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Beatriz, una madre coraje cuya lucha por sus dos hijas conmueve al mundo

La madre de las pequeñas Anna y Olivia, desaparecidas con su padre hace 18 días, ha repartido fotos de las niñas por 300.000 cajeros automáticos
Beatriz, una madre coraje cuya lucha por sus dos hijas conmueve al mundo

DIARIO DE AVISOS / EL ESPAÑOL / TAMARA MORILLO

Se cuentan ya 18 días desde que Beatriz no ve, escucha, abraza, ni amanece junto a sus hijas. Más de dos semanas de desazón, ansiedad e impotencia. No decrece la esperanza, pero la angustia aumenta. Vive en una noria emocional, común en todas las familias de desaparecidos, en los que se pasa del cero al cien en cuestión de minutos. En los que se visualiza el encuentro deseado, asequible, y en el que, en otros momentos, parece que se agotan las fuerzas. Un vaivén de emociones en el que conviven el optimismo y el dolor, agudo, a partes iguales, con las fotos de las niñas repartidas en 300.000 cajeros automáticos de todo el mundo, rogando que alguien las identifique.

Su vida se ha paralizado desde aquel 27 de abril, día en el que se perdió el rastro –junto con el de su padre- de las pequeñas Anna y Olivia. Una desaparición forzosa, la de las niñas, que incluía amenaza por parte de Tomás Gimeno, el padre, a su ex mujer: “No volverás a verlas”. Aquel día arrancaba un dispositivo de búsqueda que avanza por aire, mar y tierra. España contiene el aliento y el mundo, tras dictarse orden internacional, arropa a Beatriz y busca a las pequeñas.

Aunque los días pasan y también pesan, nada detiene a Beatriz hacia la meta: “Un día más… Pero siento que pronto las veré. Cuando se desea algo tan fuerte, tan fuerte de corazón, y con el apoyo positivo de todos ustedes, la esperanza no se pierde. La ilusión de un deseo nunca debería de perderse hasta que se cumpla porque, precisamente, son los sueños los que nos empujan a seguir”, nos hace llegar a través de un mensaje de texto.

El portavoz, Amills: “Seguiremos buscando hasta el final”

Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos y portavoz de la familia, lanza un mensaje que es unánime para la asociación y para la madre de las pequeñas: “Seguiremos buscando hasta el final. Sin detenernos.

Pensamos que las niñas están bien y no barajamos otra idea”. El propio Amills amplía: “Beatriz tiene esperanza y nos la transmite a todos”.

La madre cumple años y pide como regalo que se difundan las fotos y los vídeos de Anna y Olivia


Beatriz, la madre de las niñas desaparecidas el pasado 27 de abril en Tenerife y que ayer cumplió 35 años, ha pedido como regalo la difusión de las fotos y los vídeos de las menores y ha señalado que no va a parar hasta encontrarlas, “porque mi vida no tendría sentido”.


“No se pueden imaginar lo que siento cada día que pasa, la incertidumbre de no saber cómo están, la incertidumbre de saber si están bien, la rabia de que ellas tengan que sufrir esta locura cuando son dos angelitos”, señala Beatriz en una carta remitida por el portavoz de la familia, Joaquín Amills . En el escrito, Beatriz señala que todos los sentimientos mezclados “cada día lo hacen más difícil”.


“Pero están ustedes. El mundo. No permitamos que estas cosas puedan suceder”, añade la madre de las menores, que reconoce que anda con miedo sobre qué decir y qué escribir por las repercusiones que pueda tener respecto al padre. “Pero, ¿qué hago?”, se pregunta, al tiempo que señala que todas esas incertidumbres son muy duras. “Por eso les pido a todos ustedes de corazón que me ayuden a encontrarlas. Yo nunca voy a parar, porque mi vida no tendría sentido”, añade.


Beatriz indica que una enfermedad terminal o un accidente tiene que ser terrible e incluso insuperable en muchos casos, pero “una desaparición, con la incertidumbre de saber cómo están, de saber qué piensan, de saber qué están queriendo llamarme, de robar ese derecho de protección de una madre. Si puede estar en nuestras manos que tenga un final feliz”.

La madre agradece la implicación y el cariño que está recibiendo, “pero no paremos hasta encontrarlas”. Pide y precisa que “vamos a demostrar que este mundo puede ser un mundo más seguro, donde no se permiten tales injusticias”.


Beatriz concluye con un mensaje dirigido a sus hijas: “Olivia y Anna, las adoro mis niñas preciosas y voy a estar fuerte por ustedes, porque me necesitan fuerte”.

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