
Twitch ha traspasado todas las fronteras en el último año. La plataforma de transmisión en vivo que está de moda, propiedad de Amazon, se ha convertido en el lugar online más acogedor para los creadores de contenido en español más exitosos, como Ibai Llanos, AuronPlay o El Rubius, entre otros, y en un escaparate para los profesionales de los videojuegos.
La plataforma apunta que el 41% de los usuarios que siguen a los streamers en Twitch tiene entre 16 y 24 años. Para el psicólogo del Club Deportivo Tenerife Esports, Javier Elá, que los jóvenes inviertan su tiempo libre en consumir contenidos en Twitch o en transmitir sus partidas en directo no debe ser algo malo, aunque no esconde que puede haber problemas si no se gestiona de un modo correcto.
Elá analiza en DIARIO DE AVISOS el boom de la plataforma en plena pandemia, algunas de sus ventajas e inconvenientes y los aspectos mentales que trabaja con los Pro-Gamer de la Isla, entre otras cuestiones.
-¿Cuál es el perfil de streamer en Canarias?
“Está el streamer que es un profesional de un videojuego y puedes aprender con él; otro al que se le da bien el juego sin ser profesional e interactúa con los usuarios del chat, y después está el más extrovertido, tipo Ibai, para quien el juego es secundario. Con este último perfil no conozco a nadie en Canarias, aunque lo habrá”.
-¿Qué aspectos psicológicos trabaja con los Pro-Gamer?
“Las variables psicológicas que influyen en su rendimiento, como la motivación, el estrés, la tolerancia a la frustración o el compañerismo. Con los jugadores del Tenerife me reúno al menos tres días a la semana. Tenemos dos reuniones grupales en las que trabajamos situaciones concretas y vemos cómo podemos afrontarlas o mejorarlas, y otra individual donde trabajamos la autoconfianza y cómo administramos bien las horas para que estén siempre frescos delante de la pantalla”.
-¿Y con los que no son profesionales?
“Les ayudo a cambiar el enfoque. Esto es principalmente un hobby. Tú estás jugando y hay gente viéndote, aunque sean 10. Hay un streamer que me encanta y apenas le vemos cinco personas. Me gusta más verle a él que a otros que tienen 100.000, porque la interacción es total. Es lo que les digo a este tipo de jugadores o creadores de contenido”.
-El público de Twitch, la plataforma de transmisiones en vivo más popular del momento, es bastante joven.
“Sí. Y además tiene la posibilidad de interactuar. Antes, cuando veías un vídeo de Rubius en Youtube prácticamente no interactuabas con él. Lo de esta plataforma ha sido un boom”.
-¿La edad del consumidor, sobre todo si es menor, puede ser un problema?
“Puede ser que haya padres y profesores que no dispongan de las herramientas necesarias para detectar posibles problemas de ese ‘mundo’, como que los jóvenes no gestionen bien las horas que invierten en el streaming y en las redes sociales”.
-¿Los periodos de cuarentena o confinamiento son un inconveniente en este sentido?
“Es verdad que al estar en una época de cuarentena por la pandemia, de salir poco por las nuevas restricciones, se consume más contenido online que muchas veces sustituye a las relaciones interpersonales. Ese problema está, no hay que negarlo”.
-La entrevista de Jordi Évole a uno de los streamers de moda en España, Ibai Llanos, fue muy comentada en las redes sociales. ¿Qué le pareció?
“Me pareció una entrevista para toda la familia, para que los padres vean cómo es el mundo y la vida del streamer“.
A raíz del programa varios medios se hicieron eco de la reacción de una madre que contó en Twitter la experiencia que tuvo con su hijo, de 17 años de edad, que desarrolló una adicción tan fuerte a los contenidos de esta plataforma durante el confinamiento que incluso perdió el contacto con sus amigos, se quedó solo, suspendió asignaturas y llegó a robarle dinero a su padre para gastarlo en suscripciones.
