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Rafael Siles: “La pandemia la llevo con tranquilidad, paciencia y buen humor”

Tal y como ya explicó en una entrevista anterior con DIARIO DE AVISOS, hace unos dieciséis meses, Rafael Siles Milena, dibujante y pintor, se considera “un autodidacta”
Rafael Siles Milena, dibujante y pintor.
Rafael Siles Milena, dibujante y pintor. / Sergio Méndez

Tal y como ya explicó en una entrevista anterior con DIARIO DE AVISOS, hace unos dieciséis meses, Rafael Siles se considera “un autodidacta”. No tiene constancia de haber tenido algún pariente que se dedicara a lo que él denomina “una pasión y un hobby”. Y todo empezó con el dibujo de un caballo en un papel. La aparición del coronavirus, no ha impedido que siga disfrutando del dibujo y la pintura de los edificios emblemáticos del Santa Cruz antiguo. La llegada a España de la pandemia del coronavirus, el posterior confinamiento y las distintas fases para intentar volver a la nueva normalidad, no han sido un obstáculo para este veterano nacido durante la Segunda Guerra Mundial, que empezó a labrar su futuro profesional en el mundo de la cerrajería y que ahora disfruta dibujando y pintando innumerables fotografías antiguas del Santa Cruz antiguo.

-¿Qué ha supuesto la pandemia del coronavirus para usted?
“Un recogimiento para reflexionar, leer y pintar. Lo mío es dedicarle horas a la lectura y a la pintura. Me gusta estar informado, pero no es algo que me agobie”.

-Para alguien tan creativo, ¿esta terrible circunstancia que ha afectado al planeta entero ha sido un retroceso en su vida cotidiana?
“Al contrario. La mentalización, la lectura y la pintura han llenado, como siempre, todo mi tiempo. ¿Mi tiempo libre? En mi caso particular, todo el tiempo es libre y siempre hay cosas que hacer. Jamás me aburro. Mi mujer y yo, siempre buscamos cosas que hacer. Pongo la tele para estar informado sobre lo que está pasando en el mundo”.

-¿Cómo se ha tomado el día a día durante las diferentes fases de la pandemia?
“Muy bien. Salgo de casa sólo para lo imprescindible. Ir a la farmacia, al supermercado y algún que otro menester. Por la mañana salgo un poco a pasear, suelo dialogar con una serie de amigos a nivel intelectual. Nos encanta cotillear sobre los guachinches e importantes restaurantes. Uno de amigos, al que me gusta llamarle La enciclopedia viviente, porque es un pozo de sabiduría. Se trata de Manolo. Somos los que vamos casi todos los días al Kiosko de la plaza del Príncipe, a echar un cortado y a desayunar”.

-Para alguien que pinta edificios emblemáticos para que la historia no se nos borre, ¿el 2020 ha supuesto un obstáculo insalvable?
“Pues no. Tengo muchas fotos pequeñas de casi toda la ciudad de Santa Cruz antigua. Todo ello me sirve de complemento, para tener los suficientes argumentos y contenidos para poder tener que dibujar y pintar. Este es un material inagotable. Se necesita de mes a mes y medio para pintar un solo edificio o plaza, debido a la minuciosidad que conlleva”.

-¿Cuántas obras ha finalizado de marzo de 2020 a la actualidad?
“Unos ocho cuadros, aproximadamente. La Casa Hamilton, trasegando el vino en un patio de la Casa Hamilton, el Hotel Mencey antiguo, Hotel Watenberg, que por cierto ya no existe. Ahora estoy empezando a dibujar la Torre de la Concepción y sus alrededores, incluyendo el hospital general de los años 40”.

-¿Cómo ha sido su día a día pintando y dibujando a sabiendas de lo que viene sucediendo en el mundo con el dichoso coronavirus?
“Me aíslo totalmente y procuro, como todo el mundo, cuidarme. Lo hago por mi familia, por mí y por mis amigos. Salgo lo justo e intentamos cumplir a rajatabla las normas del protocolo sanitario”.

-¿El gel hidroalcohólico y la mascarilla han sido también instrumentos habituales en su día a día dentro de casa?
“Sí lo han sido. Tanto en mi casa como fuera, nos estamos lavando constantemente las manos y el uso de las mascarillas me lo he tomado como una obligación. Fuera de mi casa, por supuesto. Dentro de mi domicilio, nos las solemos quitar salvo si recibimos la visita de algún familiar”.

-¿En tiempos de confinamiento con qué paisajes se encontró cuando pudo salir a la calle para lo básico (farmacia, supermercado, etc…)?
“Eso no ha sido un problema para mí, ni tampoco un obstáculo a la hora de dibujar y pintar. Tengo una gran cantidad de material en fotos y ahí radica el poder dibujar sin problemas”.

-¿Considera que ha tenido más tiempo para realizar su obra ahora con la pandemia, que durante la normalidad?
“Tengo más tiempo ahora. Dispongo de las fotos pequeñas y las tardes las dedico a dibujar y a pintar. Siempre tengo cosas que hacer”.

-¿Qué edificios emblemáticos tiene ahora entre ceja y ceja?
“Ahora mismo estoy dibujando la citada Torre de la Concepción y todos sus alrededores, sin olvidarme del Hospital Civil de los años 40. Entre cuadro y cuadro descansaré unas dos semanas. La minuciosidad de cada obra requiere el descanso necesario. Después haré otro cuadro relacionado con la Torre de la Concepción y el Puente de Hierro. Tengo pensado dibujar, también, el Hospital Civil, con el Barranco de Santos con agua; asimismo, el Cine San Sebastián de los años 40. Un coche antiguo de la Tintorería La Belleza, etc…”.

-¿Este casi año de pandemia se lo ha tomado con preocupación, angustia y temor, o, por el contrario, con tranquilidad, paciencia y algo de humor?
“Lo segundo. Eso sí, un poco de preocupación debido a la familia y a los amigos. Para nada he tenido angustia, temor o miedo. Sobre todo, buen humor, mucha tranquilidad y tener paciencia. Todos tenemos un libro donde está nuestra vida. Hasta que llegue el momento en el que me quiten de ese libro, yo estoy seguro que voy a seguir en el mismo. Cuando llegue mi hora, ya llegará”.

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