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El velero sospechoso esperó dos semanas en Gran Canaria

La Guardia Civil indaga por qué, nada más partir de Canarias a Cabo Verde, se desvió hacia el este de Tenerife, justo donde horas después apareció vacía la lancha de Tomás, el padre de las niñas desaparecidas
Policía científica investiga la embarcación de recreo utilizada por el padre la noche de autos. Sergio Méndez

El velero de bandera británica que es investigado por la Guardia Civil por si guarda relación con la desaparición de Tomás, un tinerfeño de 37 años, y sus dos pequeñas hijas (Anna y Olivia, de uno y seis años de edad, respectivamente). estuvo en Las Palmas de Gran Canaria desde el pasado 13 de abril hasta las 8.25 horas del 27 de ese mismo mes, día en que fueron vistas por última vez las niñas, tal y como ha podido certificar este periódico.

Tras zarpar de la capital grancanaria, y pese a que tenía como destino Cabo Verde, dicho velero navegó rumbo a Tenerife, donde merodeó por su vertiente este durante ese día para finalmente ser detectado por la noche frente a Candelaria, cerca de donde apareció al día siguiente, vacía y a la deriva, una embarcación de recreo con la que Tomás abandonó a la medianoche la Marina santacrucera.

Para cuando se detectó la embarcación de recreo, a primera hora del miércoles 28 de abril, el velero en cuestión ya había cogido rumbo hacia Cabo Verde, recorriendo los más de 1.500 kilómetros de distancia en poco más de cinco días, siendo localizado a su llegada a Ciudad de Mindelo (Isla de San Vicente) en la noche del pasado lunes.

Por si estas idas y venidas sin causa aparente no justificaran sobradamente que los especialistas asignados al caso les prestaran atención, el hecho de que la tripulación del velero desconectase en varias ocasiones su sistema de localización internacional durante la travesía desde Gran Canaria a Cabo Verde es un motivo más para poner la lupa sobre estos hechos.

Al indagar en el pasado reciente de este velero con bandera británica se comprueba igualmente que llegó a Gran Canaria desde Portugal, concretamente desde Albufeira, una ciudad situada al sur del país luso, en el Algarve, hoy destino turístico y antaño reconocido puerto pesquero. A dicho lugar había llegado el velero días antes de que finalizara el año pasado.

Diez días después de la desaparición de Anna y Olivia, la hipótesis de que Tomás, solo o en compañía de las niñas, pudo fugarse esa noche previo transbordo desde su embarcación de recreo a un velero sigue sin ser descartada pese a lo rocambolesco de la misma, la dificultad de ponerla en práctica y el agravante de al menos requerir al menos de un cómplice, aunque seguramente harían falta dos.

Es más, dado que Tomás es un experto navegante, cuenta con recursos económicos suficientes y sus conocidos confirman que planear algo así encaja como un guante con su carácter, la hipótesis de la fuga marítima es, actualmente, la opción preferida por los que no se dejan llevar por el pesimismo.

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