“Respecto al tema de la soledad, hay que añadir un matiz muy importante, porque las emociones que se experimentan en línea son exactamente las mismas que en un entorno offline. Lo hemos visto en la cuarentena. Con tus amigos te ríes y te cabreas igual en persona que online. No creo que alguien esté solo por eso. Es una forma más de relacionarse. A raíz del confinamiento, estas formas cambiaron y sí es verdad que puede haber casos de jóvenes que ni siquiera juegan online, que simplemente ven al creador de contenidos y el resto del tiempo no se relacionan con nadie más; ahí existe un problema, sobre todo cuando esa situación se prolonga en el tiempo”.
-¿Cómo se soluciona?
“Primero, tratando el tema con naturalidad. Recomendaría a los padres que lleven al niño al psicólogo, aunque no quiera. También es importante que sepan qué está viendo su hijo en Internet y cuánto tiempo le dedica a ello. Del mismo modo, nosotros, como padres y madres, debemos orientar a nuestros hijos a que hagan deporte o una actividad física y que se involucren en las tareas del hogar y en todo lo relacionado con los estudios. Luego, en su tiempo libre, que disfruten de su hobby, ya sea de Twitch o de los videojuegos. Se trata de que entiendan que Internet no es una necesidad básica”.
-¿Cuántas horas puede pasar un menor delante de una pantalla jugando a videojuegos sin que le afecte de alguna manera?
“No hay un límite de horas exactas. Tú no puedes decir que “a partir de aquí es malo”. Eso se ve sobre la marcha, pero creo que dos o tres horas al día está bien. De todos modos, piense en el tiempo que un oficinista pasa delante de una pantalla. O usted mismo. Ese tiempo en pantalla no tiene que ser malo. Que sean actividades sedentarias no significa que fomenten el sedentarismo. De todos modos, le recomiendo a todo el mundo que haga alguna actividad física”.
-Los que están en edad de trabajar y ven las cantidades de dinero que ganan los creadores de contenidos más exitosos, pueden pensar que Twitch es una salida laboral. El contexto ayuda: la tasa de paro de los menores de 25 años en Canarias es del 57,72%, según la EPA.
“Ese dato es el punto de partida. La mayoría de los jóvenes que está buscando trabajo no lo encuentra. Además, encontrar empleo es casi un empleo y no puede haber nada más denigrante. Muchas veces te rechazan, no te contestan o simplemente no te dicen por qué no te han cogido. En mi opinión, es muy complicado que Twitch sea una salida laboral, aunque puede llegar a serlo. El porcentaje es muy bajo, a los datos me remito. Piensa que para poder vivir exclusivamente del streaming necesitas tener unos 200 suscriptores, que serían más o menos unos 600 euros al mes, aparte de la publicidad que pongas. Y para que tú tengas esos seguidores, tendrás que tener una media de 300 o 400 personas en tu directo. Llegar a esos números no es sencillo, así que lo veo más como un complemento salarial que como una alternativa laboral, al menos desde un inicio”.
-¿Qué ocurre cuando las cosas empiezan a irte bien?
“Se puede dar la falsa sensación de decir, “tengo 50 suscriptores y voy volando en Twitch”. En este sentido, me gusta mucho lo que hace gente como Ibai Llanos, que le recuerda a los pibes que triunfar en esto es muy complicado y les pide que no lo conviertan en su profesión. Al menos que no se obsesionen con ello. Me parece muy interesante que referentes como él lancen estos mensajes. Lo que veo es que el creador de contenidos es, por lo general, una persona más concienciada que los famosos que presumen de coches y mansiones. Por suerte, los streamers top, como AuronPlay, el propio Ibai o El Xocas, que es un personaje con el que te ríes muchísimo, mandan ese tipo de mensajes”.
-Vamos, que no es fácil triunfar en Twitch…
“Es muy complicado ser Ibai Llanos o AuronPlay. Hace poco salió un estudio que dice que al 90% de las personas que hacen streaming solo las ven tres usuarios o menos. Cuando empiezas como creador de contenidos no te puedes comparar con ellos porque son personas con millones de seguidores y tienen una media de cientos de usuarios viéndoles”.