
No se puede negar que la palabra cinéfilo se ajusta bien al exponer las inquietudes culturales del entrevistado. Ramón González Trujillo dirige Charlas de Cine y codirige el Aula de Cine de la Universidad de La Laguna (ULL) y el Festival de Cine Fantástico de Canarias Islas Calavera. Tres propuestas que se entrecruzan constantemente -además de establecer otras colaboraciones- para contribuir a que Tenerife no solo sea un escenario propicio para el cine, sino también para los amantes del cine. En esta entrevista con DIARIO DE AVISOS, González Trujillo habla acerca de todas estas iniciativas y también ofrece algunas primicias acerca de lo que será, el próximo mes de noviembre, la quinta edición del festival dedicado al género fantástico. Entre ellas, la llegada de Los Calaveritas, cuya primera imagen se desvela en la ilustración que acompaña estas líneas.
-En un tiempo tan extraño, que nos obliga a quedarnos en casa más de lo deseable, ir al cine es un acto de resistencia. ¿Llegan a apreciar más entusiasmo del habitual entre el público que acude a estas Charlas de Cine?
“Charlas de Cine implica, entre otras cosas, salir de casa en busca de un sosiego diferente. Tiene algo de confabularse, de ponerse de acuerdo con otras personas que comparten la afición al cine. Sabes que verás algo distinto a lo que te proporciona tu hogar y sí, en ese sentido es una actividad que en estos tiempos te libera del estrés y despeja tu cabeza. Siempre hemos querido cuidar mucho al público y creo que de momento no le hemos defraudado. Por otra parte, en los cines no se ha registrado ningún foco de contagio, se cumplen todas las medidas de seguridad sanitaria frente a la pandemia: distancia social, mascarilla, gel hidroalcohólico. Incluso Multicines Tenerife posee un sistema de limpieza de aire. La gente viene porque se siente segura. Los exhibidores han entendido que o se respetaba la normativa o asistiríamos a la muerte de las salas de cine”.
“A Charlas de Cine, una experiencia que jamás tendrás en casa, la gente sigue asistiendo incluso en estos tiempos de pandemia porque se siente segura”
-Este proyecto puede entenderse como la puesta al día del cineclub, del cinefórum, pero ¿cómo lo define su director?
“El que viene a Charlas de Cine no lo hace solo para divertirse, que también. Hay algo más. Este cinefórum permite acceder a grandes clásicos, a películas excepcionales que se proyectan en pantalla grande e incluyen un debate. Una experiencia que, como digo, nunca la tendrás en casa. Y luego está el hecho de que decidas dedicar dos horas de tu vida a estar en una sala a oscuras, sin que nadie te moleste, para que te cuenten algo. Es un ejercicio muy saludable, como quien va a nadar o a un gimnasio, que se llega a convertirse en un hábito”.
-En época de COVID-19 todo es más complicado. Sin embargo, ustedes siguen adelante y cuando organizan la proyección de una película en Multicines Tenerife muchas veces deben ocupar más de una sala. ¿Peligró en los tiempos más duros de la pandemia la continuidad de esta propuesta?
“No. Llevamos desde 2014 organizando actividades y poco a poco se ha creado un público fiel. Sí es verdad que notamos la ausencia de gente que nos seguía, sobre todo personas mayores que sienten reparo a salir de casa, pero nos escriben y nos dicen que nos echan de menos y que pronto volverán. Aun así, teniendo en cuenta la reducción de aforos, estamos llenando tres salas. Estoy convencido de que cuando todo esto acabe regresará a Charlas de Cine ese público fiel, pero mientras tanto hemos consolidado otro, que ha valorado el interés que posee la actividad: el visionado de un clásico remasterizado, con una presentación y un coloquio… Charlas de Cine, el Festival Isla Calavera y el Aula de Cine de la Universidad de La Laguna (ULL) han conformado un amplio grupo cultural de personas que siguen las actividades, que aportan mucho y que incluso ayudan a enriquecer las iniciativas. En Tenerife estamos asumiendo que las salas de cine también son espacios en los que disfrutar de grandes películas clásicas en pantalla grande, el lugar para el que fueron concebidas. Los formatos panorámicos son del cine, no de la televisión ni de otros dispositivos”.

