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El misterio envuelve al caso de Tomás Gimeno

Tras casi un mes sin noticias de este tinerfeño de 37 años y las dos niñas, Anna y Olivia, nadie sabe con certeza qué ha podido pasar ni dónde se encuentran
Las niñas desaparecidas, Anna y Olivia. / DA

Cuando mañana se cumpla un mes sin noticias sobre el paradero de Tomás Gimeno, de 37 años de edad, y sus dos hijas, Anna y Olivia (uno y seis años, respectivamente), nadie sabe con certeza qué ha sido de las pequeñas ni dónde están, salvo el propio protagonista de esta angustiosa historia, que mantiene con el corazón encogido a toda Canarias y a buena parte de España, por no hablar de las miles y miles de personas que, en otros países, han podido observar sus fotos en los cajeros automáticos durante estos días.

Además de las pequeñas, nadie sufre más esta falta de noticias que la propia madre, Beatriz, quien ayer envió otro mensaje a la ciudadanía: “La victoria pertenece a quien persevera más … vamos a demostrar que el mundo está fuerte y unido… Anna y Olivia las adoro tanto, tanto y se han convertido en un icono de lucha contra las injusticias”, dice esta mujer en un texto enviado junto a un vídeo del que ruega su máxima difusión y que pueden observar en www.diariodeavisos.com.

Las dos horas

Aunque cualquier noticia que ayude a desentrañar este misterio será bienvenida por parte de las autoridades, lo que pasó durante las dos horas transcurridas desde que a las 19:30 horas del pasado 27 de abril fueron vistas las pequeñas por última vez y las 21:30 horas en que Tomás aparece por primera vez en la Marina santacrucera, de donde acabaría partiendo pasada la medianoche sigue siendo una de los principales incógnitas para los investigadores asignados al caso.

La fuga por mar

Pese a que parecen haberse descartado tanto el velero que merodeó aquella noche por el lugar donde al día siguiente se encontró, vacía y a la deriva, la embarcación de recreo usada por Tomás aquella noche, como otro hallado abandonado 19 días después en Montserrat (Mar Caribe), lo cierto es que una fuga al extranjero sigue siendo una hipótesis abierta. Por ella apostó la familia de Beatriz en un primer momento, conocedores de los contactos que el padre de las niñas tiene en países como Perú. Sigue sin darse con un rastro positivo sobre retirada de fondos o llamadas telefónicas de más esa misma noche a cuenta del necesario trasbordo de la embarcación de recreo a un velero.

Escondite en la Isla

Es otra de las principales vías de investigación. Cuadra con el acaerramiento de ropas y juguetes de las niñas, pero sigue faltando el dato sobre la retirada de fondos. En cuanto a la posibilidad de una posible tragedia, tampoco se descarta y esta semana llegan un sonar de barrido lateral y un robot submarino para ahondar en la búsqueda en el mar situado frente a la vertiente este de la Isla. Sin embargo, nadie que lo conociera piensa que Tomás pueda haber hecho daño a sus pequeñas, empezando por la madre.

La única certeza es que las niñas siguen faltando en casa.

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