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María José de Armas: “Nuestra actividad es vocacional. La crisis sanitaria nos está llevando al límite. Estamos desesperados”

La crisis sanitaria generada por la pandemia de la COVID-19 ha afectado de forma directa al sector artesanal en la Isla de Tenerife
María José de Armas, artesana
María José de Armas, artesana
María José de Armas, artesana. / DA

La crisis sanitaria generada por la pandemia de la COVID-19 ha afectado de forma directa al sector artesanal en la Isla de Tenerife. Actualmente hay censadas con carnet artesano del Cabildo Insular unas 643 personas en la Isla. María José de Armas es una de ellas. Junto con su marido se dedican a la artesanía de la rama textil. Desde muy joven siempre le han gustado las telas. Al principio trabajó de modista haciendo trajes a medidas, pero después decidió hacerse artesana. De hecho, tiene el carné de artesana número 93. Desde entonces, ella y su marido han ido tirando, pero en el último año, con la llegada de la pandemia su forma de vida se ha visto truncada puesto que desde el inicio del Estado de Alarma hace ahora casi un año se han suspendido todas las ferias, única ocasión en la que los artesanos pueden vender sus productos.

-La vida de artesana no es nada fácil ¿cómo decidió dedicarse a esta profesión?
“Bueno es una forma de vida que evidentemente es vocacional. No es fácil, pero nos gusta lo que hacemos. Dependemos mucho de aspectos exteriores, pero le aseguro que es un trabajo apasionante”.

-Dice que depende de aspectos exteriores, en esta ocasión les ha tocado sobrevivir al COVID-19.
“Si. Los artesanos nos encontramos en una situación límite y agobiante. Cuando el área de artesanía anunciaba a principios del año pasado las diversas ferias que iba a realizar y los lugares alternativos, tuvimos que realizar una importante producción para atender a los posibles compradores. Ahora vemos que el dinero que invertimos para la adquisición de la materia prima y realizar nuestros productos lo perderemos porque no hay ferias donde poder comercializarlos. Somos conscientes de que hay que tomar medidas sanitarias para frenar la pandemia, pero también sabemos que se pueden hacer los eventos tomando las medidas de seguridad. Haciendo pruebas PCR a los artesanos, limitando el aforo y siempre con mascarillas y geles, tal y como se ha hecho en otras localidades, o incluso en Gran Canaria”.

-¿Se sienten abandonados?
“Mire, sabemos que el turismo y la hostelería son sectores que están muy afectados porque no hay turismo, pero ¿y nosotros qué? El cierre de las ferias nos ha afectado mucho y hay artesanos que ya han abandonado la profesión. El inicio de la gestión de la crisis de la COVID-19 por parte del Cabildo de Tenerife, parecía traer buenos augurios. Se realizaron varias reuniones virtuales con los artesanos y se recogieron nuestras propuestas en un plan de trabajo. Se diseñaron ayudas específicas para el sector. Pero nada, absolutamente nada, se llevó a cabo”.

-Pero el Cabildo ha abierto una línea de ayudas ¿no?
“Si, en junio del año pasado se convocaron ayudas para el sector. Se prometió repartir cerca de 70.000 euros pero solo entre 70 artesanos que son los que tenemos el carné. Muchas personas quedaron fuera de la convocatoria, tenga en cuenta que somos más de 640 en la Isla. Esos 1.000 euros, además, que corresponderían a cada persona se abonaron hace un mes y tenían que tener como requisito el mantenerse dado de alta, lo que supone un gasto extra, ya el alta en esos meses que no facturamos asciende a unos 1.300 euros. Mire los artesanos somos un sector vital para el desarrollo cultural de las tradiciones canarias y fundamental para el impulso turístico y económico de la Isla, pero sí, como usted dice nos sentimos un poco solos”.

-¿Cree que se podían haber celebrados las ferias, sobre todo la de Navidad, que es muy importante para ustedes?
“Cumpliendo con las medidas sanitarias, por supuesto. En verano suspendieron la feria de Pinolere, que es un evento grande para nosotros. Era un feria al aire libre y en el que se iba a controlar el aforo. Las casetas estaban separadas, cumpliendo el protocolo sanitario y, sin embargo, a ultima hora, cuando ya nosotros teníamos nuestros productos hechos y habíamos gastado dinero en la materia prima, nos dicen que la suspenden. Y después, también hacen lo mismo con la de Navidades, que para nosotros es el grueso de todos nuestros ingresos del año, al igual que ocurre con el comercio en la campaña de Navidad y Reyes. Gracias a la Navidad, muchos podemos subsistir el resto del año y poder comprar la materia prima. Es cierto que algunos vendemos en otros puntos de venta o también online, pero las ferias son nuestro escaparate más grande. Mire, nosotros no estamos empeñados en que nos den dinero porque sí, lo que pedimos es que nos dejen vender nuestros productos. Que nos dejen vender. Los centros comerciales y los locales de venta al público mantuvieron sus puertas abiertas y sus ventas en marcha durante las navidades. No nos gustan las comparaciones porque cada sector tiene sus problemas, pero no lo entendemos”.

-¿Han cifrado las pérdidas?
“No. No hemos hecho un cálculo, pero sí le digo que muchos compañeros están teniendo serios problemas para pagar sus casas y muchos están yendo a la Cruz Roja a pedir ayuda porque no tienen ingresos y la situación parece que no va a mejorar. Mire, lo último que pedimos es que el Cabildo destine una partida de los Presupuestos Generales de la corporación para este ejercicio al sector ya que no se recoge ningún tipo de ayuda específica que nos ayude a amortizar las cuantiosas pérdidas que ha significado la suspensión de todas las ferias de la temporada navideña, así como otros encuentros artesanales previamente anunciados. Solo estamos pidiendo que nos ayuden a trabajar y a poder vivir dignamente de nuestros oficios. Es cierto que algunos compañeros no están dados de alta y no tienen el carné de autónomos, pero es porque no pueden pagarlo”.

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