-Junto a Daniel Fumero codirige Isla Calavera, el Festival de Cine Fantástico de Canarias, que, contra viento y marea, el pasado diciembre cumplió su cuarta edición. ¿Cuál fue el secreto, si es que lo hubo, para poder sacar adelante esta cita con el fantástico pese a tantas dificultades?
“Charlas de Cine comenzó con un pequeño grupo de amigos en 2014, al que con el tiempo se fueron sumando otros cinéfilos. Ahora ese grupo está formado por una veintena de personas que colaboran y trabajan de manera muy intensa. No solo en Charlas de Cine, también el Aula de Cine de la ULL y en Isla Calavera. Daniel Fumero comenzó a asistir a las actividades en 2015 y poco a poco fuimos creando una gran amistad. Era la persona que nos faltaba para intentar organizar un buen festival de género. Daniel posee un amplio recorrido por festivales y conoce muy bien el panorama cinematográfico español. Nosotros contábamos con experiencia en trabajar con el público y las salas, en organizar actividades, pero todo lo demás, en buena medida, lo aportó él. En cuanto a la edición de 2020 del Isla Calavera, sacarla adelante fue terrorífico. En noviembre, apenas dos días antes de iniciar el festival, tuvimos que suspenderlo. Eso hizo, entre otras cosas, que nos lo replanteásemos todo, que perdiéramos mucho dinero y también contactos, y aún hoy no sabemos si esos contactos volverán a estar disponibles para venir a Tenerife en otra ocasión. También perdimos películas que queríamos exhibir; algunas pudimos recuperarlas luego y otras no. Fue un enorme bache, pero lo superamos. En diciembre pusimos en pie una programación concentrada en cuatro días. Y aunque con menos público que otras veces, unas 3.000 o 4.000 personas pudieron disfrutar de un fin de semana diferente. Se respetaron las normas anti-COVID, como no podía ser de otra manera, y al final salió adelante una edición del festival muy complicada. Lo que aprendimos nadie nos lo puede quitar”.
“Sacar adelante el festival en 2020 fue terrorífico, pero lo que aprendimos nadie nos lo podrá quitar”
-En noviembre tienen previsto celebrar la quinta edición. Ante los condicionantes que puedan surgir de un día para otro, ¿trabajan ya con un plan B?
“En realidad tenemos un plan A, un plan B y hasta un plan C. Ser flexibles es esencial en estos momentos. Y eso significa que no vamos a implicarnos en cosas que no podamos controlar y trabajaremos en función de las circunstancias que se presenten en cada momento. Sobre todo en lo relativo a las limitaciones para viajar y a las restricciones de aforo. Tenemos puestas nuestras esperanzas en lo que pueda ocurrir a partir del verano. Confiamos en que se cumplan las expectativas y en noviembre podamos traer a Tenerife a diversas personalidades, a nivel nacional e internacional, que enriquezcan el festival. Con las películas ocurre algo parecido. Las productoras no estrenan los films hasta contar con ciertas garantías de que recuperarán en las salas el dinero invertido. Y para los cines hoy no es fácil garantizar esos objetivos de productoras y distribuidoras. Así que esperamos que a partir del verano dejen de estar retenidas esas películas que disfrutamos en los festivales y haya más facilidad para adquirirlas y traerlas a la Isla. Un festival de cine como el nuestro programa obras que no podrás ver en cuatro meses, en un año, en cinco o nunca. Y eso es algo que debe conocer el público tinerfeño: los festivales te dan acceso a la vanguardia cinematográfica, pero también te permiten contemplar un tipo de cine que de otra manera no podrías ver. Y en eso ya somos una referencia. Los cinéfilos de Tenerife antes estábamos obligados a ir a la Península o al Festival de Cine de Las Palmas para ver determinados títulos. En ese sentido, el Festival de Cine Fantástico de Canarias Isla Calavera cubre un espacio muy interesante para el consumidor de cine de calidad y también mainstream“.
-La colaboración entre entidades e instituciones está siendo esencial para el sector de la cultura, que en cada crisis sale damnificado. ¿De qué modo evalúa el apoyo al festival por parte de las administraciones públicas?
