de que no sean los únicos afectados por la calima en esta ocasión, habida cuenta de que se espera que hoy también llegue al sur de la Península para ir adentrándose hacia el centro de la misma.

Eso sí, mientras permanezca la calima, tengan en cuenta que la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias aconsejó desde ayer evitar la exposición prolongada al aire exterior, hidratarse y no realizar esfuerzos físicos al aire libre. Ello se debe a que, como recuerda la Consejería, el polvo en suspensión contribuye a resecar las vías respiratorias, y, en muchas ocasiones, se puede provocar un agravamiento de afecciones o síntomas relacionados con enfermedades respiratorias, como el asma, y hace que aumenten las visitas a los servicios de urgencias y los ingresos hospitalarios en algunos casos.

Un dato poco conocido es que la exposición a la calima puede producir molestias torácicas, tos, palpitaciones, fatiga o incremento a la susceptibilidad a infecciones respiratorias, al menos durante los cinco días posteriores al inicio del episodio.

Según Sanidad, las personas que precisen atención sanitaria por los efectos de la calima deben acudir a su médico del centro de salud para recibir la valoración médica correspondiente. A estas alturas, nadie duda sobre lo nocivo de la calima para la salud.

En 2019, un estudio con la participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicado en el New England Journal of Medicine demostró que el material particulado (PM) más grande, el PM10, es capaz de aumentar la mortalidad en un 0,44% por cada 10 microgramos extra que se escupen a cada metro cúbico de aire que respiramos.

Como destaca otro estudio, encabezado por la doctora Celia Milford, colaboradora del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña (Aemet), la entrada de aire sahariano “se asocia con un aumento de la contaminación antropogénica local de óxidos de nitrógeno (NO2 y NO)”. Es decir, gases típicos de los tubos de escape o motores diésel de los barcos.

Además, investigadores del CSIC y del Hospital Universitario de Canarias (HUC) publicaron el año pasado un estudio en la revista Journal of Clinical Medicine donde, a partir de casi 900 pacientes tinerfeños entre 2014 y 2017, se establece un vínculo entre los episodios de polvo sahariano con una mayor mortalidad intrahospitalaria entre los pacientes con cardiopatías, concretamente del 6%.

Hasta 26 cancelaciones y dos desvíos por baja visibilidad

La calima causó ayer 26 cancelaciones y dos desvíos, todos ellos en aeropuertos de la provincia tinerfeña. La peor parte se la llevó La Palma, con 18 cancelaciones (9 llegadas y 9 salidas), seguida de El Hierro, con seis cancelaciones (cuatro salidas y dos llegadas) y dos desvíos a origen, y La Gomera, con dos.

Saber más sobre la calima

La calima (también calina) es un fenómeno meteorológico consistente en la presencia en la atmósfera de partículas muy pequeñas de polvo, cenizas, arcilla o arena en suspensión. Cuando esta ocurre por efectos del polvo, sales (sodio) o elementos propios del ambiente, es del tipo “A”; cuando se produce por eventos como incendios forestales, se le denomina calima tipo “B”.

La conocida en Canarias, que es común a la de los países mediterráneos, se debe a tormentas de arena que, en el caso de las Islas, llegan con el siroco, pero en otras partes del mundo tiene su origen en las partículas de vapor de agua con partículas de sales procedentes de las aguas marinas y, en muchos casos, por el humo y cenizas de los incendios.

Ocasionalmente, remanentes de estas tormentas no solo arruinan el aire de Canarias, sino que llega a alcanzar América del Norte, en la región del Caribe y este de los Estados Unidos, llegando con los anticiclones veraniegos y por los vientos alisios. Puerto Rico y las Antillas Menores son los más afectados por estas tormentas cada verano.

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