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El “balneario moderno” de Santa Cruz ya está de vuelta

Tras cinco meses cerrado por obras, el Parque Marítimo reabre con un aforo máximo de 1.100 personas diarias
El aforo diario que admite en estos momentos el Parque Marítimo es de unas 1.100 personas, lo que supone el 33% de su aforo total. Fran Pallero
El aforo diario que admite en estos momentos el Parque Marítimo es de unas 1.100 personas, lo que supone el 33% de su aforo total. Fran Pallero
El aforo diario que admite en estos momentos el Parque Marítimo es de unas 1.100 personas, lo que supone el 33% de su aforo total. Fran Pallero

Muchos recordarán el antiguo Balneario de Santa Cruz, frente al barrio de María Jiménez. Su complejo de piscina y la playa que estaba justo al lado hizo las delicias de muchos santacruceros durante años. Ayer, el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, quiso hacer un guiño a aquella época en su visita al que denominó “el balneario moderno de Santa Cruz”, que no es otro que el Parque Marítimo César Manrique. El alcalde recorrió unas instalaciones que han permanecido cerradas cinco meses y que desde el pasado sábado vuelven a estar operativas. “El Parque Marítimo es un símbolo de ocio en la capital que se ha convertido en el balneario moderno que nuestra ciudad, y que desde nuestro punto de vista hay que mimar y cuidar siempre”.

Bermúdez detalló que las obras han permitido un ahorro de 50.000 euros en agua, al eliminar las filtraciones de las piscinas, y puso en valor que “a pesar de estar cerrado, se han mantenido los puestos de trabajo y se ha llegado a acuerdos con los concesionarios. Creo que se está haciendo muy buen trabajo, y, además, representa un gran atractivo para nuestros turistas y visitantes en Sana Cruz”. Además, aprovechó para recordar que “15 de nuestros 18 hoteles ya están abiertos y eso nos coloca en mejor posición que al resto de la Isla para recibir visitantes en Santa Cruz”.

El concejal delegado de la Sociedad Desarrollo, Alonso Cabello, aportó algunos datos de funcionamiento, como que el aforo está reducido al 33%, “lo que supone unas 1.100 personas diarias”. En cuanto al número de usuarios, detalló que “el último periodo normal fue el de la Semana Santa de 2019, cuando entraron casi 6.000 personas en esos cuatro días. No podemos mejorar esos números, pero sí asegurar que es una experiencia segura en la que se mantienen las distancias de seguridad”. El año pasado, el Parque Marítimo, en los meses de verano, logró más de 120.000 visitantes, lejos de los 292.000 con los que cerró 2019”. Cabello recordó que hay 24 personas trabajando, a parte de los concesionarios y los socorristas de Cruz Roja, “junto a un equipo reforzado para higienizar las hamacas y todo el entorno”. El edil detalló que la mejor forma de acceder es mediante la compra online de las entradas, lo que evita tener que hacer cola.

Uso de mascarilla

Ayer, era el primer día de la entrada en vigor de la nueva normativa que obliga al uso de la mascarilla en espacios públicos, independientemente de si se mantiene o no la distancia de seguridad. La visita del alcalde se produjo durante la mañana, cuando aún Canarias no había matizado la aplicación de esa norma en playas y piscinas. El regidor pedía entonces “coherencia”.

“Las medidas si las acuerda el Gobierno de España no nos queda otra que acatarlas y cumplirlas, pero no parece lógico que en las playas, para tomar el sol, tengamos que usar mascarillas, para eso casi es mejor que prohíban directamente ir a la playa. Nosotros decimos sí a las medidas de control, pero con una cierta lógica y sentido común”, explicó.

Un sitio seguro y tranquilo

En los mismos términos se expresaban los usuarios del Parque Marítimo a esas horas, que acataban la norma, pero no la entendían. Ya a las 10.00, cuando abría el complejo de piscina, y con una decena de personas esperando en la puerta, el personal del César Manrique advertía en voz al grito que las normas habían cambiado y que deberían usar la mascarilla en todo momento, y solo para ir al agua se la podían quitar. Advertencia a la que la mayoría contestó con un “sí, sí, lo sabemos”.

Dentro, muchos niños disfrutaban de unas piscinas casi vacías. Ese era el caso de Juani, que acudió con sus sobrinos, desde Las Moraditas. “Nos gusta venir sobre todo en verano, los fines de semana, y lo cierto es que lo echábamos un poco de menos”, admitía mientras vigilaba a los más pequeños.

Un par de hamacas más allá, Yurima se esforzaba en inflar un enorme flotador mientras su pequeña le metía prisa desde el agua. “Nosotros venimos de La Laguna. Nos gusta porque es un sitio tranquilo y ofrece seguridad para los niños”, admitía.

En el otro lado de la piscina, Dácil y Magdalena admitían que venían de vez en cuando al Parque Marítimo. “Hoy, hacía buen tiempo, y con los niños en casa por la Semana Santa se nos ocurrió venir”, comentaron mientras se dirigían al agua.

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