“Como quien observa una semilla que brota, estos cinco años han servido para mostrar un recorrido y comprobar si hay o no calidad, responsabilidad y un buen trabajo en la gestión. Nosotros creemos que sí y hay instituciones que nos han cuidado más y otras menos. La actividad cultural sin apoyos no puede existir. Ya me gustaría decir lo contrario. Tratamos de organizar un festival que no sea depredador, que resulte productivo para Canarias, Tenerife, La Laguna, Santa Cruz… y no se convierta en un gasto sin ninguna repercusión. La relevancia mediática del Isla Calavera es totalmente equiparable a la de los festivales de nuestras características en la Península. Su impacto publicitario supera con creces el apoyo económico que recibe. Y eso lo ratifican estudios independientes, no solo lo decimos nosotros. En nuestro intento de crecer cada día un poco más, contamos con patrocinios y firmas privadas que nos apoyan. No queremos vivir de lo público, sino dar rentabilidad: que cada euro cuente y que los organismos públicos perciban que el Isla Calavera vale la pena, que da una promoción a Canarias muy interesante, más allá del turismo de sol. Entre todos podemos fomentar y desarrollar el turismo cultural y que las Islas sean también un lugar donde venir a ver cine; un sitio que tiene un paisaje maravilloso, pero también una variada oferta para el consumo cultural”.
“En apenas cinco años se ha logrado colaborar con Sitges y formar un consorcio con otros festivales”
-¿Cuáles son los planes para esta quinta edición del festival?
“Haremos una apuesta fuerte por la animación. Siempre habíamos exhibido la película o las películas del año, pero esta vez habrá una sección específica. De igual modo, contaremos con un importante conjunto de visitas nacionales, que si la pandemia lo permite hará que contemos con relevantes personalidades del mundo cinematográfico. Por otra parte, ya estamos cerrando la exhibición en Tenerife de las principales películas del fantástico de este año y casi con toda seguridad estarán en el Isla Calavera. Hacía ya algún tiempo que intentábamos crear un decorado muy especial para el festival a la entrada de los Multicines Tenerife de La Laguna y por fin en esta edición lo vamos a tener. Es algo que sorprenderá a todos los amantes del fantástico gracias al trabajo de un grupo de personas de las Islas con mucho talento. Creo que simplemente por eso habrá gente que acuda al hall de los multicines. Por último, una gran primicia que puedo adelantar es la llegada al festival de unos personajes entrañables, Los Calaveritas, con los que en apenas 20 días comenzaremos a trabajar. Se trata de un proyecto didáctico que se desarrollará en los colegios tinerfeños, para que los más jóvenes aprendan muchas cosas, a través de unos personajes muy divertidos, con el cine como referente”.
-Y si nos centramos en los objetivos realizables, y quizás también irrealizables, ¿con qué sueñan quienes hacen el festival?
“En España tenemos el primer festival de cine fantástico del mundo: Sitges. Es un modelo en el que nos fijamos por el buen trabajo vinculado a este género que se desarrolla en Cataluña. Desde el primer momento, Isla Calavera ha tenido un espacio en su agenda de actividades, pero el año pasado ligamos aún más nuestro festival al de Sitges, en el sentido de que sus organizadores nos conocen bien y nos apoyan y facilitan desde propuestas y contactos hasta formas de trabajar. Llegar a este momento es algo que ni en nuestros mejores sueños pensamos que ocurriría. Además, el Isla Calavera ha entrado en una liga de certámenes nacionales centrados en el cine fantástico y de terror, como los de San Sebastián y Molins de Rei. Se ha creado un consorcio de festivales con una relevancia muy interesante y el nuestro es uno de ellos. A través de Noviembre Fantástico, que así se va a llamar, compartiremos actividades, entrevistas, invitados…, algo con lo que nos enriqueceremos todos. Que en apenas un lustro nos codeemos con festivales que tienen 20, 25 o 30 años de trayectoria lo considero un gran logro. ¿Con qué soñamos? Si conseguimos tener un apoyo fuerte de quienes respaldan la cultura en el Archipiélago, si logramos que las instituciones sigan incorporándose y creyendo en el Isla Calavera, podremos llegar a contar en Tenerife con un festival puntero del género fantástico y aportar un nuevo elemento de valor cinematográfico a Canarias”.